Curiosidades

Fallece Susana Duijm, la musa de la reina pepeada

Pocas veces podemos rastrear la historia de platos y elaboraciones que disfrutamos cada día gracias a que la historia no se ocupa de los detalles menudos, de lo que sucede en los fogones o lo que se sirve en las mesas. Sin embargo, la “Reina Pepeada”, la arepa más conocida, la más ansiada y la más nombrada, a veces solo como "Reina", tiene año y lugar de nacimiento

Foto: Patrick Dolande & paraiso-de-reinas.blogspot.com
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Sucedió exactamente en la Caracas de 1955, ciudad que dejaba atrás y poco a poco el carácter bucólico de los techos rojos, las haciendas y los trapiches, y se adentraba en la modernidad donde lujosas urbanizaciones y avenidas surgían especialmente en los alrededores de la plaza Venezuela, llamada a ser el nuevo centro de la ciudad.

Allí cerca, en la Gran Avenida, Heriberto Álvarez, trujillano de nacimiento, junto a su familia se asentaron con un local de comida, donde famosos y no tanto, disfrutaban de las famosas tostadas. Los Álvarez además ofrecían, y este es un detalle importante, pollo en brasa en su menú.

En 1955, una morena, flaca y de piernas largas se coronó en Londres como nuestra primera Miss Mundo. Se trataba de Susana Duijm, quien fue la primera en sorprenderse por su triunfo.

Recordaba la reina que al finalizar el desfile, se cambió de ropa y fue a sentarse entre el público ya que estaba segura de que el triunfo sería de alguna belleza nórdica. Por eso, le tocó correr al camerino para ponerse el bañador con el que sería coronada como exigía la costumbre de la época.

Fue tal el alboroto del triunfo de la venezolana que los Hermanos Álvarez, en su arepera de la Plaza Venezuela, vistieron a una de sus sobrinitas como reinita y pusieron a la venta una nueva arepa rellena con pollo, mayonesa, petit pois y aguacate.

El chef Reinaldo Márquez, quien fuera director de la Academia de Artes Culinarias, insistía siempre que “en la preparación se usaba pollo en brasa desmechado y necesariamente mayonesa comercial”, lo que le otorgaba un carácter especial a la receta original.

Cuentan que por allí pasó el padre de la Miss Mundo y, quedó tan encantado que volvió alguna vez con la soberana mundial de la belleza.

El epíteto “pepeada” se aplica, según el Diccionario Histórico del Español de Venezuela de Francisco Javier Pérez, a una persona muy bella y atractiva, y ¿quién más bella y atractiva que Susana?

Toda arepera, dentro y fuera de Venezuela la incluye en su oferta, y como corresponde a una reina, ha dado el anhelado salto a las mesas de mantel blanco: Edgar Leal, por ejemplo, se precia de ofrecerla como bocado de cortesía a sus comensales, en una versión refinada, pero fiel a los sabores originales.

Ahora nuestra Miss Mundo no está entre nosotros pero citando a Miro Popic: “Cada vez que comamos una reina pepeada le haremos un homenaje”.

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