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Cadena perpetua por genocidio para dos dirigentes de los jemeres rojos

Los dos dirigentes de mayor rango de los jemeres rojos fueron condenados este viernes en Camboya a cadena perpetua por genocidio, un calificativo retenido por primera vez por el tribunal internacional 40 años después de la caída del régimen que dejó unos dos millones de muertos.

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Foto AFP

El ideólogo del régimen, Nuon Chea, de 92 años de edad, realizó una contribución significativa a la comisión de crímenes, tenía el poder de decisión último con Pol Pot, señaló el juez Nil Nonn. Por su parte, Khieu Samphan, de 87 años de edad, jefe del Estado Kampuchea Democrática, era el rostro del movimiento ultramaoísta.
Los dos acusados apelarán la sentencia, según informaron los abogados.
Ambos habían sido condenados ya a perpetuidad en 2014 por crímenes de lesa humanidad por el tribunal auspiciado por la ONU para Camboya, una pena confirmada en apelación en 2016.
Escondido tras sus habituales gafas negras, Nuon Chea escuchó el veredicto desde una celda especialmente acondicionada en el tribunal, debido a su débil estado de salud. Khieu Samphan estaba en la sala.
También estaban presentes varios cientos de personas, incluidos miembros de la minoría musulmana cham y monjes budistas.
“Los jemeres rojos asesinaron casi a 50 familiares míos. Es un sufrimiento”, declaró Math Sos, un musulmán cham de 75 años de edad.
Durante este segundo juicio, que probablemente será el último contra exmiembros del régimen de los jemeres rojos, un centenar de testigos declararon para denunciar decapitaciones, violaciones, matrimonios forzados y canibalismo.
Los dos acusados negaron las atrocidades.
El primer ministro camboyano, Hun Sen, quien también ocupó un alto cargo entre los jemeres rojos, ha pedido en varias ocasiones que no se envíe a ningún otro sospechoso ante el tribunal por los atropellos a gran escala cometidos entre 1975 y 1979, considerando que eso podría provocar agitación en el reino.
Nuon Chea y Khieu Samphan comparecen desde 2011 ante esta jurisdicción. Pero para intentar acelerar el procedimiento, a la vista de la envergadura de los cargos, los debates se dividieron en varios juicios.
La pena a cadena perpetua del primer juicio, por crímenes de lesa humanidad, y de este segundo, centrado en acusaciones de genocidio, se fusionaron.

Genocidio

Es la primera vez que el tribunal internacional retiene el calificativo de genocidio relativo a las acciones contra vietnamitas, miembros de la comunidad musulmana cham y otras minorías religiosas.
“La cámara dictaminó que se cometieron crímenes de genocidio”, subrayó Nil Nonn.
“El objetivo era establecer una sociedad atea y homogénea suprimiendo todas las diferencias étnicas, nacionales, religiosas, raciales, de clase y culturales”.
El calificativo no se refiere a las masacres de jemeres por jemeres, por más que fueran masivas, ya que Naciones Unidas no las considera genocidio.
Entre 100.000 y 500.000 chams, de un total de 700.000, fueron asesinados entre 1975 y 1979 por el régimen de Pol Pot.
Para Youk Chhang, jefe del Centro de Documentación de Camboya, un organismo de investigación que proporcionó numerosas pruebas al tribunal, este veredicto podría ayudar a cerrar un horrible capítulo de la historia camboyana.
“Este veredicto tendrá un peso muy importante para Camboya, la justicia penal internacional y los anales de la Historia”, declaró por su parte David Scheffer, experto durante el proceso para el secretario general de la ONU.
Para los observadores, el veredicto es criticable.
“Lo que es lamentable es que otros cuadros de los jemeres rojos bajo investigación probablemente nunca serán llevados ante la justicia debido a la intransigencia del primer ministro Hun Sen”, lamentó Phil Roberton, director de Human Rights Watch para la región asiática.
“El mundo esperó este momento durante demasiado tiempo. Décadas después de los crímenes y trece años después de su creación, el tribunal debería haberlo hecho mucho mejor”, criticó por su parte Amnistía Internacional.
Cuando se abrió el juicio, en junio de 2011, en el banquillo de los acusados se sentaban cuatro antiguos responsables. La ministra de Asuntos Sociales del régimen, Ieng Thirith, fue liberada en 2012 debido a su demencia. Su marido, Ieng Sary, exministro de Relaciones Exteriores, murió en 2013, con 87 años de edad.
El tribunal condenó también a Kaing Guek Eav, conocido como “Duch”, antiguo jefe de la prisión Phnom Penh S-21, donde fueron torturadas 15.000 personas. Fue condenado a cadena perpetua en apelación en 2012.
Pol Pot, el líder de los jemeres, murió en 1998 a los 73 años sin haber sido juzgado.]]>

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