Vida sana

La nueva moda en Venezuela: Comerse la placenta en cápsulas

Las opiniones sobre el tema son diversas. ¿Es beneficioso o no comerse que las madres se coman su propia placenta? 

Fotos: Cortesía de Ecodoula y Archivo
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El consumo de la placenta no es una tendencia completamente nueva. Los animales mamíferos la consumen después del alumbramiento. Sin embargo, desde hace aproximadamente diez años, la práctica se ha vuelto popular entre los humanos ya que, según aquellas personas que defienden la práctica, tiene múltiples beneficios.

“Algunos grupos humanos en Asia y África también lo realizan. Esta experiencia se ha querido extrapolar y algunos iniciaron el consumo de placenta en preparados de comidas, gelatinas, jugos o disecadas, dando pie a que se desarrolle una nueva industria con diferentes procesos farmacológicos que conllevan a la obtención de un producto final que es encapsulado para su consumo”, comparte el doctor Rafael Cortés Charry, Jefe unidad de tratamiento Enfermedad Trofoblástica Gestacional en el Hospital Universitario de Caracas.

La placenta es un órgano que se desarrolla en el útero al comenzar el embarazo. Durante la gestación se encarga de ofrecer al bebé el oxígeno y los nutrientes necesarios, además de eliminar los desechos de la sangre del bebé.

“En Venezuela, no es un práctica común y son pocas las empresas que hacen el procesamiento del encapsulado. Además, las madres venezolanas desconocen los beneficios de la placenta”, comenta María Corina Villegas, especialista en medicina placentaria.

Por lo general, esta práctica, en humanos, está más extendida en Estados Unidos y Europa. El sabor de la placenta humana puede llegar a ser parecida a la carne de res, con una textura parecida a la del corazón.

Bebé
Foto: Bebé

Quienes defienden su consumo señalan que la placentofagia (así es conocida esta práctica) es normal entre los mamíferos, por lo que los humanos deberían de realizarla también.

Algunas celebridades como Kim Kardashian, Jennifer López y la modela española Sheila Márquez confesaron que consumieron su placenta en cápsulas después del parto y han hablado abiertamente sobre los «beneficios». El caso más reciente en Hollywood fue la cantante y actriz Hillary Duff, quien después de dar a luz a su segunda hija Banks Violet Blair, se tomó su placenta en un smoothie para prevenir la depresión postparto.

“Su consumo no representa un peligro ya que la placenta está hecha para el consumo de la madre. Por esta razón, los mamíferos la comen. La única manera de que se prohíba su consumo es que la madre tenga una condición especial como VIH o hepatitis” continua María Corina.

Foto: A la izquierda, la placenta en su forma natural y a la derecha, la placenta hecha en cápsulas. Cortesía: María Corina Villegas
Foto: Izquierda, la placenta en su forma natural y a la derecha, la placenta hecha en cápsulas. Cortesía: María Corina Villegas

Un estudio realizado por el diario La Nación este año, permitió comprobar que el consumo de la placenta en sus distintas formas no representa un daño para la mujer, pero tampoco se encontraron los beneficios que dice tener.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en 2007, emitió un comunicado donde confirmaban que su suplemento dietético contenía placenta humana, debido a que el tejido no es considerado ingrediente dietético.

En Europa, la Food Standards Agency (FSA) no tiene la placenta humana como un alimento oficial, según se puede leer en  http://www.ipsuss.cl/

Es más, hace poco, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendó evitar la ingesta de la placenta, ya que pueden desarrollarse infecciones como Streptococcus agalactiae (bacteria que se almacena en el intestino delgado de la persona). Esto debido a que un bebé de una semana de nacido en el estado de Oregón presentó una infección por la bacteria, luego de que la madre consumiera las cápsulas de su placenta en un rango aproximado a cinco días después de su nacimiento. Esto se puede leer en  https://www.nacion.com/

“Inclusive, hace poco se dio a conocer casos de sepsis neonatal por la bacteria en hijos de madres que consumieron cápsulas con un dudoso procesamiento farmacológico”, comparte el doctor Cortés

Entre los riesgos que puede suponer el consumo de la placenta están las infecciones neonatales, infecciones gastrointestinales, posibilidad de transmisión de enfermedades virales y posibilidad de tromboembolismo por incremento de nivel hormonal (estrógenos), nos comparte el especialista.

Beneficios del consumo de la placenta

Foto: Placenta en cápsulas
Foto: Placenta en cápsulas

Cada vez son más las personas que optan por llevarse la placenta al hogar y consumirla. Inclusive en Internet podemos encontrar numerosas recetas que nos enseñan cómo prepararla y hacerla mucho más apetecible.

Entre los beneficios que María Corina nombra están:

  • Disminuye el sangrado post-parto
  • Disminuye la depresión post-parto
  • Aumenta la producción y la calidad de la leche
  • Aumenta la energía porque tiene vitaminas y minerales
  • Evita la caída del cabello
  • Fortalece los senos
  • Ayuda a superar lo síntomas de la anemia

“Se han hecho algunos experimentos en animales en los que se han comprobado sus beneficios, no obstante, estas investigaciones hechas en los humanos no han tenido los mismos resultados, o son estudios que han sido cuestionados y que se deben de tener en cuenta en las recomendaciones”, comenta Cortés.

