Venezuela

Asomarse al futuro

Hoy, la prioridad es recuperar la democracia. Para que haya futuro, la renovada institucionalidad deberá concentrar esfuerzos en generar un progreso inclusivo cuya base está en la educación y la ciencia.

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FOTOGRAFÍA: EFE

Acertó la Asamblea Nacional al escoger como orador de orden para el Día de la Independencia a Benjamín Scharifker, Rector de la Universidad Metropolitana tras haberlo sido de la Simón Bolívar y académico de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. La universidad venezolana, y él conoce la pública y la privada, es una institución querida y respetada por nuestro pueblo, el cual la ve como modelo y representación de su esperanza de realización. Por su trayectoria meritoria y su condición de directivo de AVERU, Scharifker la representa con credenciales de solvencia académica y dignidad.

La universidad, recinto de la búsqueda y transmisión del conocimiento, centro del pensamiento crítico y de la curiosidad intelectual, es territorio natural de la libertad y, por lo mismo, auntomáticamente sospechosa para los proyectos de poder con vocación totalitaria, inclinados a un ecosistema amigable al pensamiento único, la oscuridad y el dogma. Por eso, desde el régimen se la ha acosado sin misericordia, enervando su funcionamiento, asfixiándola en lo presupuestario, improvisando centros de estudio que abusan sin escrúpulos de la legítima aspiración de los jóvenes a un título, con la estafa de la masificación de la piratería.

La simbología escogida es la correcta para este 5 de Julio de un año que sentimos decisivo en nuestra lucha por el derecho a vivir y progresar en paz y libertad, y el orador también. Así lo demostró al reconocer la prioridad de la recuperación de la democracia, de una democracia revitalizada por el compromiso humanista y la visión del mañana. Y a la institucionalidad que habrá de nacer con los cambios que vienen, tan difíciles y exigentes como prometedores, le asigna como tarea ineludible, reubicar a la universidad en el camino de su vocación de “casa que vence las sombras” como dice el himno de la UCV. Victoria sobre las sombras que se logra fortaleciéndola para que puedan contar con ella las generaciones que vienen, para superar el retroceso pavoroso que nos han traído estos años. Con más y mejores condiciones para el estudio y la investigación, para la oferta de ideas y proyectos en la ciencia, la técnica, las artes y las humanidades. Pensar a Venezuela con aires universales y mirar el universo con ojos venezolanos.

No olvidó el Rector Scharifker nuestros dramas presentes: la crisis económica, social e institucional; el implacable ensañamiento contra la representación popular en la legítima Asamblea, faz del desprecio a la Constitución que tiene su más tenebrosa expresión en las vergonzosas violaciones a los Derechos Humanos, cuyo más reciente ejemplo es la trágica muerte en cautiverio del Capitán de Corbeta Acosta Arévalo. Pero, desde el dolor y la rebeldía ante sus causas, nos asomó al futuro de saber y deber.

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