De temporada

7 tipos de familiares que asisten a la cena navideña

Navidad es el momento perfecto para compartir, estar en familia, comer y regalar felicidad en todas las formas posibles. Pero cuando se trata de la cena navideña, todos esos sentimientos y valores pueden verse exaltados y aturdidos por una inevitable realidad: no existe ni una sola cena que no posea miembros familiares expertos en demostrar su disfuncionalidad a través de actos irracionales, extravagantes y muy divertidos

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Todos tenemos algún familiar que se pasa de la raya a la hora de la cena navideña. Por eso, en esta oportunidad elegimos siete tipos de personajes que asisten a la tan esperada cena, en la que pueden suceder cosas tan extrañas como una ensalada podrida, hasta demostraciones que dan pena ajena incluso en la intimidad. Desde el principio hasta el final de esta lista te sentirás compenetrado con cada uno de estos miembros y mucho cuidado, porque alguno de esos podrías ser tú.

1. El destrozador de hallacas

Este personaje es un fijo en los encuentros navideños. Él o ella, no lleva las hallacas pero basta con sentarse y descubrir que (¡oh wow, pecado!) las hallacas tienen pasas, aceitunas y alcaparras, así que dispone su tiempo en eliminar cuidadosamente todos estos ingredientes y, mientras lo hace, pone cara de asco como si se tratase de un crimen que el guiso de este importante plato venezolano, tenga estos elementales ingredientes, al menos en el caso de las tradicionales hallacas.

2. El perecedero

El perecedero es aquel invitado que lleva su aporte en alimentos a la cena navideña, pero con un pequeño detalle: lo que lleva, llega descompuesto. Esto generalmente sucede con las famosas ensaladas de gallina o ensaladas diplomáticas. Es lamentable pero el daño ya está hecho y aunque el resto de los invitados asientan con la cabeza, siempre saldrá un niño o un miembro lo suficientemente honesto para decir: ¡esto está podrido!

*Lección: las ensaladas o platos que contengan ingredientes muy sensibles, deben prepararse para el final, un poco antes de sentarse a comer.

3. El pichirre

Existen dos tipos de pichirres: el que lleva poco con la excusa de que no tuvo tiempo para preparar lo que se le asignó (o lo que por lógica le tocaba llevar) y aquel que trajo pocos ingredientes para cocinar en grupo, en este caso, es el responsable de una cadena de desgracias atribuidas a la poca y “agarrada” compra de lo que debía buscar con otras excusas como: “no me gusta botar comida, así que pensé que era suficiente”. Al final, los que no tenían que comprar esos ingredientes deben salir apurados a conseguirlos porque como era de esperarse, no alcanzaron para la preparación.

4. Miss elegancia

Es verdad, la cena de navidad es un momento especial y debemos honrarlo con nuestras mejores pintas, pero basta con que lleguen estas fechas para ver cantidad de lentejuelas, colores y combinaciones que no tienen mucha cabida. Una cosa es el glamour y otra cosa es la desesperación por pertenecer al arbolito de navidad que está en la sala. Generalmente este personaje es una tía, tía abuela, abuela, prima o hasta nuestras madres. Mientras más edad tenga, más se parecerá a una bambalina con escarcha. Al final, la moda estilo duende de San Nicolás tiene sus beneficios. El primero, es que siempre tendrás felicidad, brillo y diversión en la mesa y el segundo, es que si necesitas un lazo para decorar uno de tus regalos, pues tienes a la mano la feria navideña sin tener que gastar un céntimo.

5. El borracho

Tomar alcohol y “prenderse” es algo común en las cenas navideñas, pero hacer el show frente a los más pequeños y confesar la forma en que descubriste que el Niño Jesús y San Nicolás no existen es un poco delicado. Lo más problemático de tener a este personaje en la mesa familiar es que se le pueden escapar uno, dos, tres o más secretos con lujo de detalles y pasas el riesgo de que la reunión termine en una desgracia novelesca y ahí sÍ es comprensible que todos terminemos borrachos para terminar con broche de oro.

Mientras esto no suceda, todo va a salir bien, ya que pese a todos los improperios que se le puedan escapar a este combatiente de la sobriedad, tener a uno de estos en la mesa siempre es divertido, hasta cierto punto.

6. El desubicado

Es aquel que lleva una persona desconocida a la cena navideña de última hora. No queremos ser Ebenezer Scrooge pero es un poco incómodo cenar con una persona que no tiene nada que ver con el evento. A veces, solo a veces, termina como una grata sorpresa, pero casi en todos los casos es embarazoso y tedioso no pasar con tranquilidad la noche que tanto has esperado, bien sea para hablar con confianza de política con tu familia o simplemente debatir con libertad sobre lo que debe llevar o no una hallaca. Pero a lo hecho pecho y será mejor recibir con cariño a este invitado, mucho más si trajo suficiente vino o dulces con la búsqueda de mejorar su condición de foráneo. Bienvenido sea.

7. El sentimental

El llorón, el pavoso, el Ricardo Arjona, el despechado, el dramático, melancólico o como quieras llamarlo. El hecho es que este miembro siempre trae a la mesa una conversación sobre recuerdos familiares o personales para darse golpes de pecho y así llorar desconsolado. Suele comenzar con la frase “qué rápido pasa la vida, en un abrir y cerrar de ojos hoy estamos, mañana no” o sorprenderse con el hecho de que esta vez no vino fulano de tal porque se fue del país o se divorció de algún familiar que está en la mesa. Es cierto que estas fechas decembrinas dan pie a charlas nostálgicas, pero la mayoría solo queremos pasarla bien, bailar, comer y «echarnos palo». Olvidarnos de nuestras penas.

Bonus: El “pa’ pola mañana”

Dícese de aquel que abusa del uso de los envases y la comida en la mesa con la excusa de que es para el desayuno, para la vecina o para cualquier otra utilidad (como para comer el resto de la semana) y se lleva una cantidad exorbitante de comida que asegura ya califica como “sobras” y con gracia, le dice a todos los que lo observan: ¡es que es pa’ pola mañana!

Al final, todos quieren llevarse su pedazo de hallaca, su pernil y ensalada, pero este miembro es como los acumuladores obsesivos que aparecen en Discovery Home & Health: nunca paran.

Estos son nuestros siete personajes importantes que enlistan la cena navideña, pero somos conscientes de que esta lista puede seguir y seguir mucho más, por eso quisiéramos saber si conoces alguno de estos sujetos o si nos faltó alguno por nombrar. Y si por casualidades de la vida te sentiste identificado con uno, te lo perdonamos, pero no garantizamos que el resto lo haga.

¡Salud!

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