Opinión

¡Basta de reventarnos contra la misma piedra!

Una y otra vez contra lo mismo: ¿cómo se puede calificar esto de ir a elecciones divididos sabiendo que así caminan hacia una derrota casi segura? Carolina Jaimes Branger les recomienda unas palabras sabias

Publicidad

El doctor Mario Alonso Puig es médico -fellow en cirugía por Harvard University Medical School- y ha dedicado gran parte de su vida a investigar cómo desplegar el potencial humano, especialmente en momentos de desafío, incertidumbre y cambio.

En una charla que vi colgada en la cuenta de Instagram @hablaconpropiedad, Puig responde a una joven que le pregunta por qué los humanos tropezamos cien veces con la misma piedra. Y creo pertinente que nuestros líderes opositores lo escuchen con humildad, y si no tienen humildad, que es lo que parece por sus acciones, buscarla hasta que la encuentren. Un líder que se precie de serlo debe ser humilde. Y “humildad” no se refiere, como bien explican las profesoras dueñas de la cuenta, a pobreza económica.

Y es el colmo que a los venezolanos nos sigan reventando una y otra vez contra la misma piedra.

De manera que estas palabras del Dr. Puig van para quienes se creen “el huevo de Chalala” y que los demás son “pupú de perro”. Para quienes no les importa dividir, aun a sabiendas de que perderán las elecciones si van divididos. Para quienes se rasgan las vestiduras porque “no hay rendición de cuentas”, pero hasta hace nada tenían un representante en el comité administrador del G4. También para quienes piensan que no deben rendir cuentas. Para quienes sentencian que “terminó el interinato”, cuando es lo único que nos queda ante la Comunidad Internacional. Para quienes ven la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el suyo. Para quienes buscan culpables a quienes ofrecer como corderos pascuales, sin darse cuenta de que los corderos pascuales vamos a terminar siendo todos los venezolanos. Para quienes, en su infinita soberbia, que es lo que más nos ha jodido -y me perdonan el francés- en estos larguísimos casi 23 años, todavía no se dan cuenta de los errores que han cometido y demuestran que el hombre se tropieza mucho más de cien veces con la misma piedra:

“Yo creo que los seres humanos tropezamos cien veces con la misma piedra por falta de humildad. La humildad es, para mí, la virtud más grande que existe, porque es -para una persona- probablemente la más difícil de vivir plenamente, que no es la modestia, no es una persona apocada, es la humildad de corazón. Cuando una persona es realmente humilde -y no lo digo por mí, porque desafortunadamente no lo soy- pero sí por personas con las que he estado, grandísimos seres humanos de una humildad aplastante, son personas que tienen mentalidad de principiante. Es decir, puede ser un Premio Nobel y te está escuchando como si fuera un alumno tuyo… Pero… ¿qué le puedo enseñar yo a este hombre?… Pero está plenamente ahí. Cuando comente un error, lo que más le interesa no es buscar culpables, ni en él, ni en ella, ni en los demás, sino averiguar qué es lo que ha pasado. Es una mentalidad mucho más científica, interesada, curiosa, que una mentalidad enjuiciadora. Porque creo que cuando una persona es humilde y tropieza con una piedra, está dispuesta a reconocer que ha tropezado con una piedra y no a intentar ocultarse ante sí mismo y ante los demás qué ha sucedido. Porque creo que cuando una persona es humilde y tropieza con una piedra se deja asesorar, pregunta, escucha, pide ayuda y se deja ayudar. Creo que nuestra soberbia nos mata, literalmente. No queremos aceptar las cosas como son. Queremos que sean a nuestra medida. Queremos que la vida se pliegue a nuestros deseos. Por eso no fluimos con la vida. Cuando aparece algo que no nos gusta, nos preguntamos “¿por qué?” en lugar de “¿para qué?”. Y todo eso, creo que es lo que hace, que nos cueste aprender”.

¿Quién empieza a aprender? Nunca es tarde para hacerlo…

Publicidad
Publicidad