Jacobo Borges: retrospectiva en digital

Jacobo Borges, con su característica gorra, posa con cualquiera que le pide una foto. No puede caminar libremente, sus admiradores le cortan el paso. Tampoco se detiene en mayores conversaciones. Sonreír para las cámaras se convierte en su actividad programada del día. “Jacobo es como un cantante de rock”, se escucha entre la multitud. En aquella mañana caraqueña, sigue siendo el mejor acompañante de una selfie, aunque personalidades como Diego Rísquez estén en la galería. Tomarse una fotografía con cualquiera de sus obras se convirtió en el modus operandi de la velada que comenzó a las 11 de la mañana en la Galería Freites de Las Mercedes, en la avenida Orinoco.

“Nos encontramos aquí celebrando al niño feliz e irreverente que permanece”, dijo César Miguel Rondón en sus palabras de bienvenida. Entre anécdotas que evocan una cercana amistad, Rondón celebró la inauguración de la más reciente exposición del pintor caraqueño Jacobo Borges. La Galería Freites presentó este domingo 21 de febrero los últimos treinta años de su vida artística con 50 piezas pictóricas, con contrastes entre el óleo y la diagramación digital que marcan su entrada al siglo XXI. “Nunca supo explicarse cómo era venir a la vida en un sitio reservado para la muerte, pero le parecía que era un lugar importante”, dijo Rondón a un público expectante que llenaba ambos pisos del lugar.

La exposición Jacobo Borges recibe al público con colores fuertes y trazos marcados, propios de su trabajo en los 80s. La obra más antigua de la selección abre la colección del pintor. Nuevo mundo, hecha en óleo entre 1981 y 1986, da paso al compilado de cincuenta obras, ordenadas casi cronológicamente entre los dos pisos de la galería. “La primera etapa eran obras muy violentas políticamente”, explica la curadora de arte, María Luz Cárdenas. Borges mantiene una línea discursiva que se enmarca en la deformación de la imagen, “sobre todo cuando ves obras con figuras humanas. También el espacio que se abre a otro espacio. A partir de allí, él articula su lenguaje”, explica la curadora.

El agua y el viaje marcan la pauta en las obras presentadas en la galería, el primero como elemento que encarna al segundo en el recorrido de la historia que se presenta. Su carácter cosmopolita y sus estadías en distintos países y continentes se plasman en sus lienzos, permitiéndoles a los espectadores transitar con él a sus experiencias por Berlín, Nueva York o la misma Venezuela.

Sin embargo, la llegada del nuevo milenio y las nuevas tecnologías impactaron en la forma de Borges de hacer arte y su presentación. La articulación de un nuevo escenario plástico se evidencia con las series El color en un observador de hojas aserradas y bulbos (2008), Paisajes de la memoria (2011) y Desde el mar (2013-2016), ubicadas en la planta baja del recinto. “Son paisajes que han estado dentro de mí como pedacitos chiquiticos. No soy el responsable de que estén ahí abandonados. Era un camino que no había concretado. Aquí abro la puerta hacia una manera distinta de mirar”, explica el mismo Borges en un entrevista dada a El Universal en octubre de 2011, en la que hace referencia a la técnica Duborcom —trazos digitales realizados sobre pantalla táctil.

Cárdenas apunta que la escogencia de las obras fue un trabajo colaborativo. “Fue Alejandro Freites quien tuvo la idea de recopilar sus últimos treinta años. Él ya había ido reuniendo obras. Jacobo y Diana, su esposa, estaban fuera y llegaron a Venezuela. Entre los cuatro hicimos la selección”, aclara. La exposición se encuentra dividida en doce series: Antecedentes y engranajes (1981-1986), Espejo de aguas (1986-1992), La puerta y el umbral, México y Berlín (1988-1992), La materia del tiempo (1994), Es el alma cosa extraña en la tierra (1995-1996), Aproximación al paraíso perdido (1999), Retratos y autorretratos (2000), Sala con ventana al mar (2005), El color en un observador de hojas aserradas y bulbos (2008), El bosque II y lo que crece (2000-2010), Paisajes de la memoria (2011), y Desde el mar (2013-2016).

La exposición Jacobo Borges será escenario de encuentros sabatinos que se llevarán a cabo del 27 de febrero al 23 de abril, con invitados especiales como su hija Ximena Borges y la curadora Cárdenas.