Curiosidades

La mística de la alimentación musulmana

El ser humano tiene una innegable conexión entre lo que consume, cómo lo consume y cuándo lo consume. Aunque parecen reglas sin sentido, las religiones monoteístas más importantes ofrecen un concepto mucho más lógico sobre el uso de los alimentos y todo lo que gira en torno a estos. Sus explicaciones, te encantarán

Fotos: AP
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Tal como en nuestra primera entrega sobre la mística de los alimentos en la religión judía, aquí realizamos un breve recorrido sobre la religión musulmana con la intención de adentrarnos al menos por un rato en las religiones monoteístas más importantes. El cristianismo, el islam y judaísmo; religiones abrahámicas que, aunque podrían parecer muy distintas, tienen momentos en común en cuanto a la comida se refiere.

Para eso, hablamos con tres especialistas de estas religiones que nos dieron luces de estas prescripciones sobre los alimentos y cómo influyen en nuestro cuerpo, partiendo siempre de la premisa de que para adorar, servir a Dios y mantener la energía alta, debemos comer como se nos ha dicho en los textos sagrados gracias a los profetas que han sido la canalización de esta sabiduría divina.

Es importante, antes de llegar a cualquier conclusión, reconocer que la religión en su concepto más amplio según el sociólogo Gerhard Lenski es:

«Un sistema compartido de creencias y prácticas asociadas, que se articulan en torno a la naturaleza de las fuerzas que configuran el destino de los seres humanos»

Muchos antropólogos, entre ellos Clifford Geertz, también proponen un concepto más general en el que la religión es un sistema de símbolos para compenetrar entre los seguidores, estados anímicos que de alguna forma permanecen vivos a través de las tradiciones, las culturas, las instituciones, escrituras, la historia, la mitología, ritos y fe, entre otros. Una forma más filosófica de abordar el concepto también podría ser que la religión es un estilo de vida, un camino hacia la paz, la búsqueda del equilibrio y todo lo que significa aceptar la conciencia sobre la vida.

La alimentación musulmana

El pasado lunes 6 de junio comenzó Ramadán, uno de los pilares más significativos en la religión musulmana y que pese a todas las adversidades por las que atraviesa la comunidad, llevan a cabo. Ramadán es considerado el mes más importante del año, comienza de acuerdo al calendario lunar, por lo que no siempre inicia el mismo día todos los años.

Ramadán es el mes en el que los musulmanes practican el ayuno diario desde el alba hasta que se pone el sol. Sin embargo, esta costumbre tal como muchas otras en la religión, tienen un significado interesante con respecto a la salud y la solidaridad con otros, ya que una de las razones por las que se lleva a cabo dicho ayuno es para comprender la posición del más necesitado. Pero los preceptos alimenticios de esta religión no terminan ahí, existen muchísimas pautas enfocadas en la alimentación de los practicantes que hasta la fecha siguen vigentes.

Para esto, hablamos con Ruhollah, Sheij (una autoridad religiosa) nacido en Irán pero residenciado en Venezuela que por razones de su oficio, sentó cabeza en el trópico para enseñar la palabra de Alá (Dios). Actualmente se encuentra como líder del Centro Islámico ubicado en la urbanización La Florida, un centro referencia de musulmanes chía, una de las corrientes de la religión.

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El nombre del Sheij con el que conversamos significa espíritu de Dios e incluso es uno de los nombres con el que se hace referencia a Jesús en el Corán, el libro sagrado de los musulmanes. Ruhollah ya tiene 15 años estudiando en la escuela religiosa como Sheij, por lo que es considerado una referencia importante dentro de la comunidad tanto en Latinoamérica como en Irán.

Con respecto a los preceptos más importantes sobre la comida en el Islam, comenta que en el sagrado Corán, Dios ordena al ser humano que siempre esté al tanto de lo que come, a observar la forma en que come y seguir siempre las tradiciones. Pero el objetivo va más allá de eso, las razones de este seguimiento sobre los alimentos tiene que ver con que estos deben ser parte de las sugerencias del creador, asimismo, existen muchos preceptos relacionadas con la salud, que según el Sheij, es la primera forma de mantener un alma sana, comenta:

«Es muy importante mantener un cuerpo lejos de las enfermedades, ya que si el cuerpo está sano, el alma está sana, ya que el cuerpo y el alma están unidos. El alma sin tener un cuerpo sano y preparado, no puede desarrollarse no puede perfeccionarse, hay que tener un cuerpo sano, para poder adorar a Dios para obedecerlo, esforzarse y cumplir con lo que se nos ha ordenado».

Entre estas sugerencias para mantener sano el cuerpo existen alimentos que están permitidos y otros que no. Tal como la religión judía, los musulmanes no consumen cerdo, pero las razones son distintas. En cambio, los musulmanes pueden comer casi todo tipo de animales, existen algunos más consumidos que otros, sin embargo no tienen restricciones mayores por el tipo de pezuñas que tengan, como sucede en el judaísmo.

Aunque puedan consumir muchos animales (a excepción del cerdo) los musulmanes no deberían ingerir alimentos que no sean Halal; un conjunto de prácticas asociadas al uso correcto de los alimentos, de forma que puedan ser consumidos como indica la Ley Islámica. Es una forma de garantizar el buen uso de los alimentos y tal como la comida Kosher, garantiza que estos hayan pasado por los requisitos necesarios para que sean consumibles y en el caso de los animales, sufrido lo menos posible y sacrificados como debe ser, tal como lo dictan los libros sagrados, comenta Ruhollah:

«Se debe empezar por cortar las cuatro venas de su garganta en el nombre de Dios, justo debajo de la manzana de Adán. Todo esto hacia la dirección de la meca y el cuchillo debe ser de hierro».

