Opinión

Berkeley no conoció el FutVe

Le propongo hacer un ejercicio: elija un fin de semana. El que sea; da lo mismo. Vaya a su guía de programación o, si así lo prefiere, diríjase a una de estas páginas web que retransmiten ilegalmente todos los encuentros de todas las ligas de fútbol.

Publicidad

Saque la cuenta de cuantos partidos, de cada campeonato, se emiten. Le doy una pista: todos. Más aún: la totalidad de los juegos se efectúan en días y horarios distintos para facilitar la transmisión de estos en TV. En Venezuela aún no se entiende esto; el fútbol vive de los diarios, las radios y las páginas web. Decía el británico George Berkeley que para ser hay que ser percibido, lo que en el caso venezolano supone que muy pocos pueden notar la existencia de este maltratado fútbol.

No tengo que explicarle a ninguno de ustedes los problemas que enfrentan las televisoras en Venezuela, y sería grosero hablar de crisis económica, más aún cuando llegar a fin de mes es casi un milagro. Pero sí debo afirmar que, a pesar de todo esto, la FVF no ha aprendido a mercadear su producto, el cual brilla por su ausencia en la pantalla chica.

En Venezuela son dieciocho equipos los que hacen vida en la primera división – en otro momento ya profundizaremos acerca del disparate que eso significa. Entre sábado y domingo se juegan nueve partidos, y en la actualidad, sólo uno o dos son televisados a nivel nacional. ¿En que se traduce esto? En clandestinidad, imposibilidad de evaluar correctamente el arbitraje, máximas dificultades para promocionar un evento, y repito, CLANDESTINIDAD.

El modelo de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional ha sido exitoso – no perfecto – porque ha logrado que los equipos se reconozcan como socios, camaradas o compinches. Identificado el juego como un negocio y un espectáculo, la pelota criolla ofrece al espectador un show que se puede seguir en su totalidad por TV e internet. La nueva propuesta televisiva desecha la excluyente exclusividad y “se ofrece” a todos los canales que deseen comprar el producto, por ello, todas las mañanas, en el cafetín, la panadería o en el por puesto, hay dos personas que discuten los movimientos de los managers, así como la ejecución de los peloteros; lo mismo pasa cuando de futbol extranjero se trata.

Pero nuestro balompié sigue en la oscuridad, bajo el tonto argumento de ser «la disciplina más practicada del país» y a la espera de que Noel Sanvicente le obre el milagro de hacerlo notable en el concierto nacional e internacional. Lo que parecen olvidar estos señores dirigentes es que de lograr el boleto a Rusia 2018, el mundo entero conocerá los métodos prehistóricos que son santo y seña de nuestro balompié.

Le confieso algo: ¡como quiero que llegue ese bendito día!

Publicidad
Publicidad