Sus padres querían que estudiara una carrera “seria”, pero ella decidió escuchar su intuición y logró reafirmar su pasión; la repostería. Hoy, con apenas 21 años, Valentina Toro lleva su marca de postres: Merengue Caracas es para ella, una de las metas más soñadas desde que tiene memoria
Merengue Caracas es el nombre de la pequeña empresa que maneja Valentina Toro. Su propuesta, es una mezcla de postres tradicionales, clásicos y modernos, pero desde el poundcake hasta el merengue, tienen su firma y sello. Dice que desde chiquita le gustaba cocinar, su abuela fue la artífice de esta pasión, el dulce siempre fue protagonista en su vida y aunque era lo que más disfrutaba, antes de empezar con su negocio debió pasar por dos años de una carrera que a mitad de camino, dejó de estudiar:
«Antes de estudiar cocina estudie dos años de administración en la Monteávila, hasta que me di cuenta que no era la carrera para mí. Así que empecé a estudiar la carrera de Artes Culinarias en el C.V.C.G, y ya estoy en el penúltimo nivel de la escuela».
Antes de estudiar administración, Valentina siempre era de las que cocinaba dulces y postres a sus amigos y familiares para los cumpleaños. A veces una torta, brownies, pie de limón o cualquier cosa que se le ocurriera en el momento. Todas estas recetas las aprendió de la mano de su abuela, con quien compartía tardes deliciosas en la casa.
Desde que dejó la carrera de administración se decidió por la cocina dulce y a partir de entonces ha trabajado como repostera. Al principio, su negocio se llamaba simplemente Valentina Toro Repostería después, mutó a lo que hoy se conoce como Merengue Caracas, gracias a mucho incentivo y una que otra mano amiga:
«Sentía la necesidad de tener un nombre pegajoso y lindo que a la gente le gustara, con una imagen bonita y que llamara la atención. Así que hablé con dos amigos muy cercanos. Ellos diseñaron el nombre, el logo, la imagen, todo».
En Merengue Caracas, puedes pedir tortas de todo tipo, sobre todo aquellas que se hacen con chucherías venezolanas como las de Cocosette, Susy, Samba, Chocochita y hasta de Toddy. Hace cupcakes, brownies clásicos y unos de chocolate blanco que son una invención de la joven. También prepara merengones de fresa, de níspero, mango, parchita, pie de limón, de fresa, torta de chocolate, alfajores… Es decir, en Merengue Caracas producen todo los dulcitos que necesitas para tu mesa de postres como los suspiros, minitartaletas, shots de todo tipo y tornillitos (dos suspiros pegados con arequipe de chocolate) en fin, de todo.
La razón por la que Valentina se decidió por la pastelería va más allá de su pasión culinaria, ya que además de ser amante de la comida siente obsesión por los dulces, admite que es muy azucarada y que prefiere cualquier postre antes de nutrirse de alguna proteína animal para almorzar, como la carne, por ejemplo:
«Yo soy una persona golosa. Si me ponen una carne y una torta de chocolate, yo me voy a comer la torta de chocolate así no haya comido salado en una semana. Me encanta el dulce, es mi debilidad».
Esto le permite tener una aproximación mucho más íntima con sus recetas y además de preparar las de su abuela, busca siempre mejorar las recetas de su autoría como las de chucherías venezolanas. Probar, buscar, combinar y mejorar son las palabras más importantes en su creación multicolor.
Siempre le ha parecido divertido trabajar como repostera, de hecho, aunque suene como un cliché, esto no lo siente como un trabajo o una obligación ya que se las arregló para convertir su rutina en momentos de placer. Se levanta muy temprano, desayuna y asiste a sus clases en el C.V.C.G de ocho de la mañana a doce del mediodía, después aprovecha ir al Mercado de Chacao y compra todo lo que necesita para la jornada laboral:
«Compro mantequilla, galletas y huevos. Después me voy a la casa, almuerzo y me pongo a trabajar a partir de las cinco de la tarde hasta la noche».
Ya para la tarde-noche, Valentina, junto a su asistente, coloca música y se goza todas sus preparaciones. La música es motor para ella y a menos de que sus amigos la acompañen, siempre la escucha. Cuando le preguntamos qué tipo de música le gusta más, esto fue lo que nos dijo:
«De música ahorita estoy poniendo el 901 de DIRECTV porque tuve que borrar toda la música de mi celular, pero tiene música buena entonces es como entretenido».
Aunque todo suena color de rosas, la verdad es que sacar adelante cualquier proyecto en el país se ha convertido en todo un reto para Valentina, quien dice que la escasez ha representado uno de los problemas más importantes a la hora de producir sus postres y se podría decir, que básicamente vive el día juntando productos e ingredientes que le hacen falta.
«Cada vez que consigo, compro ingredientes. Las chucherías por ejemplo no se me dañan, entonces hoy por lo menos fui al Mercado de Chacao y vi que había muchos Cocosettes y tenía tiempo que no veía este producto, así que aproveché y compré bastantes».
Otra de las dificultades a la hora de emprender este tipo de negocio, es cuando deseas presentar al mercado un postre con recetas originales, ya que para crear recetas nuevas como los brownies de chocolate blanco, o un poundcake único, debes recibir varios “trancazos” hasta llegar a la perfección de la receta. Es por eso que comenta que para este trabajo debes ser persistente y disciplinado hasta lograr tu propósito, además de tener talento:
«Para mí lo más importante a la hora de hacer postres es hacerlos calmada, con cariño, no a los trancazos, no apurada. Tener muy en cuenta las medidas de la recetas. Es decir, no puedes echarlo a lo loco, porque no te va a salir lo que tú quieres que salga».
Sus postres favoritos son la torta de chocolate, el pie de limón y los brownies de chocolate blanco y negro. De los postres que más piden sus clientes son la Red Velvet, la torta de chocolate y de Cocosette; un poundcake de vainilla, relleno y cubierto con crema de Cocosette hecha por ella, y decorada con trozos de Cocosettes, comenta Valentina:
«Es divina, es como comerte un Cocosette cremoso sin parar».
El futuro es un lugar brillante para Merengue Caracas; ahorita está en plena ampliación de su cocina, lo que significa que tendrá una mayor producción y su objetivo final es abrir su propia tienda. Su intención es proponer un lugar en el que la gente pueda tomarse un café, un dulce, relajarse y probar las tortas para llevar comer ahí, así como encargos a la medida. Que la gente pueda diferenciar a través de los sentidos un buen postre una buena atención frente a otros lugares que ofrecen los mismos productos:
Nosotros nos enfocamos muchísimo en la calidad de nuestros ingredientes, le ponemos muchísimo cariño a cada uno de nuestros postres. Queremos hacer de cada persona una experiencia con nuestros postres y que al probarlos digan ¡wow! está demasiado rico, quiero más. Hacer una experiencia diferente en cada ocasión y en cada celebración.
Coordenadas Merengueras:
Tortas, dulcitos, galletas decoradas y todo lo que englobe el dulce mundo de la repostería es la propuesta que trae Dulce Día al mercado venezolano.
Bajo la premisa de que "el café invita el postre", Sótano Café ofrece una experiencia de disfrute dedicada al lado dulce de la gastronomía y una buena infusión.
Marisela deja de ser un personaje literario venezolano y se convierte en una torta de queso llanero, queso de año, papelón y un baño de caramelo aliñado con especias gracias al dulce emprendimiento de La Negra Repostería
