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¿Cuál es el tope de Noel Sanvicente?

En esta columna se analiza los retos que tiene por delante el actual técnico del Caracas FC. Reconocido por su trabajo en la institución capitalina y Zamora, su paso por la selección nacional no fue exitoso. ¿Tendrá revancha o su futuro está en una liga foránea?

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Noel Sanvicente
EFE

Los últimos han sido días bonitos para el fútbol venezolano. Los que amamos esto nos lo merecíamos, luego de llevar tanto palo en esta pandemia. Los triunfos en Copa Libertadores y las presentaciones individuales de muchos de nuestros futbolistas en el exterior nos han brindado enormes alegrías, entendiendo además que la coyuntura triplica el valor de lo alcanzado.

Justo en este marco hay que resaltar un nombre en particular y, realmente, a pesar de lo repetido que pueda ser, uno no puede cansarse de hacerlo porque sobrepasa siempre lo positivo. Hablo de Noel Sanvicente.

La noche del miércoles 23 de septiembre, el técnico más ganador de Venezuela sirvió otra cátedra de manejo grupal para lograr otra victoria con Caracas en la Copa Libertadores. Se escribe fácil. Hace poco José Hernández, seleccionador nacional Sub 20 me decía: “Si la gente supiera lo que significa ganar un partido de Copa Libertadores. Son años luz en diferencias con el resto de clubes del continente. Ganar en ese escenario es algo extraordinario”.

Sanvicente le dio la oportunidad a un niño de 17 años para buscar la victoria. Saúl Guarirapa definió con la categoría de un atacante de raza para darle el segundo triunfo consecutivo a un equipo que solo ha jugado dos veces después de seis meses y ambos choques los ganó nada menos que en un escenario internacional. Si recordamos la dificultad de lo expresado por José Hernández, entonces el mérito de esto es muchísimo mayor y tiene en Noel su arquitecto.

No hay que redundar en el palmarés de Chita en Venezuela, pero sí recalcar que allá donde fue (Zamora y Caracas) no solamente ganó títulos: también fue capaz de generar estructura, de construir oportunidades para los más jóvenes, formar y promover el progreso sostenible de dos instituciones que, casualmente, son modelo de gestión deportiva en el país. Es un líder positivo, un generador inagotable de desarrollo.

Sin embargo, su paso por la selección nacional como técnico fue todo lo contrario. El más ganador del país se ganó a punta no solo de títulos, sino de capacidad y trabajo en clubes, la oportunidad de dirigir a Venezuela y el resultado fue estrepitoso. Ese mismo manejo grupal que le hizo exitoso en los clubes en los que estuvo al frente lo reprodujo en un escenario completamente distinto y se estrelló contra una realidad muy diferente a lo que significa el día a día del fútbol.

¿Qué le gusta a Noel? Trabajar, pero desde la oscuridad de la madrugada hasta la oscuridad de la puesta del sol. De lunes a lunes. Entrenar, reunirse, inspeccionar a los más jóvenes, ir a los partidos de las distintas categorías. Solo hace un alto para buscar a los muchachos en la escuela y llevarlos a casa a almorzar. Su esposa y sus hijos han aprendido a convivir con eso y entienden que así es papá: familia y trabajo. Aquí tampoco se puede minimizar el rol de los directivos que le contratan, quienes le brindan plenos poderes y libertades para trabajar en todos los aspectos de la institución, desde las jugadas a pelota parada hasta dónde van a dormir los chamos de la casa club. Sanvicente no deja escapar ningún detalle.

Llegó a Zamora y forjó un club campeón, que vendió futbolistas y que construyó su infraestructura. Volvió a Caracas para recomponer lo que se destruyó en su ausencia y lo logró: volvió a hacer del rojo el equipo campeón que siempre lo fue y ya se frotan las manos por la posibilidad de hacer caja con futbolistas jóvenes y muy talentosos surgidos bajo sus alas como Eduardo Fereira, Leonardo Flores, Anderson Contreras, Richard Celis, Jorge Echeverría o el mismísimo Saúl Guarirapa, que seguramente ya levantó las orejas de alguno que quiera saber quién fue ese chamo que no es mayor de edad y le dio la victoria a los suyos en Libertadores.

Entonces, ¿Cuál es el límite de Sanvicente? ¿Cuál es el paso en su carrera profesional que esté por encima de lo que ya hizo aquí?

Dirigir en el extranjero es una opción viable y nadie duda que pueda hacerlo con éxito. Sin embargo, no ha sido tan fácil para los técnicos nacionales cruzar la frontera para hacer su trabajo. Richard Paéz y César Farías, los máximos exponentes de los entrenadores que se han sentado en banquillos foráneos, tuvieron éxito previo sentados en el de la Vinotinto. Es la selección nacional la máxima vitrina para que de afuera se fijen en ellos, por lo que se hace más cuesta arriba esta posibilidad.

El nacido en San Félix hasta el sol de hoy, no ha manifestado que no quiera volver a dirigir a la selección nacional, pero tampoco que quiera ser su técnico nuevamente. Si bien sería una revancha personal para él, no lo toma como tal. Hay algo que sí deja claro: no es un quebradero de cabeza para él su futuro. Mientras esté a gusto donde esté y haciendo lo que sabe hacer, siempre con la familia cerca, Sanvicente prefiere quedarse. En Caracas está muy a gusto y nada indique que cambie de aires, pero ¿está para otra cosa?

No será por conformismo, sin embargo Chita no se desvela por “algo más”. Lo que vivió en la selección le curtió la piel y él no le debe nada a nadie, solo le importa lo que de él piense y crea su familia. Para él no será problema seguir llenándole las vitrinas de títulos a Caracas y seguir buscando la trascendencia en la Libertadores y Sudamericana con el rojo hasta donde más lejos se pueda. Su meta es alcanzar los objetivos planteados donde está.

Yo sí creo que está para algo más. No nos hemos cansado de demostrar que su trato con el dirigido cambió y mucho luego de su experiencia en la Vinotinto. La selección es una opción muy a futuro (otra estructura federativa, otra generación de futbolistas) y una oportunidad para dirigir un club en el extranjero, también. Lo que pasa es que Noel está muy a gusto y no creo que quiera cambiar. ¿Quién se quiere ir de dónde lo quieren?

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