Internacionales

Brasil recuerda a Vlado Herzog, periodista que luchó contra la dictadura

Hace cuarenta años, miles de brasileños ocupaban la Plaza de Sé, conocida como el 'punto cero' de Sao Paulo, en una manifestación silenciosa contra el asesinato del periodista Vladimir Herzog, muerto en un calabozo del régimen militar, que quiso aparentar un suicidio.

Publicidad

«En términos de repercusión pública, fue el primer acto contra la dictadura después de 1968. La muerte de Vladimir y la reacción que esta desencadenó es un marco decisivo en el proceso de redemocratización del país«, explicó a Efe el historiador y profesor de la estatal Universidad de Sao Paulo (USP), Cícero Araujo.

Considerado uno de los mayores nombres del periodismo Brasileño y que dio nombre a un parque y a un importante premio de prensa y derechos humanos en Brasil, Herzog fue asesinado el 25 de octubre de 1975 después de haberse presentado voluntariamente al Centro de Operaciones de Defensa Interna, un órgano militar de la dictadura.

Sin antecedes criminales y funcionario público en la época, ya que era director de la estatal TV Cultura, ‘Vlado’, como era llamado por sus amigos y colegas, era acusado de militar en el Partido Comunista Brasileño (PCB), que funcionaba entonces en la clandestinidad.

«El aparato represivo había sido montado bajo la justificación de que existía una guerrilla de lucha armada. Pero en 1974 los grupos de lucha armada habían sido liquidados y el aparato represivo comenzó a seguir a los supuestos militantes del PCB», contó el historiados.

Después de ser buscado dos veces por las autoridades, una en su casa y la otra en el canal, Herzog, que nació en la antigua Yugoslavia y llegó de niño a Brasil, optó por presentarse voluntariamente al Centro de Operaciones de Defensa Interna (DOI), pensando que iba a ser liberado después de declarar.

Su antiguo compañero de trabajo y actual director del Instituto Vladimir Herzog, Nemecio Nogueira, calificó la muerte del periodista como «un accidente de trabajo» de los militares, que «no tenían motivos» para matarlo.

Para Nogueira, los militares «por incompetencia exageraron en la maldad» cuando lo torturaron y no pensaron que Herzog fuese a morir.

El también periodista y amigo personal Sergio Gomes recordó que «nadie ocupaba el cargo de director de la TV Cultura sin el aval del secretario de Cultura, que a su vez no designaba a nadie sin consultar antes a los órganos de información del régimen» y por eso Herzog era un hombre público y conocido.

Para el historiador Araujo, dicho deceso reflejó el total descontrol del aparato represivo del régimen y el error despertó a miles de personas que en los días posteriores se congregaron en la céntrica Plaza de Sé para expresar su indignación por la muerte injustificada del periodista, que se convirtió en símbolo de la lucha por la libertad.

Para contener la pacífica manifestación popular, los militares organizaron una gran operación, cerraron las calles en los alrededores de la plaza y detuvieron personas en el camino, pero aún así miles consiguieron llegar al ‘punto cero’ de la mayor ciudad del país. El académico destacó que:

«De una cierta forma el acto en la Plaza de Sé fue un desahogo, un alivio que unió todos los sectores de la sociedad identificados con el enfrentamiento hacia la intimidación y violencia».

Ese desahogo, según explica el biógrafo de Herzog y presidente del Sindicato de los Periodistas en la época, Audálio Dantas, fue decisivo para impulsar una reacción de conciencia nacional frente a los crímenes de la dictadura y que culminó con el movimiento «Directas Ya», que exigió elecciones la Presidencia.

«Antes, las manifestaciones eran aisladas, solo después de esas (por Herzog) comenzaron a alcanzar un espectro mayor de la sociedad. No tengo dudas de que el movimiento de las elecciones directas, no vino por acaso y tiene su origen en el caso ‘Vlado'», aseveró Dantas.

Publicidad
Publicidad