Vida sana

6 razones por las que dormir bien es fundamental

Estamos diseñados para dormir durante un tercio de nuestras vidas. Esto tiene una razón: el sueño es indispensable para que muchas funciones de organismo marchen bien 

confinamiento
Foto: Freeimages
Publicidad

Pasamos un tercio de nuestras vidas durmiendo porque es una función imprescindible para el ser humano.
Lograr un sueño reparador permite cumplir las exigencias diarias y tiene una gran lista de beneficios, que menciona Claudio Cárdenas, neurólogo de Clínica Soñares:

  • Se regeneran y oxigenan las células.
  • Ayuda a mantener un peso adecuado.
  • Favorece el control de enfermedades como la hipertensión y diabetes.
  • Cuida el corazón (disminuye la frecuencia cardíaca para que las células de las arterias coronarias y del músculo cardiaco puedan relajarse).
  • Mejora la capacidad de intelecto (el cerebro necesita varias horas de descanso para procesar toda la información acumulada durante el día).
  • Incentiva la coordinación física (una actividad psicomotriz no puede ejecutarse si el cerebro no está descansado).

La falta de buen sueño puede tener muchas razones, pero una de las más comunes es la hipertensión,
Según explica Lisette Cortes, médico internista e intensivista también de Clínica Soñares, uno de cada dos pacientes hipertensos presentan problemas para dormir. La apnea de sueño es el desorden más frecuente.
Este trastorno, caracterizado por obstrucción en la respiración durante el sueño, sin que el individuo se de cuenta de que está dejando de respirar, desencadena un estado inflamatorio, con liberación de hormonas de estrés (como la adrenalina y el cortisol) y mayor coagulabilidad de la sangre.
Este estado inflamatorio se traduce en un aumento del riesgo de hipertensión arterial y enfermedad cardiovascular.
 “Aunque el ronquido es el primer síntoma que nos viene a la mente, también podemos tener apnea sin ronquido, y la persona puede cursar con sueño excesivo durante el día, sensación de no haber descansado después de una noche de sueño, ahogos observados por su compañero de cama, insomnio y sueño fragmentado”, explica Cortes.
En ocasiones son otras las manifestaciones, por ejemplo: sudoración nocturna, olvidos, dificultad para concentrarse, irritabilidad, cambios de humor, dolores de cabeza al despertar, acidez, reflujo, levantarse muchas veces para orinar en la noche, disminución del deseo sexual y disfunción eréctil.
“Para descartar la apnea del sueño, existen diversos exámenes; uno de ellos es la polisomnografia, llamado también estudio de sueño. En él, durante la noche, se miden variables en el paciente como el ritmo cardíaco, oxígeno en sangre, electroencefalograma, para observar la arquitectura del sueño y determinar si se están produciendo apneas (pausas)”, afirma Cortes.
Una vez diagnosticada, existen alternativas para tratar el trastorno: en casos leves se cuenta con dispositivos orales, que modifican la posición de la mandíbula y mantienen la vía aérea abierta durante el sueño. En casos moderados o severos se amerita utilizar una máscara en la nariz o en la boca para así mantener una presión constante de aire en la vía área, impidiendo que ésta colapse.
]]>

Publicidad
Publicidad