Carta de Toto Aguerrevere al Niño Jesús

Pese a las tribulaciones que aquejan este año —inflación, escasez, inseguridad y falta de dólares—, los venezolanos no pierden las esperanzas. Incluso hacen sus cartas al Niño Jesús

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Querido Niño Jesús o en su defecto San Nicolás o quien reciba estas misivas… Querido pasante en el Polo Norte:

Buenas. No te he escrito desde esa traumática conversación que tuve con mis papás a los nueve años cuando me enteré cómo es el merecumbé contigo. No te voy a mentir, me dolió bastante, pero lo superé cuando descubrí las tarjetas de crédito.

Ahora te contacto porque veo mi cuenta bancaria y el dólar paralelo y me doy cuenta de que estoy en la carraplana. Por lo tanto, solo me queda pedir deseos, porque esos no cuestan plata. Si pudiera, lanzaría una moneda a un pozo, pero la última vez que yo estuve frente a uno fue en una finca y ¡Qué fastidio manejar hasta allá! Así que tú eres mi segunda mejor opción.

(Aquí iba un párrafo sobre cómo he sido un hombre bueno este 2014, pero vamos a estar claros, eso no sucedió. Por lo tanto si este año me quieres traer carbón, adelante. Me provoca hacer una parrilla y si tú pones el carbón, eso en la vida adulta no se llama castigo, sino amigo).

Quisiera pedirte encarecidamente que me traigas un porro de marihuana y unos lentes 3D. Sí, leíste bien. No soy gran fan de las drogas, pero el Presidente de mi país se encadena muy a menudo por radio y televisión. Para que tengas una idea, desde el 2013 se ha encadenado por más de 332 horas. Estamos hablando de un promedio de 34 minutos diarios de insultos y amenazas de atentados magnicidas sin fundamento. Como los cigarros van a subir en un 70%, la caña está carísima y el Valium no se consigue, considero que una experiencia alucinógena en tercera dimensión es la mejor solución.

Entiendo que eres el Niño Jesús y eso de conseguirte un traficante en el Polo Norte puede ir en contra de las políticas de empleo de San Nicolás. Si es muy difícil, de repente me podrías traer en cambio una venda. Verás, tengo tiempo pensando que los tapaojos que usa la Dama de la Justicia del Poder Judicial están vencidos, y creo que esa doña anda discriminando los casos. Tanto, que a veces pienso que no lleva sino unos lentes Prada.

¿Cómo es posible que en nueve años el Tribunal Supremo de Justicia no haya dictado ni una sola sentencia en contra del Gobierno? ¡Ni una Niño Jesús! Y yo vivo en un país donde las niñeras oficialistas viajan armadas, las colitas de PDVSA volvieron descaradamente y Leopoldo López no sale libre ni que venga Ban Ki-moon a tomarse un selfie con la jueza Susana Barreiros.

Me encantaría también una franela que dijera: “Vamos a mantener el dólar a 6,30 pa’ todo el año”. Creo que es uno de los mejores chistes que hizo Nicolás Maduro en el 2014. Otra franela que me gustaría tener es una que diga: “Usted está desinformado”. La Fiscal General Luisa Ortega Díaz gozó una pelota usando esa frase y de repente yo así gozo algo también. Si te emocionas, también me puedes mandar una que subraye: “Venezuela está como José Gregorio, a la espera de un milagro”. Así por lo menos contribuyo con la causa de su beatificación.

Estos son todos mis deseos, querido Niño Jesús. Te iba a pedir inclusión, seguridad y prosperidad en Venezuela, pero creo que es más fácil que me consigas el porro, la venda y mis franelas. No tengo arbolito de Navidad porque me parecieron carísimos pero me lo puedes dejar debajo del árbol del edificio que puso el conserje. Notarás que ese pino no tiene bolas, pues como me aseguró el conserje: “Aquí las únicas bolas que valen la pena son las de María Corina Machado”. Eso me gustó. Si puedes traerme una franela con ese mensaje para regalárselo a él sería una nota.

Atentamente y deseándote una Feliz Navidad (y cumpleaños),

Toto. Edad, 35.

QP.D. Dile a San Nicolás que ponerle un plato con galletas y leche va a ser complicado. Si él quiere leche lo invito a que haga la cola del supermercado conmigo.

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