Curiosidades

Alimentación inteligente: la rigurosa dieta de los atletas olímpicos venezolanos

Cuatro años es el tiempo de competencia de los deportistas venezolanos para asistir a los Juegos Olímpicos de Río. Entrenamiento constante, dedicación y un exigente programa nutricional, conforman el tridente vital de un plan diseñado para obtener medallas. A tan solo días para la celebración de la magna justa, te contamos cómo es la estricta rutina de alimentación de nuestros 86 clasificados

Texto: Johanna Osorio - @JohaOsorioH
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Clasificar a unos Juegos Olímpicos no es tarea fácil. El atleta debe afrontar un sinfín de justas multidisciplinarias, campeonatos, topes, test; de cuyos resultados depende su clasificación a la magna justa deportiva. Pero su desempeño no obedece solo a su accionar en el ámbito competitivo. Un exigente entrenamiento y una rigurosa alimentación forman parte de la rutina diaria.

Es por ello que, bajo la tutela de Mindeporte y el Instituto Nacional de Deportes, un estricto equipo de nutricionistas guía a los deportistas en este camino que denominan “alimentación inteligente”.

“Durante la ruta olímpica, los atletas deben venir a la dirección médica. En el área de nutrición los evaluamos e individualizamos su dieta, de acuerdo a su disciplina y sus requerimientos”, asegura Indira Villalobos, licenciada en Nutrición y Dietética quien, junto a su colega Adela Orta, lidera el departamento que atiende a los 86 clasificados criollos.

“Nos enfocamos en brindarles una alimentación efectiva, funcional e inteligente, es decir, acorde a sus características y las del deporte que practica”, acota Villalobos.

Esta rutina inicia con el ciclo olímpico –una vez finalizados los Juegos anteriores. No obstante, el grupo de expertos hace especial énfasis dos trimestres antes de la magna justa mundial. “Cuando faltan seis meses, el control se hace más exhaustivo y el equipo se reúne semanalmente para abordar punto por punto, y atleta por atleta, la rutina de alimentación de los muchachos. Evaluamos para atacar posibles debilidades y fortalecer a la delegación”, continúa la profesional.

La dieta de un campeón

La rutina de alimentación de un atleta olímpico no es cosa de juegos y debe ser rigurosa durante toda la ruta de clasificación, la competencia y en la etapa de recuperación.

Equilibrada y estricta, contempla el consumo de proteína, carbohidrato, vegetales, fruta y jugos, además de complementos vitamínicos y proteicos; excluye los condimentos y grasas, y su porción dependerá del requerimiento de cada atleta, de su plan de entrenamiento diario y los objetivos que desee alcanzar.

Para ello, el equipo de nutricionistas establece un plan con diversas opciones, y con el objetivo de velar por su cumplimiento, el Instituto Nacional de Deporte renovó el comedor de atletas, ubicado en sus instalaciones, en la avenida Teherán de Montalbán.

Ahora, con un sistema totalmente tecnológico, el personal encargado de servir los alimentos –junto a la nutricionista auxiliar de turno- visualizan en una pantalla la dieta de cada atleta, cuando este se dispone a comer en el recinto. De manera que el deportista consume exactamente las raciones que su plan requiere.

“Durante los primeros años del ciclo, monitoreamos, junto a los entrenadores y el equipo de trabajo del atleta, que cumpla con la dieta establecida. Cuando están en Caracas y vienen a comer aquí, velamos porque tengan una alimentación de calidad. Les ofrecemos entre tres y cinco opciones de proteína, cinco alternativas de carbohidrato, y entre cuatro y cinco opciones de vegetales”, destaca Villalobos.

“Antes lo hacíamos, revisando el expediente de cada deportista; pero ahora está totalmente automatizado”.

Así, una atleta como la triplista Yulimar Rojas podría servirse dos porciones de pechuga a la plancha, cinco cucharadas de arroz, dos raciones de vegetales y de postre una ensalada de frutas; mientras que José “Grillito” Vargas –capitán de la selección de baloncesto- podría comerse un buen plato de pasta, por sus requerimientos calóricos.

