Íconos

Daniela Alvarado como Liz Taylor

Desde sus precoces imitaciones en los Minipops de Sábado Sensacional, pasando por su fanatismo enamorado de unos jovencísimos Servando y Florentino, hasta sus más recientes incursiones en el teatro, la amplitud interpretativa de Danielita Alvarado no conoce límites. Ahora, alejada del culebrón televisivo, la hija de Daniel Alvarado y Carmen Julia Álvarez, se transforma en Elizabeth Taylor, la eterna Cleopatra

Texto: Víctor Pastore | Fotografía: Diana Baldera
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Hacia el final de la década de 1950, el estudio Twentieth Century–Fox aceptó filmar (otra) película sobre la vida de Cleopatra. Inicialmente, buscaban realizar una producción mucho más modesta que las versionas anteriores de la historia. Comenzaron con un presupuesto de tan sólo 2 millones de dólares y para el papel protagónico buscaban convencer a alguna de las actrices que ya Fox tenía en nómina: Joan Collins o tal vez Joanne Woodward.

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Pero el estudio no contaba con la ambición de Walter Wagner. El productor de la cinta veía en la historia de la última faraona de Egipto todo el potencial para desarrollar una tremenda épica de proporciones descomunales. Por la inédita suma de un millón de dólares, enlistó a Elizabeth Taylor como la soberana egipcia. Y justo en ese momento comenzaron los problemas. Para ahorrar unos centavos en impuestos, Liz exigió que las filmaciones se hicieran en el Reino Unido. Pero Londres resultó pésimo en su papel de Alejandría. Las constantes lluvias arruinaron más de una esfinge y monumento de cartón piedra, además de causar la muerte de centenares de palmeras importadas y la neumonía de La Taylor. Cleopatra –1963– casi arrastra al estudio hollywoodense a la bancarrota. La película sobrevivió el despido de su director, la renuncia de varios actores principales y la mudanza de toda la producción a tierras italianas, mucho más cálidas.

Durante la producción de la cinta, la prensa rosa se volvió adicta a estas historias de divas hospitalizadas de emergencia, extras acosadas sexualmente por actores, y guiones que se escribían sobre la marcha. Pero más fascinante que cualquiera de las diez plagas bíblicas que cayeron sobre la producción resultó el escandaloso affair que Elizabeth Taylor y Richard Burton iniciaron en el set de Cleopatra. Algunos años después, la Taylor llegaría a declarar que “En realidad no recuerdo mucho de Cleopatra. Había muchas otras cosas ocurriendo”.

Treinta millones de dólares después, Twentieth Century–Fox tenía su largometraje sobre Cleopatra, en una estrafalaria versión inicial de seis horas de duración. Después de muchas discusiones lograron recortarla a cuatro horas para la premiere, y finalmente a tres para los simples mortales.

Con el mismo magnetismo de una Liz Taylor criolla, la actriz venezolana Daniela Alvarado aceptó transformarse en la más memorable encarnación de la última reina de Egipto. Adoptando el dramático peinado jeroglífico, y ese extraño maquillaje, a mitad de camino entre papiro vintage a.C. y psicodelia sesentosa temprana, Daniela Alvarado canalizó la sensualidad y autoridad desafiante de la actriz de los ojos violeta. Exactamente el tipo de espectáculo que se espera de las artistas con la experiencia y el encanto de Danielita.

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Víctor Pastore – Concepto y edición
Renata Escorihuela – Concepto y edición
Diana Baldera – Fotografía
Bárbara Marín TFR Studio – Maquillaje
José Luis Catarí Beauty Bar – Estilismo
Daniel Leal – Textos y vestuario

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