Opinión

Censura bajo el régimen de Maduro (II): El adiós de VPI televisión

El cierre de VPI TV es otra voz, otra pantalla independiente, que pierde la sociedad venezolana en esta suerte de trituración que envuelve al mundo periodístico venezolano

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Se trató de un cese anunciado de operaciones. El mensaje del canal de televisión por Internet VPI, cuya sede principal está en Miami, confirmando el domingo 10 de enero de 2021 que dejaría de trabajar en Venezuela, era el paso esperado tras todo lo ocurrido en un día que podríamos llamar el viernes negro de la libertad de expresión e información en Venezuela.

Incautación de equipos en un canal de televisión por Internet, cierre de la web de otro medio, portales bajo ataque cibernético y otro sitio de noticias sometido a una campaña de descrédito por medios privados afines al régimen.

Este cóctel de hechos, en teoría no relacionados, deja en evidencia que eran fundados los temores de que comenzara una cacería de brujas en Venezuela una vez que el chavismo pasara a copar todos los poderes públicos.

El 5 de enero tomó posesión una nueva Asamblea Nacional controlada ampliamente por figuras afines a Nicolás Maduro. No es un secreto que se esperan acciones políticas y judiciales en contra de Juan Guaidó, quien encabezó al parlamento en 2019-2020, así como acciones contra periodistas, medios y organizaciones no gubernamentales, tal como lo han señalado los propios voceros del chavismo.

El número dos del régimen, Diosdado Cabello, reiteró este 6 de enero que las organizaciones no gubernamentales son peligrosas y hasta “pueden organizar un golpe de Estado… y reciben financiamiento para desestabilizar a gobiernos”. 

En esa misma dirección, la cancillería de Venezuela reclamó este 8 de enero al gobierno del Reino Unido por el apoyo que le dio Londres al reconocido medio digital Efecto Cocuyo, al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y a la red de emisoras de la iglesia católica Fe y Alegría.

Medios privados, pero afines al chavismo, tergiversaron este hecho y han señalado que Luz Mely Reyes, una laureada periodista venezolana directora de Efecto Cocuyo, habría recibido “un millón de dólares”, cuando en verdad la donación británica estuvo en torno a los 60.000 dólares.

Esta versión falseada y malintencionada fue reproducida por Globovisión, El Universal y Últimas Noticias, tres medios venezolanos que tienen en común haber cambiado de dueños y estar en manos ahora de testaferros o capitales oscuros.

Este hecho fue el telón de fondo para una serie de sucesos. El canal de televisión por Internet VPI TV, cuyas transmisiones por YouTube le dieron una amplia y constante cobertura a Guaidó en los últimos dos años, fue visitado por funcionarios de la Comisión de Telecomunicaciones y del servicio tributario.

Luego de más de 4 horas de inspección por parte de comisiones de Conatel y el Seniat, estos funcionarios del régimen de Maduro decidieron confiscar los equipos de la televisora.

Según el reporte del Instituto de Prensa y Sociedad entre los equipos incautados se encontraban laptops, cámaras de televisión, equipos de transmisión y televisores. Según los funcionarios estos equipos serían devueltos una vez que se presente la documentación requerida sobre la propiedad y permisos.

Un pase de factura

La acción contra VPI TV, cuya sede principal está en Miami, debe entenderse como un pase de factura por la atención que le prestó este medio a Guaidó.

Conatel, desde enero de 2019, giró instrucciones a los canales de televisión y emisoras de radio para que no difundieran las actividades de Guaidó y para censurar la posibilidad de que los medios se refirieran a éste como “presidente interino”, una condición que le dieron más de 50 países al presidente del parlamento, antes de que el chavismo tomara el control del poder legislativo.

Tal Cual, un sitio web crítico del régimen, sufrió un ataque cibernético este viernes. 

Las autoridades tributarias decidieron cerrar por cinco días la plataforma web de Panorama, un medio impreso con más de 100 años, cuya edición en papel debió suspenderse hacer dos años tras perder el acceso al papel periódico, una vez que este pasó a ser monopolio del Estado. De acuerdo con los funcionarios, Panorama ha incumplido deberes tributarios.

A través de un comunicado, la directiva de VPI denunció el procedimiento al señalar que las comisiones llegaron a ambas oficinas sin una orden por escrito. Igualmente calificaron este hecho como un modo de hostigamiento y censura al trabajo periodístico ya que, además de incautar los equipos, “solicitaron claves de los procesos de transmisión y además revisaron correos electrónicos relacionados a la operación”, de este canal por internet.

Dos días después de este allanamiento y confiscación de equipos llegó el adiós esperado, este medio digital no seguirá operando en Venezuela. Es otra voz, otra pantalla independiente, que pierde la sociedad venezolana en esta suerte de trituración que envuelve al mundo periodístico venezolano.

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