Internacionales

Bolivia: Opositor Camacho le llevará carta de renuncia a Evo Morales

El opositor Luis Fernando Camacho intenta que el mandatario de Bolivia, Evo Morales, firme la renuncia tras un proceso electoral considerado fraudulento. Mientras tanto violentos choques se dan entre manifestantes y la policía

Publicidad
Una imagen del opositor José Luis Camacho patea a Evo Morales
AFP |AFP

El miércoles el opositor Luis Fernando Camacho desafió al presidente Evo Morales y fue a La Paz para entregarle una carta de renuncia al mandatario.

La Paz tenía bloqueos en el sur, donde vive la clase pudiente y el centro a pocas cuadras de la casa de gobierno.

Es la tercera semana de protestas contra la cuestionada reelección de Morales en los comicios del 20 de octubre.

Manifestantes opositores ocuparon también oficinas públicas en el sur de La Paz.

En la ciudad central de Cochabamba había violentos enfrentamientos entre leales y rivales de Morales.

Morales encabezó el acto de 193 aniversario de la Armada en el Lago Titicaca, allí declaró que los militares deben estar al servicio de los bolivianos.

«Las Fuerzas Armadas siempre tiene que garantizar la soberanía del pueblo boliviano, al margen del rol constitucional de garantizar el territorio nacional», dijo Morales.

El comentario fue la respuesta a Camacho, quien el sábado pidió a los militares que se pongan al lado de los ciudadanos en esta crisis política.

Los militares se han mantenido al margen de la controversia electoral.

Te puede interesar

En La Paz crecía la tensión por la llegada de Camacho desde Santa Cruz la ciudad más rica de Bolivia y bastión opositor.

El líder cívico ha dicho que llegará a La Paz todos los días hasta que Morales firme su carta de renuncia.

«La historia se repite», replicó Morales el martes, y recordó que hace 40 años el general golpista Luis García Meza pidió la renuncia a la presidenta Lidia Gueiler.

Meza instauró una dictadura militar en Bolivia.

Bloqueos y protestas

En Santa Cruz los opositores ocupaban sedes de entidades y empresas públicas, y bloquean calles. Además hay paros parciales en otras ciudades de Bolivia.

Morales llamó a sus seguidores a defender la democracia y el resultado electoral, que está bajo auditoría de una misión de la Organización de Estados Americanos.

El país andino está crecientemente polarizado, sin diálogo entre ambos bandos, tras la cuestionada reelección y tras 13 años de gobierno izquierdista.

Nueve periodistas denunciaron agresiones el martes y las organizaciones de prensa pidieron a ambos bandos en pugna garantizar la labor de los reporteros.

Intento fallido

Camacho, un abogado de 40 años de edad, opaca al expresidente Carlos Mesa en el liderazgo opositor.

Mesa intentó el martes llegar a La Paz para ir al palacio de gobierno, pero ni siquiera pudo salir del aeropuerto.

Cientos de furiosos manifestantes oficialistas, muchos de ellos con palos, rodearon la terminal aérea.

Camacho volvió a Santa Cruz en una avioneta militar y culpó a funcionarios del aeropuerto por no haber podido salir de la terminal.

La frustrada visita es la acción más desafiante de la oposición contra Morales, a quien acusan de cometer fraude electoral.

El martes La Paz tuvo choques entre opositores y policías cerca de la Plaza San Francisco, la misma donde Morales encabezó un acto al mediodía.

«Nos encontramos con personas contrarias a la pacificación y atacaron con piedras, explosivos y objetos contundentes a nuestro personal, por lo que varias personas fueron detenidas», dijo el jefe de la Policía en La Paz, coronel José Antonio Barrenechea.

En dos semanas de protestas el país perdió 167 millones de dólares, 12 millones diarios, señaló el ministro de Economía y Finanzas, Luis Arce Cataroca.

Rechazo a la relección indefinida

Morales, en el poder desde 2006, fue elegido para un cuarto mandato hasta 2025, a pesar de que en 2016 un referéndum rechazó la reelección indefinida.

Un polémico fallo en 2017 de un tribunal constitucional afín le permitió ser nuevamente candidato.

La oposición exige la dimisión de Morales, la anulación de los comicios y la convocatoria a nuevas elecciones sin que él sea candidato.

Desde que comenzaron las protestas, al día siguiente de la votación, se han registrado dos muertos y 140 heridos, según la Defensoría del Pueblo.

La oposición boliviana rechaza la auditoría electoral de la OEA. Sostiene que se trata de una maniobra para mantener a Morales en el poder.

Publicidad
Publicidad