Venezuela

Choques entre policías y trabajadores informales paralizaron la frontera

Fuertes enfrentamientos se registraron cerca del mediodía de este martes 1º de octubre en el corregimiento colombiano de La Parada, a pocos metros del puente internacional Bolívar que une a Venezuela y Colombia, la acción desencadenó la suspensión del paso peatonal de manera preventiva entre ambos países 

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Foto: Cortesía

Con piedras, palos, gas lacrimógeno y hasta con objetos incendiarios se enfrentaron este martes los conocidos «carrucheros», (personas que con improvisadas carretillas transportan mercancías de un lado al otro de la frontera) con el grupo ESMAD, Escuadrón Móvil Antidisturbios de la policía colombiana.

El impasse se generó, de acuerdo a las declaraciones del Comandante de la Policía de Cúcuta, José Luis Palomino, por uno de los trabajadores informales que llevaba mercado al otro lado de la frontera y confrontó a las autoridades colombianas.

«En la estampida se generó la incineración de un vehículo y sufrieron daños tres más», dijo la autoridad colombiana.

El grupo de manifestantes en su mayoría de nacionalidad venezolana se niegan a ceder los espacios comunes -que han ido tomando con el tiempo- en la localidad de La Parada, y al cual han ido llegando en masa, hombres, mujeres y niños de diferentes zonas del centro de Venezuela.

El jefe policial informó que ya han sido identificadas las personas que generaron los disturbios y afortunadamente no se registró ninguno lesionado.

Los choques lograron que se suspendiera por un corto periodo el desplazamiento de transeúntes de un lado a otro del puente internacional Simón Bolívar, además fue suspendido el sellado de pasaportes en las oficinas de la Dirección de Aduanas Nacional, (DIAN), cercana al puente binacional. El espacio fue cerrado para evitar daños mayores y como medida preventiva.

En horas de la tarde la situación había logrado ser controlada por el ESMAD y las actividades retornaban a la normalidad.

«A este problema tiene que ponerle el ojo las autoridades. No puede ser que por un afán comercial la situación ya se esté escapando de las manos y la zona de La Parada se está convirtiendo en un antro. En plena vía pública se ven hombres y mujeres drogándose, a plena luz del día y lo peor es que los acompañan niños y adolescentes. En la zona hay prostitución, robos y es el caldo de cultivo de las bandas criminales armadas que operan en la frontera», dijo el comerciante Jaime Rangel.

«Lamentablemente, me da pena decirlo pero la mayoría de estas personas son de nacionalidad venezolana, venidos de los estados del centro del país, Caracas, Valencia, Maracay, Barquisimeto. El Estado colombiano no ha puesto mano dura, ni suficientes controles a la situación. Se trata de un problema social que se debe resolver, hay que hacer una labor de profilaxis. Si no se toman los correctivos, el problema avanza y se puede extender a la población vecina de Villa del Rosario y hasta Cúcuta», declaró Rangel.

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