Vida sana

Las enfermedades dependen del estilo de vida y no de los genes

Los hábitos diarios inciden en cómo se expresan los genes en cuanto a enfermedades pues se encuentran en constante interacción con el entorno. 

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Los genes son una cantidad de información valiosa que le indica al cuerpo, cómo ser y actuar, por ello se tiende a pensar que nacemos con unos genes determinados e irreversibles que rigen nuestra salud.
Es cierto que gracias a ellos se determina el color de los ojos, pero los genes son mucho más que eso, ya que la información que ofrecen no es “fija” o “irreversible”, sino que se encuentra en constante interacción con la información que le ofrece al ambiente.
Los genes  se regeneran cada día, con la información que le da el entorno y las decisiones que se toman, por ello no solo depende de la genética. Este es el fundamento de la epigenética: la influencia que tiene el ambiente en las expresiones de los genes.
epigenética
La salud es el resultado de la interacción Gen-Ambiente, y en esta interacción es el ambiente el que tiene mayor peso, es decir, el ambiente influye con un aproximado de 75%, mientras los genes apenas un 25%.
Ahora bien, cuando se habla de ambiente, se refiere a los factores ambientales que influyen en nuestros genes pueden agruparse en:

  • Estilo de vida: la alimentación, realización de actividad física, consumo de alcohol o tabaco, etc.
  • Medio ambiente: contaminantes químicos o físicos, presencia de infecciones, entre otros.
  • Otros: consumo de fármacos, intervenciones quirúrgicas, etc.

Frutas
La alimentación es el factor ambiental más importante que influye en la salud.
Los factores ambientales pueden mantener una buena salud o en contra favoreciendo a la aparición de enfermedades, y allí entra, la capacidad para trabajar en función de la salud.
Lo primero que se debe hacer es reconocer y remover las cargas o estresores ambientales, para poder restablecer una adecuada interacción gen-ambiente y así recuperar la salud y mantenerla en buen estado:

  1. Reconocer y remover las cargas o estresores ambientales
  2. Restablecer el equilibrio gen-ambiente
  3. Recuperar la salud

La sobrecarga enferma
Los cuerpos de las personas en el siglo XXI tienen un exceso de carga, esto hace  que el cuerpo se debilite y empiezan a aparecer las enfermedades, ya que son el resultado del desequilibrio de la interacción gen-ambiente, relacionado con un exceso de estresores ambientales (toxinas, infecciones, estrés, etc) que sobrecargan el organismo y  alteran directamente la información del genes.
El cuerpo necesita limpiarse y remover todas las cargas con las que continuamente trabaja. De esta manera también se ayuda a que los genes trabajen en función de la salud y no en función a producir alteraciones que se convertirán en futuras enfermedades.
En el proceso de limpiar o remover tantas cargas se debe empezar por reconocerlas. Las cargas diarias no son sólo el estrés del trabajo o de la rutina, el cuerpo al igual que los genes, constantemente lidia con diversos estresores.
El doctor Ben Lynch dice:
“Cuando llegas a tu casa después del gimnasio o de hacer algún deporte, ¿qué es lo primero que haces?: te quitas la ropa, la metes en el cesto de la ropa sucia para lavar y te metes en la ducha a bañarte y colocarte luego una ropa limpia. De la misma manera, tu cuerpo, y en este caso tus genes, se sobrecargan o se ensucian y necesitamos ayudarlos para que estén limpios de nuevo”.
diabetes, ejercicios
¿Cómo se pueden limpiar los genes?

  1. Remover sensibilidades y toxinas alimentarias: aquellos alimentos que sobrecargan el cuerpo, ya sea porque son difíciles de digerir, o están genéticamente modificados y el cuerpo los reconoce como enemigos, o el sistema inmune reacciona contra esos alimentos generando sensibilidades o alergias alimentarias. La alimentación es la primera y más importante medicina.
  2. Estimular sacar las toxinas del cuerpo: En él se liberan toxinas o productos que no se necesitan a través del sudor, orina y heces. Para ayudar a removerlas, es importante hacer ejercicio, tomar baños de sauna o con sales de epsom, asi se mantiene bien hidratado, consumir suficiente fibra dietética, respirar aire limpio, hacer ayunos, tomar plasma marino etc.
  3. Cambiar la exposición a toxinas: evitar los envases de plástico, cocinar en utensilios de teflón, el uso de pesticidas o insecticidas, prefiere el consumo de alimentos orgánicos.
  4. Relajar la mente y el cuerpo: muchas veces, por el estrés y el apuro (e incluso, por problemas de la flora intestinal) se escogen alimentos ricos en calorías y pobres en nutrientes con exceso de azúcar y de grasa procesada que influencia de manera negativa las hormonas. En combinación a las hormonas de estrés liberadas (ejemplo, el cortisol), sobrecarga el trabajo del metabolismo y la forma como se  expresa la información de los genes.
  5. Recuperar el descanso:  dormir lo suficiente, seguir un ritmo circadiano natural, evitar lo electrónico 1 hora antes de dormir, comer como mínimo 3 horas antes de dormir, no consumir productos con cafeína en las tardes.

Con estas «5R» se puede empezar a restablecer esa interacción gen-ambiente y recuperar la salud. Es importante tener presente ante una acción, preguntarse si ayudará a la salud y bienestar.

Referencias
Instituto Tomás Pascual Sanz y Consejo Superior de Investigaciones Científicas. (2008). Genética, Nutrición y enfermedad. Madrid: EDIMSA. Editores Médicos.
Ben Lynch (2018). Dirty Genes. New York: HarperOne.
Choi, S.-W., & Friso, S. (2010). Epigenetics: A new bridge between nutrition and health. Adv Nutr, 8-16.]]>

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