Venezuela

Aveledo: "Existe un acuerdo para que 'no haya acuerdo' entre Guaidó y Maduro"

¡Vamos bien! o ¿vamos bien? Lo que puede ser una pregunta muy obvia, quizás sea una de las principales incógnitas de los acontecimientos de la población venezolana con la política y sus líderes.

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Aveledo

El pegajoso eslogan promovido por el jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, desde que fue reconocido como presidente encargado de Venezuela, se ha convertido en objeto de esperanza por los muchos venezolanos, y en objeto de críticas para otros.

El empuje emocional de cambio político que promueve, principalmente en el primer semestre de este año, para muchos se ha ido “degradando” frente a unos métodos de manipulación de la información, control de la justicia, persecución y represión contra cualquiera que se oponga al mandato de Nicolás Maduro en Venezuela.

A inicios de septiembre de este año, Daniel Varnagy, doctor en ciencias políticas de la Universidad Simón Bolívar, contó que el comportamiento del líder de la oposición ante los acontecimientos ha generado una “desilusión colectiva” por las expectativas de remover a Maduro de Miraflores lo más pronto posible.

Es por eso que ante esta interrogante de si ‘vamos bien o no’, especialmente en un coyuntura política venezolana, el abogado y político Ramón Guillermo Aveledo la simplifica al punto de sólo decir “vamos”.

En una conversación con El Estímulo, el exsecretario general de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la alianza de partidos de la oposición que existió hasta su prohibición en 2018, aseguró que hay que entender que los procesos políticos no siempre son en línea recta.

“(Los procesos políticos)… son mucho más complejos de lo que la gente piensa. Por eso los comparo con los ríos, para ponerlos más claros. A veces tienen ‘buen cauce’, pero a veces ‘merman’. Sin embargo, lo que hay que entender es que siempre están fluyendo”, resaltó.

Explica que una prueba de eso altibajos de los procesos políticos en Venezuela fue el de la reciente suspensión de la mesa de negociaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición encabezada por Guaidó en Barbados, promovido por el reino de Noruega.

“Si queremos que los procesos de negociación den resultados, en lo más práctico y el menor tiempo posible, tiene que haber presión sobre los actores políticos de gobierno y oposición. En la medida que se tomen más tiempo, el costo puede ser mucho mayor y aumenta el riesgo de que no lleguen a un acuerdo”, dijo.

Guaidó, a quien más de 55 países reconocen como presidente interino de Venezuela, anunció el domingo 15 de septiembre que abandonó el diálogo en Barbados por las excusas de Maduro, quien le había ordenado a su representación abandonar las negociaciones 40 días antes.

“Existe una presión, por ambos lados, para que haya un acuerdo. Sin embargo, pienso que existe un esfuerzo para que el acuerdo es que ‘no haya acuerdo”, destacó.

Un pacto estéril

Luego de que colapsaran las nuevas negociaciones auspiciadas por el reino de Noruega, el oficialismo y un sector de la oposición, opuesta al presidente de la Asamblea Nacional (AN), demostraron que existía una conversación paralela al firmar un acuerdo de diálogo para establecer una “Mesa Nacional de Diálogo por la Paz”.

Entre los puntos presentados en esa nueva mesa de diálogo, el único que se ha cumplido hasta la fecha -y muy parcialmente- es la liberación del primer vicepresidente del Parlamento, Edgar Zambrano. Mientras que la incorporación de los diputados del chavismo a la Asamblea Nacional; el cese a la persecución política contra parlamentarios y dirigentes de oposición; el rol que desempeñará la asamblea constituyente en caso de reconocer al Parlamento; la condición de desacato impuesta por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ);  establecer nuevas leyes electorales son algunos de los puntos que aún no se han aclarado.

Para Ramón Guillermo Aveledo este nuevo pacto entre el gobierno de Maduro con una “oposición a la medida” es estéril, porque no cuenta con ningún tipo de sustento.

“Esto es más una agitación política que una gestión de realidades. Recordemos que este gobierno se fundamenta en dos cosas: la represión y la propaganda. Por mi experiencia, dudo mucho que esto vaya a tener una transcendencia importante como la que puede tener una negociación entre el gobierno y la Asamblea Nacional. Si la intención del pacto es superar la mayoría opositora en el Parlamento, se van a quedar cortos”.

De los 167 curules disponibles en la Asamblea Nacional, hay 87 diputados activos, 3 de Amazonas excluidos y 25 perseguidos o inhabilitados. Existen, además, 8 parlamentarios que apoyan el acuerdo recién formado y regresarían, en caso de incorporarse, 54 oficialistas, ya que hay uno en el exilio (Hugo Carvajal).

El exsecretario general de la MUD aclara que no desestima este tipo de acciones políticas, sin embargo critica a algunos de los actores que participan en el evento. “En ese evento, había personas que conozco, y sé que están allí porque siempre han formado parte de la lucha política. Pero debo resaltar que hay otros actores que siguen metidos en su equivocación. Que no entienden que si los repiten muchas veces, no los va a ayudar en lo más mínimo».

Este nuevo acuerdo con el régimen de Maduro fue encabezado por Henri Falcón (Avanzada Progresista), Timoteo Zambrano (Cambiemos), Claudio Fermín (Movimiento Soluciones) y el Movimiento al Socialismo (MAS). Este sector participó en las elecciones del 20 de mayo, consideradas ilegítimas por los más importantes países del ámbito democrático, desconocidas por los dos más importantes sectores opositores y hasta señaladas de fraudulentas por el propio Falcón, quien fuera el candidato que intentó agrupar el voto opositor en ese proceso electoral en el que se reeligió a Maduro.

“Cese a la usurpación” Vs el margen de maniobra

Para Aveledo “el cese la usurpación, gobierno de transición y las elecciones libres”, otra de las frases que han encabezado el proceso político llevado por Juan Guaidó, no es una idea descabellada, aunque explica que no es algo que se puede prever en el tiempo, y que necesariamente no tienen que ocurrir en ese orden.

“Los procesos de transición no siempre son tan fáciles. Por ponerte un ejemplo: la crisis económica no es garantía de que un gobierno deje el poder. Es aquí donde la oposición debe plantar una política bien articulada y no una sola estrategia; especialmente contra un régimen que tiene un amplio margen de maniobra”, dijo.

El abogado destaca que para que existe un verdadero cambio político debe existir una cohesión sustentada entre el liderazgo político y la sociedad venezolana.

“Recordemos que la lucha es contra un pequeño grupo que trata al Estado como su propiedad, y donde cree que los venezolanos le servimos. El activismo debe ser parte de todos los grupos ciudadanos para que las cosas tengan un cambio real”, concluyó.

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