No obstante, desde el punto de vista del doctor, el consumo de la placenta no representa ningún beneficio, ya que a medida que va progresando el embarazo se van perdiendo sus características.

“Lo que pienso es que por el mecanismo fisiológico de digestión, la manera de procesamiento posterior de este tejido,  puede acabar con las propiedades activas que la placenta pueda tener en esta etapa, se necesitan una estandarización de procesos y cumplir con estudios metodológicamente bien llevados para poder avalar su consumo y así poder certificar todas esas propiedades que le han conferido” dice el médico.

Una experiencia más cercana

Vanessa Martin, comunicadora social venezolana, emigró en 2010 a Estados Unidos donde realizó un diplomado en Producción de Radio y Televisión en la Universidad de Miami y actualmente trabaja en el área de ecografía vascular.

Madre de dos niños, Carlos y Amelia, la primera vez que consumió su placenta en cápsulas fue hace dos años y medio, cuando nació su hijo mayor.

“Mi profesora de yoga prenatal me recomendó hacerlo. Ella me dio el número de la persona que se encargaba de encapsular la placenta y la llamé para coordinar el proceso. A pesar de que soy muy terrenal y científica, confié en los consejos de mi profesora de yoga referente al consumo de mi placenta”, comenta Vanessa.


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Antes de decidir consumir este órgano después del embarazo, es importante consultar con tu médico, buscar información en internet o consultar con otras madres que, hayan decidido consumir su placenta. Además es importante contar con el apoyo de los familiares al momento de tomar esta decisión.

¿Cómo se hacen esas cápsulas?

El proceso de encapsulamiento es realmente sencillo. Durante el parto, los médicos congelan la placenta. Es caso de querer consumirla fresca, se lava y se coloca en un vaporizador. Si se va a encapsular, se coloca en el horno primero.

Dependiendo del tamaño que pueda tener la placenta se pueden fabricar entre 80 y 120 cápsulas. Lo ideal es que una madre consuma una cápsula diaria. Si se desea almacenar para consumir a futuro, en temperatura ambiente puede durar un año y guardarse en el congelador, donde puede durar por un tiempo indefinido, comparte Villegas.

“En mi caso, solo consumí la placenta en mi primer embarazo. En el segundo, no tuve la oportunidad de comunicarme con la especialista para que me hiciera las cápsulas y tampoco pude guardar la placenta ya que se me adelantó el embarazo”, continua Martin.

Foto: La maternidad
La maternidad

Las cápsulas, comparte María Corina, son propiedad de la madre, es decir, ninguna empresa farmacéutica las puede vender. Para su preparación no se usan conservantes, persevantes ni ningún aditivo químico.

No obstante, en el mercado de la estética se pueden conseguir productos que contienen entre sus ingredientes la placenta como, por ejemplo, el champú, para favorecer así el crecimiento del cabello, aunque este es un dato que tienden a no compartirlo debido a los tabúes de la sociedad.

Como respuesta a la nueva tendencia de comerse la placenta, hay aproximadamente 30 compañías en Estados Unidos que se dedican a la preparación de la placenta en comidas, sea lasaña o sopa, según informes compartidos por el portal BBC Mundo.

Foto: El consumo de la placenta en smoothie es un tema popular en las famosas de Hollywood
Foto: El consumo de la placenta en smoothie es un tema popular entre las famosas de Hollywood

En Venezuela,  son pocas las empresas que se dedican al procesamiento de la placenta. Una de ella es @ecodoula, empresa de María Corina, a quien se puede contactar si se desea encapsular la placenta.

¿Se recomienda su consumo?

Vanessa Martin considera que recomendar esta práctica es riesgoso ya que la práctica no está avalada por el FDA ni se han comprobado los beneficios.

“Basándome en mi experiencia con mi primer hijo, no tuve depresión. En cambio, con el segundo embarazo con el que no ingerí la placenta, lloré por dos semanas. Considero que ninguna madre debe de ser juzgada por hacerlo, porque existe algo que se llama placebo que es la fe que nos hace sentir que algo funciona”

El problema que señalan quienes han comenzado a investigar los motivos de esta práctica es que los médicos y las madres no manejan los conocimientos suficientes sobre el tema, así como la falta de investigaciones sobre la preparación y almacenamiento.

En cuanto a si su consumo pueden hacerlo otros miembros de la familia, María Corina no lo recomienda. Aunque esto sea una práctica común en familias norteamericanas.

Por su parte, el doctor Cortés no recomienda su consumo, recomienda a las madres esperar a que los estudios avancen y se comprueben sus beneficios al 100%.

En actualidad hay una alerta sobre promover el consumo de la placenta. Se debate entre dos puntos: una ingesta que hace propensa a la persona a adquirir una enfermedad y el procesamiento para convertirlo en cápsula le quita las propiedades medicinales, finaliza el médico.

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