Antes y después de comer se deberían bendecir los alimentos y agradecer por la comida con las siguientes palabras: Bismilaji rajmani jajim, que en español significa “en el nombre de Dios el compasivo el misericordioso” comenta el Sheij:

“También es recomendable añadir otra súplica antes de empezar la comida diciendo: Dios nuestro, susténtanos de un sustento alto, halal, lícito, purificado y ponme entre quienes te agradecen y agradecen esos sustentos”.

Los musulmanes acostumbran comer con las manos, aunque por lo general con la mano derecha (ya que la izquierda queda reservada para limpiar las partes al ir al baño) es por ello que deben limpiarlas bien antes y después de comer:

“Con los tres primeros dedos de la mano derecha se sostienen pequeños pedazos de comida, con el propósito de no llenar excesivamente tu boca”.

Mientras comes, todo debe ser pausado, quedarte un rato en la mesa o el piso después de comer es signo de tranquilidad, humildad y sumisión. Sin embargo el Sheij comenta que hoy día todas las costumbres del profeta Mahoma parecen tener un sentido científico, ya que se ha demostrado que comer pausado y usar de manera eficiente ese tiempo se asocia a una mejor digestión, lo mismo sucede al comer con los dedos.

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Con respecto al mes de Ramadán, se recomienda romper el ayuno al final del día con un dátil ya que esta fruta es una de las más especiales en la religión, según el Sheij:

«Incluso el profeta dice que si un musulmán regala a un amigo suyo un dátil, obtiene muchas recompensas y bendiciones. Y bueno, normalmente cuando te invitan a una casa para romper el ayuno, ahí te ofrecen es un dátil, con agua tibia o té».

Otra sugerencia es levantarse y comer algo aunque sea poco, incluso un dátil. El Sheij también comenta, a propósito de la alimentación, que el profeta decía en muchas de sus narraciones* que la raíz de todas las enfermedades es comer mucho y la forma principal para curarse es comer poco. Es decir, el estómago es la raíz de todas las enfermedades pero también es la mejor fuente para curarse a lo que parafrasea:

“Pocas son las personas que comen mucho y no se enferman. También en otra narración el Imam Alí dice:

 Siempre tener el estómago lleno causa diferentes enfermedades.

El profeta Mahoma también dijo:

–  No maten sus corazones (alma) a través de comer mucho y tomar mucho, puesto que el corazón es como una tierra de agricultura que si le echas mucha agua se va a dañar”.

El religioso también comparte otra de las narraciones que aparecen en el Corán, en el que uno de los sabios llamado Locman le dice a su hijo “hijo mío, cuando se llene tu estómago de comida, se duerme el poder de reflexionar. Quien tiene el estómago lleno no puede reflexionar, se hace muda la lengua de su sabiduría y se retrasan sus miembros corporales de adorar a dios”.

En cuanto a los alimentos de gran importancia, el Sheij comenta que en reiteradas ocasiones el pan se presenta como un alimento de valor. Es especial y según muchas narraciones por parte del Profeta, se toma en cuenta con gran respeto y cuidado:

«Incluso yo he visto de parte de los maestros y los mayores que están pendientes de no poner ningún plato u alguna otra cosa sobre el pan en la mesa. También que si llega pan a la mesa, no esperes a que llegue más comida, empieza a comer, para no irrespetar al pan».

Además de este respeto por el pan, se recomienda empezar la comida con algo de sal, aunque sea muy poca, ya que tampoco se sugiere usar mucha sal en la comida. En cambio, colocar un toque de sal en la palma antes de comer de forma respetuosa algo de pan y luego empezar a comer. También trae muchos beneficios según las narraciones, terminar la comida con vinagre, comenta Ruhollah:

«Dicen que en la casa donde ponen el vinagre trae mucha bendición y beneficios».

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Las frutas que aparecen en el paraíso según el Islam y que también se consiguen en la tierra, son alimentos muy apreciados, aunque no necesariamente benditos. Entre estos están la uva, granada, higo, manzanas, aceitunas y el dátil, este último el más valorado. La manzana, según dichas narraciones (y como muchos doctores afirman) debería comerse una vez al día, pero el Sheij aconseja que sea al levantarse en la mañana incluso antes de cepillarse los dientes.

«Imagínate que hace 1400 años dijeron eso en las narraciones y hoy se han comprobado científicamente».

Para el Sheij y muchos sabios de la religión, la importancia de todo esto reside en las bendiciones, ya que un alimento, un ser vivo o cualquier material (aunque sea inerte) recibe las energías de buenas bendiciones, de hecho el Sheij usa de ejemplo los distintos estudios científicos que demuestran que el agua, las plantas y otros organismos complejos o simples, al recibir palabras positivas, se desarrollan y crecen de una forma mucho más armónica que su homónimo, que recibió palabras ofensivas y pensamientos negativos.

«En Irán, las panaderías solo venden pan y puedes ver todo lo que hacen, la cocina, el horno y todo el proceso de amasado puedes verlo y se mantiene un respeto por lo que se prepara. Aquí trato de comprar en panaderías con buena energía y donde no se digan groserías, porque yo sé que eso afecta a mi pan, y ese pan me lo voy a comer yo».

*Las narraciones o hadices en árabe, son los dichos del profeta y de su familia, que según la corriente chía, son 14 personas las que conformaron dicha familia. Estos serían el Profeta, su hija Fátima, su primo Alí y los 11 hijos de Alí y Fátima. Esta familia se considera como inmaculada, poseen sabiduría divina ya que no la adquirieron en la escuela, sino a través de Dios. De tal conocimiento los musulmanes han obtenido las diversas enseñanzas sobre el Islam y también la interpretación de las aleyas del Corán.

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