Salud

Carnaval en Tucacas, Vargas y Aragua renueva amenaza de covid en Venezuela

Algunas playas atestadas de gente, como en Tucacas, Aragua y Vargas, dieron algunas señales de reactivación en este Carnaval atípico de Venezuela. Pero al precio de renovar la amenaza del coronavirus por el incumplimiento de las medidas de prevención por parte de quienes todavía parecen creer que covid-19 es un asunto de otros países.

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Un supuesto video de centenares de personas bañándose hacinados en las tranquilas aguas de Tucacas, en las costas del estado Falcón, ilustró en carnaval las paradojas de Venezuela. Este país parece vivir realidades paralelas entre la miseria  y la opulencia, la realidad y las mentiras propagadas por los medios oficiales de propaganda.

Según la versión oficial del régimen de Nicolás Maduro, la pandemia del nuevo coronavirus está bajo control, gracias a las infalibles políticas innovadoras inventadas en Venezuela. Entre ellas, la estrategia de 7×7, que en cristiano significa siete días de «cuarentena estricta» seguidas de siete días de flexibilización.

Esta vez, la flexibilización alcanzó al carnaval y este miércoles de Cenizas, y se supone que a partir del jueves, todo el mundo se vuelve a recoger para protegerse del virus.

Covid firme y a discreción

En la noche del martes de carnaval, el gobierno de Maduro reportó 350 nuevos casos de covid-19 en el país en las 24 horas anteriores. Fueron detectados en laboratorios de biología molecular y de equipos de pruebas antigénicas rápidas instaladas en todos los estados, según la versión oficial.

La cifra total de contagios reconocidos por el régimen chavista se eleva así a 133.927.

La «tasa de recuperados se mantiene en 94% del total de casos, al registrar 125.924 personas sanadas gracias a los tratamientos gratuitos que garantiza el gobierno bolivariano», según el parte transmitido por los medios del gobierno y sus cuentas en redes sociales.

Los casos fueron registrados en 14 entidades: Distrito Capital (92), Miranda (80), Carabobo (51), Zulia (34), Trujillo (30), Yaracuy (16), Nueva Esparta (14), Vargas (10), Táchira (4); Aragua y Lara (3 c/u); Portuguesa (2); Monagas y Guárico (1 cada uno).

El parte diario también reconoció el fallecimiento de siete (7) personas en la jornada, «para elevar la cifra de decesos a 1.292 víctimas fatales por el coronavirus», desde hace casi un año, cuando la pandemia llegó oficialmente a Venezuela.

En carnaval se disfrazan todos


El canal oficial de propaganda VTV reseña la invitación de Maduro y suma algunas recomendaciones:

«Es importante recordar el uso del tapabocas, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, el uso de alcohol o gel desinfectante luego de tocar alguna superficie, objeto o contacto con otra persona, asimismo mantener el distanciamiento social, y ante cualquier síntoma acudir a un centro de salud».

Muy válidas las recomendaciones, pero en la mayor parte de las barriadas pobres y urbanizaciones de clase media no hay o falla a diario el suministro de agua corriente; el hogar promedio no tiene dinero para invertir en compra de alcohol o geles desinfectantes. Además, muy poca gente atiende el llamado a mantener el distanciamiento social.

Y los hospitales públicos en Venezuela están hacinados, sin recursos mínimos ni para una sutura o para medir la tensión sanguínea; y en ellos es más fácil morir por falta de medicinas y atención que por la enfermedad propiamente dicha.

Las cifras oficiales y la efectividad de la atención real a los pacientes sintomáticos, o los contagiados asintomáticos, están bajo escrutinio de profesionales independientes de la salud.

También activistas de organizaciones humanitarias, políticos de oposición y de personas comunes y periodistas que han vivido la desdicha de tener familiares internados en hospitales públicos ponen en duda la verdad propalada por la propaganda.

Me gustaría entender por qué el número oficial de contagios permanece casi idéntico a lo largo de meses, con o sin cuarentena, con o sin vuelos internacionales… https://t.co/XXfu8EJUFe

Mascarilla de paseo

Pero en la práctica, las medidas de contención, prevención, o el relajo absoluto en Venezuela las lleva cada cual, cada familia y cada comercio o fábrica en las medidas de sus posibilidades reales.

El uso de la mascarilla o tapabocas es exigido en los comercios, pero en las calles, en las largas colas de horas y días para repostar gasolina, en reuniones familiares, en partidos de fútbol o béisbol en los barrios, en los ventorrillos callejeros donde se abastece buena parte de la población en mercados populares informales, el famoso tapabocas es un adorno, una especie de babero, o está totalmente ausente.

Retorno a la realidad

El gobierno promovía los viajes en este carnaval como una evidencia de la normalidad y acaso en un esfuerzo por transmitir señales de reactivación de una economía que lleva siete años en absoluta depresión.

Pero predominan las evidencias de que en realidad poca gente pudo viajar lejos y se concentraron en las playas cercanas. Por ejemplo, el retorno a Caracas por tierra era un camino expedito en las últimas horas del carnaval.

En el pasado, esa era una experiencia enervante y demandaba varias horas en colas de vehículos los martes de carnaval en la tarde y la noche. Pero este año 2021 apenas transitaban algunos vehículos en la vía.

Los temporadistas que consiguieron gasolina y vehículos se concentraron en algunas playas, además de las de Tucacas.

La ministra del Interior, Carmen Meléndez, afirmó en la mañana de este miércoles de cenizas que 2,794 millones de personas, temporadistas, se movilizaron «durante estos Carnavales Bioseguros» en todo el país.

También aseguró que no hubo hechos que lamentar en esta movilización, que de cualquier forma es la más grande desde hace ya casi un año de parálisis total obligada por la pandemia del nuevo coronavirus.

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