Geisha de Panamá: así se cultiva el café más caro del mundo
¿Cuánto es lo máximo que has pagado por una taza de café? ¿4 dólares? ¿9 dólares? ¿15 dólares si te pones creativo? Hay personas que están pagando hasta 40 dólares por una taza de café Geisha. Visitamos una de las fincas que lo cultivan, en la población de Boquete, Panamá y te contamos qué lo hace tan especial
Panamá no es famoso a nivel mundial por su café, sin embargo tiene uno de esos secretos que pareciera estar guardado para unos pocos conocedores: el café Geisha. Sí, como las damas bailarinas japonesas. Esta bebida es tan exclusiva y preciada para el mercado asiático como lo son estas mujeres en Japón. “El país no produce en cantidad pero sí en calidad” dicen, con satisfacción, los productores locales.
Una cosecha del árbol de Geishaes tan delicada y apreciada porque produce la mitad de la cantidad de café que da la planta del tipo catuai, la encargada de hacer el café regular en el caso de Panamá. Sus cualidades se dan gracias a todas las características que provienen del suelo y de las condiciones atmosféricas que tiene Panamá, específicamente en Boquete, zona alta, fría y volcánica, fronteriza con Costa Rica, donde se ubican la mayoría de los cultivos, logrando la mezcla perfecta de ingredientes únicos y especiales para producirlo.
Tanto se conoce el Geisha a nivel mundial, que personas de todas partes hacen encargos a fincas en estos pueblitos remotos. Algo que vi con mis propios ojos para validarlo fue un pedido de 1 millón de dólares por 200 libras (un poco más de 90 kilos) de café para un “exquisito” cliente. Cuatro cajas de 50 lb, cada una a 250.000 dólares.
El geisha tiene un valor por kilo de $10.000. Y aunque también se produce en Costa Rica, Colombia y Etiopía, Panamá rompió el récord el año pasado en precio y calidad al vender 10.005 dólares por kilo (4.538,19 dólares por libra) en la subasta electrónica Best of Panama, según lo informó la Asociación de Café Especiales de Panamá. Catadores de todas partes del mundo esperan todos los años esta cosecha para hacer pedidos especiales y enviarlos a países como Japón, Corea del Sur, Inglaterra y Francia. Toda una exquisitez, dicen.
Cuál es el noséqué del Geisha
Típico que quienes lo prueban en este lado del mundo dicen que “no sabe a nada”. Y, la verdad, es que este tipo de café no suele ser valorado en Occidente. Su estilo más bien se asemeja al del té. Es suave, poco cuerpo, y con aroma y sabor a hierbas. Para los asiáticos esta semilla logra lo mejor de dos mundos: una mezcla entre el café y el té. Es por eso que no se toma con leche o tipo frío, más bien como un lavado colado.
En su preparación hay que ser cauteloso, a la hora de tomarlo también. La taza debe estar caliente al servirlo, por ejemplo. Todo está medido, cualquier cosa puede dañar el arduo trabajo de 195 días. Pero no hay que viajar hasta Boquete, a 7 horas de la capital panameña en carro, para probar una taza de exótico café. Muchas cafeterías de Ciudad de Panamá lo ofrecen y se puede comprar desde $9 o incluso, comprar unos gramos en el supermercado.
Ahora, si usted se sienta en estas cafeterías y decide probarlo sin explicación previa, es difícil identificar lo que lo hace especial, al menos para quienes no han entrenado el paladar. Sin embargo, en estas fincas, con dos horas de entrenamiento y comparación con otros tipos de cafés, es muy probable que un usuario común pueda notar la diferencia.
Al cliente lo que pida
Uno de los ganchos del Geisha es la atención turística que atrae. La gente no solo quiere probarlo, quiere conocer el árbol que le da origen, las personas que están detrás del proceso y todas las actividades de catas que se originan. Todo lo intrigante que está detrás del “oro” del café deslumbra a quienes lo escuchan (incluso mucho más que a quienes lo prueban).
En Boquete existen numerosas fincas cafetaleras que tienen visitas guiadas para hacer la ruta del café. No solo de turistas, los mejores catadores del mundo, que llegan a cobrar hasta 250.000 dólares por el “reconocimiento” de una buena siembra, llegan hasta este lugar. Una de las más conocidas es Finca Lérida, un negocio familiar que existe desde 1929 y cuyo dueño llegó en aquel entonces a caballo con algunas semillas de café para sembrar.
Finca Lérida es una de las tantas propulsoras del café de origen y brindan rutas a turistas para conocer en profundidad las cosechas. Pero lo interesante de su negocio es que proveen a “famosos personajes” a escala mundial que buscan tener algo exótico en sus tazas, incluso personas relacionadas a la realeza, comentan.
La historia del cliente del millón de dólares la cuentan de forma jocosa porque no fue cualquier pedido, esta persona solicitó que su café fuera hecho a mano, es decir, no tuviera contacto con las máquinas del lugar. Y, al igual que esto, han recibido muchas indicaciones según las preferencias de los clientes. Y eso justamente es lo que se jactan con emoción los pequeños productores en Panamá: pueden darle el lujo a los clientes que lo pidan.
Entonces ¿vale la pena?
En definitiva vale la pena probar y entender el origen del Geisha, eso no quiere decir que resulte el favorito de todo el mundo. El geisha es un café que es delicado de producir y se da en pocas tierras y que al mismo tiempo es sumamente cotizado en Asia, allí su valor.
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