Política

Da la fecha ¡La descarada Tibisay!

Parece una estrategia por parte del Consejo Nacional Electoral no convocar a elecciones parlamentarias. La pregunta que el pueblo intenta responder es: ¿por qué no lo ha hecho si en procesos anteriores han anunciado incluso con 11 meses de antelación? La espera desmoraliza

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Es sabido: desde que Jorge Rodríguez abandonó la presidencia del Consejo Nacional Electoral para recibir el premio de Vicepresidente de la República de manos de Hugo Chávez —galardón que se acostumbra entregar a árbitros imparciales en todas partes del mundo menos en Venezuela—, el trono del Poder Electoral lo ha ocupado la señora Tibisay Lucena, alias “Dora La Votadora”.

La señora Lucena es la dueña del prime time de madrugada en la noche de cada elección donde los venezolanos nos reunimos en masa con la esperanza de que ella anuncie que el candidato por el cual votamos ha sido irreversiblemente electo al cargo. Irreversiblemente, eso jamás ha ocurrido. Con ella, o mejor dicho, con la baranda que da hacia su oficina, nos hemos desvelado todas esas madrugadas, a la espera de un resultado que logre cambiar el curso que tanto necesita Venezuela.

En todas las elecciones anteriores, solíamos poner un vinito espumante a enfriar en la nevera por si acaso, pero ya ni eso. “Enfríe eso, compadre y confíe en mí que yo sé de estas cosas”, decía siempre el vecino del 3-B. Por alguna razón los que viven en el 3-B siempre saben de todo. Y uno ponía a enfriar su botellita. Pero nada. Hoy en día el vecino del 3-B se fue del país y, como están los precios, lo máximo que podremos enfriar en las próximas elecciones parlamentarias será una agüita con gas.

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Eso es si hay elecciones. ¿Alguien me puede decir qué le pasa a Tibisay Lucena con el anuncio de la fecha para las parlamentarias este año? ¿Acaso se le olvidó? Algo imposible si consideramos la cantidad de comicios que se han celebrado en Venezuela. Desde que ocupó la presidencia del CNE, la señora Lucena ha estado al frente de la convocatoria de ocho de 15 elecciones para cargos de elección popular. Más, si contamos los referéndums y primarias y seguramente la elección de Señorita Revolucionaria Parroquia El Colibrí.

No es secreto que en todos los comicios que ha comandado, doña Lucena ha convocado a elecciones entre ocho y seis meses antes de su celebración. A menos que ocurra un incidente donde vuele un  pajarito y, por consiguiente, haya que acelerar a toda mecha nuestra versión autóctona de la pelea Mayweather-Pacquiao. Pero entonces, si el CNE puede montar un sarao en menos de 35 días, como ocurrió en este último caso, ¿cuál es el postín con las parlamentarias?

Incluso, en algunos casos, Tibisay ha anunciado las elecciones muchísimo antes de su convocatoria oficial. Por ejemplo, las del 7 de octubre de 2012 en las que se midió Hugo “Amo Votar” para la presidencia —y que lo enfermaron aun más en el proceso pero eso sí no es culpa de Tibi.

En esos sugragios, El CNE convocó oficialmente el 29 de marzo de 2012, es decir siete meses antes, pero las anunció el 20 de septiembre de 2011. Igual sucedió con las parlamentarias del 26 de septiembre de 2010, las cuales fueron convocadas formalmente el 14 de abril de 2010 pero anunciadas el 4 de noviembre de 2009.

Entonces, estamos hablando de que el CNE ha anunciado elecciones en el pasado con hasta once meses de anticipación. Si esta ha sido la práctica en el pasado, ¿qué espera la Presidenta del CNE? ¿Cambios irreversibles en las encuestas?

La ley no establece cuándo debe ser la fecha de la convocatoria. Solo dice que los parlamentarios deben estar juramentados en sus curules y listos para caerse a piñas —porque lamentablemente no se puede negar que esa también ha sido la practica en esta Revolución—, el 5 de enero de 2016. Es decir, el CNE podría anunciar elecciones el 4 de enero de 2016, poner a todo el mundo cual maratonista a salir corriendo a votar y decir en la noche: “Listo. Tendencia irreversible. ¡Diputados electos en hemiciclo!” Eso sería un escenario imposible pero ya ni lo descarto pues aquí se ha visto de todo.

Es innegable que Venezuela necesita un Poder Legislativo independiente que sea la voz de sus electores para crear las leyes que necesitamos —si no queremos ahogarnos. Porque no es mentira que estamos de salvavidas. Y la Presidenta del CNE se da el postín de no anunciar la fecha de una elección crucial para nuestro futuro como si todos estuviéramos flotando dentro una piscina. ¿En piscina? ¡Da la fecha, descarada! Que por falta de leyes claras y poderes dependientes nos estamos ahogando en impunidad, lenidad y mentiras.

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