Las suculentas tajadas de la UCAB

Entre los módulos 2 y 3 de las instalaciones de la Universidad Católica se sitúa el Cafetín UCAB, conocido por sus crocantes empanadas, sus almuerzos económicos a la población estudiantil, sus batidos frutales y la sonrisa de sus cantineros.
También las tajadas del cafetín, aunque menos conocidas, son muy deseadas por sus consumidores frecuentes. Estas se sirven como acompañantes del almuerzo estudiantil, pero en muchas ocasiones es posible pedirlas como ración aparte a un costo económico de 800 bolívares al día miércoles 16 de enero de 2019.

Para llevar o para «comer aquí»
Se pueden comer en las instalaciones del cafetín o pedir para llevar. La bandeja de aluminio tiene un costo extra, pero para abaratar los costos el cafetín invita a que sus comensales lleven sus propias viandas.

“Todo depende de lo que llegue en el día”, asegura María Dos Santos, cocinera al mando del cafetín.
La señora María, como la llaman, se refiere a que últimamente se hace más difícil tener un menú estable o saber qué ingredientes se podrán adquirir, en especial cuando se trata de conseguir aceite para freír.

¿Cómo las hacen?

Las tajadas se hacen con plátanos maduros, es decir, amarillos y manchados. Esto le concede el sabor dulce a las tajadas, además de permitir que los bordes se caramelicen.

Las cocineras pican estos plátanos de manera diagonal, para hacer tajadas largas, con un centímetro o dos de grosor, aproximadamente. Se aseguran de cocinar las tajadas en la freidora cuando el aceite ha llegado a altas temperaturas y luego las extraen a una rejilla escurridora.

Pasados los minutos y todavía calientes, la señora María sirve las tajadas en una bandeja para llevarla al buffet, donde la espera una cola larga de estudiantes listos para disfrutarlas.

Las tajadas doradas y bronceadas a la perfección son acompañadas por un invariable queso blanco tipo palmizulia, fresco de nevera, que le aporta el sabor salado para hacer balance con su dulzor característico.
A pesar de las complicaciones que tienen a causa de la escasez, el Cafetín UCAB se las arregla diariamente en las jornadas estudiantiles para atender las comidas de más de 50 estudiantes becados por la Fundación Andrés Bello. A ellos y al resto de la comunidad, la señora María y los demás empleados les demuestran que el amor por lo que hacen es el ingrediente secreto.