Lecturas sabrosas

Protagonista culinario: Tully conjuga ponquecitos y maternidad

En la película Tully, los ponquecitos significan mucho más que un pequeño pastelito 

Texto: Radhanaris García / Composición de imagen: Gabriela Policarpio / Fotos: Cines Unidos y Mundo de Película
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Quien asoció por primera vez los ponquecitos con el éxito de las madres demostró genialidad. La empatía que se genera al llevar cupcakes decorados de colores para compartir en la escuela de los hijos o simplemente el alivio temporal que alcanza una mamá al degustarlo hacen de este dulce mini pastel el Protagonista Culinario de Tully, una historia que muestra a la mujer que asume la maternidad como pocos quieren retratarla: agotadora, llena de sacrificios y mentalmente retadora.

A Marlo, interpretada por Charlize Theron, la presentan como una madre de dos hijos que está en la espera del tercero. Las urgencias económicas y la demandante sociedad que cuestiona a la mujer que decide ejercer la maternidad exclusiva, sin estar inserta en mercado laboral alguno, llevan a esta habilidosa progenitora por un sinfín de estados mentales. Las comparaciones con otros grupos familiares cercanos también afectan la percepción de sí misma en ese momento de su vida, aparte no escapa de las exigencias de los colegios en cuanto al rendimiento escolar de uno de sus hijos que tiene un carácter diferente a la masa.

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Cosas tan sencillas como disfrutar un muffin de chispas de chocolate oscuro y café descafeinado en la soledad de una cafetería son placeres que las mujeres embarazadas asumen como especiales, eso sí, sin librarse de las opiniones de extraños sobre si es correcto o no la elección que hizo la futura madre y los efectos que tendrá el inofensivo café sobre el feto.

¿Que no se puede llamar ponquecitos a los muffins, cupcakes o magdalenas? Sí se puede, tenemos la palabra ponquecito para identificar una masa de pastel que se hornea en capacillos individuales de papel como se hace con todas las presentaciones. ¿Que las magdalenas francesas se hacen solo con aceite, los muffins ingleses pueden ser también salados y que los cupcakes americanos siempre llevan decoración en el tope? Sí, y cada uno de los vocablos para identificarlos están bien, en otros idiomas y en otras culturas. Sin caer en mucha polémica es válido ser libres de llamar a cada uno como ponquecito, sin culpa.

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(Ponquecito de chispas de chocolate. Foto y receta: Radhanaris García)

La invitación a una cena con familiares puede volverse incómoda cuando los anfitriones alardean de su holgada economía y refinado gusto, tanto así que el perro de la casa se llama Prosecco, como el espumante italiano. Los niños son enviados a un lugar especial para que cenen entre ellos y los adultos puedan disfrutar la velada, le ofrecen un refinado plato de pasta, ensaladas, espárragos y vainitas y de postre un cuenco de la exótica fruta rambután, ante la que uno de los pequeños, hijo de Marlo, reclama papas fritas y nuggets de pollo. Por su parte a los mayores se les agasaja con un menú de corte asiático para ser engullido con palitos. En el final de la cena el hermano de Marlo le invita un cóctel, obviando que está en plena gestación, y en amena conversación le plantea la posibilidad de tener una niñera nocturna que le permita aligerar el sueño posparto, lo cual rechaza.

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Las comidas hogareñas luego del nacimiento del bebé se convierten en banquetes de platos congelados listos para calentar en el horno de microondas, como pizzas y brócolis. La alimentación de la agotada madre también incluye bols de tortillas de maíz con queso y algunos jalapeños, ingeridos frente al televisor. Ante el cansancio, decide que no es tan mala idea la presencia de la niñera en casa y de un momento a otro la dinámica del hogar cambia ante la presencia de Tully, la búsqueda de actuar y parecer una gran madre no se ve ahora tan descabellada con la ayuda extra que recibe, hasta ponquecitos adornados con caritas de monstruos de varios colores para llevar a la escuela de su hijo especial entran en el panorama.

El momento cumbre de la cinta, entre largos episodios de lactancia, se manifiesta cuando la protagonista logra servir cena caliente a sus hijos y esposo, un pollo asado con hiervas súper práctico de hacer. Si quieres superar el obstáculo, como Marlo, de hornear el ave perfecta sin desfallecer en el intento puedes realizar la receta del chef Víctor Moreno (pincha aquí http://elestimulo.com/bienmesabe/pollo-asado/) que es muy fácil y sorprende con el uso de una lata de cerveza para que conserve su forma al hornear.

La trama cierra con episodios contrastantes entre afecciones típicas de la lactancia materna y la reflexión sobre el rol de la mujer como madre, ya que no se puede ejercer bien la maternidad si no se cuida la salud mental y física. Se plantea que el amor propio debe ser proporcional al amor y cuidado que las madres dan a sus familias, para solo así mantener el equilibrio y no perder la cabeza.

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Tully es una cinta para mayores de edad por la historia que aborda, contiene desnudos parciales y escenas con consumo de alcohol, que deja abierto el diálogo entre los espectadores y su relación con la maternidad, la propia o la de mujeres cercanas, con un mensaje de tolerancia, comprensión y respeto a las vivencias de cada ser.

Ficha técnica

Título original: Tully (2018)

Género: Comedia

Duración: 94 min.

País: Estados Unidos

Dirección: Jason Reitman

Guion: Diablo Cody

Reparto: Charlize Theron, Mackenzie Davis, Mark Duplass, Emily Haine, Ron Livingston,Elaine Tan, Maddie Dixon-Poirier, Lia Frankland

Sinopsis oficial: Marlo siempre ha hecho todo por su cuenta pero con la llegada de su tercer hijo, comienza a tambalearse. Cuando finalmente contrata a una niñera enérgica y libre de espíritu para que la apoye por las noches, vacila al principio ante su extravagancia pero llega a formar un vínculo único con la pensativa, sorprendente y a veces desafiante joven niñera, Tully.

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