El número de comidas al día también varía, según su plan de entrenamiento

Si un nadador inicia su preparación a las 4:00 am, su primera comida será bastante liviana, una fruta quizás; porque el plato fuerte debe ser posterior, para que recupere la energía que consumió. Asimismo, adicional a las tres comidas reglamentarias, deberá consumir alimentos antes y después de cada rutina de preparación; por lo tanto, si entrena dos veces al día, suma cuatro comidas más.

“Siempre la comida estará atada a la carga de entrenamiento del deportista, su capacidad gástrica y la carga calórica que deba consumir”, destaca la licenciada Orta.

El plan no varía durante los Juegos Olímpicos y los muchachos, incluso, viajan con un representante del equipo de nutrición, asegura Indira Villalobos. “Uno de nosotros va con la delegación a Río. Allá tendrán la opción de consumir alimentos de todos los países del mundo: comida italiana, asiática, mexicana, hasta tienen un McDonald’s; pero es nuestro deber velar por su correcta alimentación. De esto dependen medallas”.

Posterior a la justa, el plan de nutrición no afloja

“Apenas terminan los Juegos, inicia el ciclo para los siguientes. Por ello, continuamos la dieta. Sin embargo, se reestructura y se ajustan los porcentajes y raciones, pues ya regresan a una preparación física menos exigente que la de los últimos meses”. A esta nueva rutina se le denomina “dieta de recuperación”, y va acompañada de muchas horas de sueño y reposo. “Para un atleta, competir es como lesionarse. El estrés al que se someten es increíble; el cuerpo necesita volver a la normalidad”, insiste Villalobos.

Los atletas en retiro también deben recuperarse de forma paulatina, pues “hay que desentrenar al cuerpo poco a poco para que no sufra”.

¡A la medida!

Aunque todos los atletas cumplen con una dieta balanceada, las raciones de uno u otro alimento específico varían según su disciplina.

Los deportistas de registro y marca (atletismo y natación) tienen una rutina de alimentación rica en carbohidratos, diseñada para generar energía efectiva. Los representantes de arte competitivo (gimnasia, ecuestre y saltos ornamentales) consumen alimentos funcionales, que mantengan su punto de grasa en los renglones establecidos. “A ellos les damos mucha remolacha, porque le proporciona oxigenación”, dice Villalobos.

Los deportistas de combate y los pesistas también tienen un riguroso control del punto de grasa, pero, adicionalmente, atraviesan procesos de descargas de glucógeno, para mantener el peso acorde a su categoría. Estos son pesados a diario.

Mientras los deportistas de conjunto (baloncesto y la dupla de voleibol de playa) mantienen una alimentación más variada, acorde al deterioro provocado por la competencia. “Ellos tienen un constante desgaste mental, técnico, táctico, físico y requieren de muchas calorías”, explica la licenciada.

La hidratación también juega un papel fundamental y es, incluso, más estricta que la alimentación. “En este momento, nuestros atletas no pueden llegar ni siquiera a la primera fase de la deshidratación. Por ello, ahora están bebiendo entre tres y cuatro sorbos de agua cada 15 minutos”, admite Villalobos. “Nosotros solo estamos cuidando nuestras medallas. Si aseguramos un entrenamiento planificado, una alimentación inteligente, una hidratación adecuada y descanso efectivo, obtendremos resultados”.

 Río, todo un reto

Para las encargadas del departamento de nutrición, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro representan un reto especial.

“Esta edición, a diferencia de otras bastante numerosas también, cuenta con muchos atletas individuales; por lo tanto, tenemos muchísimas dietas distintas, porque son individualizadas”, comenta Orta, quien asegura que el trabajo en equipo es vital para mantener sana a la delegación. “Aquí trabajamos todos de la mano. Entrenadores, fisioterapeutas, médicos, psicólogos. Si no lo hacemos así no funcionamos”.

El clima de la región carioca le da un plus al complicado y exhaustivo proceso. “Competir en Brasil es como hacerlo en Maracaibo. Es un sitio muy húmedo, y por eso somos tan exigentes con la hidratación y suplementos”, agrega Villalobos.

Sin embargo, el reto no termina aquí, pues los Juegos Paralímpicos de Río también están a la vuelta de la esquina. “Con ellos, el proceso es básicamente el mismo, pero con un factor patológico. Pasa de ser solo Nutrición Deportiva, a complementarse con Nutrición Clínica”, destaca Orta. “Todo enfocado siempre en el objetivo de nuestros atletas: conseguir medallas”.

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