Después del apagón: 3 claves para no comprar carne en mal estado
No te dejes engañar: Con las fallas de luz, algunos productos pueden haber perdido el frío necesario para su óptima conservación. Un tecnólogo de alimentos comparte claves para saber qué carne comprar.
Que se vaya la luz no significa necesariamente que se rompa la cadena de frío que mantiene los alimentos perecederos en buen estado. Los congeladores y las neveras son capaces de mantener bajas temperaturas por muchas horas y más aún si no se abren las puertas. A esta capacidad técnica se suma el tiempo que los alimentos demoran en descongelarse, si están dentro del freezer.
Sin embargo, más de 90 horas sin luz en todo el país y mucho más en otras zonas pueden haber causado que las carnes refrigeradas se dañen. Para saber cómo reconocer aquellas piezas en mal estado, Jorge Hernández de @MonagasGourmet, entrevistó al chef y técnico superior en Tecnología Pesquera, Carlos Piccinoni, quien compartió claves importantes sobre el tema.
Así que mire bien cualquier carne que vaya a comprar en estos días (y siempre) y fíjese en esto:
1. El color. Si tiene un tono verdoso o ennegrecido, descártela.
2. El olor. Cuando huele a rancio está rancio. No la compre. Y si simplemente le parece que tiene un olor desagradable, hágale caso a su olfato y déjela donde está.
3. La textura. Una superficie viscosa indica que no está en óptimas condiciones. Foto: Carne en buen estado Dato adicional: El especialista comparte algo más. Cuando falle la luz mantenga la nevera con la menos cantidad de cosas posibles. Es decir, saque los granos, las harinas y los arroces que posiblemente guarda allí. Mientras más carga haya en los refrigeradores, más pronto se dañarán los productos perecederos.
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Si la emergencia se va a instalar como parte de la rutina, tienes que estar listo. Aprovecha algún momento que no haya apagón para preparar algunas cosas y comprar otras para poder refugiarte en tu casa. Puede ser que el primer apagón general te haya sorprendido desprevenido y en tu casa no tenías suficiente agua o comida y, además, te quedaste sin batería en el teléfono celular. Es comprensible porque ese largo apagón del 7 de marzo, que duró tantos días, fue repentino e inesperado.