Entrevista

Diana Volpe: su embajada es el teatro

La actriz venezolana acumula más de 40 años de trayectoria. Graduada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, trabajó en Tokio, Londres, Washington y Nueva York. Hoy monta, como directora, la obra Piel mercurio en La caja de fósforos de Bello Monte

Publicidad

El día en que Diana Volpe (Caracas, 1951) logró por fin convencer a su padre de que la inscribiera en una escuela de ballet, la escuela estaba cerrada. Quitarle la idea a su papá de que bailar no era un oficio decente no resultó fácil. Hasta una huelga de hambre casera tuvo que hacer para conseguir su objetivo. Llámelo destino o casualidad: aquella niña no sería bailarina sino actriz.

La afición de la intérprete por las artes se encuentra, quizás, en sus genes. Su mamá, retirada del teatro al casarse a temprana edad, nació sobre un escenario cuando la abuela de Volpe se preparaba para participar en una obra. Ya después vinieron las piezas que hacía en el colegio Agustin Codazzi de La Florida y las representaciones que organizaba a sus vecinos o a sus cuatro hermanos. Mucho más tarde, el inicio de una carrera que tiene más de cuatro décadas.

—Fue en Estados Unidos que decidí ser actriz. Ya había sacado mi licenciatura en Ciencias Políticas en Pensilvania, terminaba mi postgrado en Relaciones Internacionales en Georgetown y me dije que ahora sí tenía que hacer teatro. Me inscribí en el HB Studio de Nueva York. Tomé clases de danza mientras hacía la tesis. Al regresar a Venezuela también trabajé y actué a la vez. Hoy me pregunto cómo era que hacía tantas cosas en un día.

***

Diana Volpe volvió a Caracas cuando tenía 25 años. Se había ido a los siete a Génova al pensar su familia que, tras la caída de Marcos Pérez Jiménez, se instalaría un régimen comunista en el país. Ya en su lugar de origen, luego de su paso por suelo norteamericano, realizó talleres con Carlos Jiménez, Juan Carlos Gené y Enrique Porte. Hizo teatro y trabajo de oficina. Laboró en el Instituto de Comercio Exterior, en la Cancillería. Conoció a su esposo Carlos, también diplomático. Vivió en Tokio, Londres, Washington, Nueva York.

diana-volpe-clímax-nicola-rocco2

—Cuando estuvimos más tranquilos en lo económico decidí dedicarme sólo a las tablas. Dejé mi otro trabajo. En Japón estuve con tres compañías de habla inglesa. Siempre iba a audiciones en las ciudades en las que estaba. En Europa, Asia o Estados Unidos. Muchas veces no quedaba. Nunca pensé en tirar la toalla porque el rechazo es parte de la vida del actor.

Obras de William Shakespeare, August Strindberg, Federico García Lorca, Tennessee Williams. El premio Municipal de Teatro en 2005, su paso por el colectivo Teatrela , la creación de la sala La caja de Fósforos de Bello Monte, la fundación del grupo Hebu Teatro, sus montajes en su faceta de directora —su trabajo reciente, Piel Mercurio, de Philip Ridley, está en cartelera. La trayectoria de Diana Volpe podría contar más éxitos que fracasos.

—La fama o el reconocimiento no me interesan para nada. Lo que me interesa es que el trabajo. El papel del teatro es hacernos pensar. Obligarte a ver cosas que, quizás, no quieres ver. Ver historias que pasan lejos para vernos cerca. No pensé que podía dedicarme a dirigir hasta que en 2008 dicté un taller de actuación que tenía como reto final hacer una obra. Me di cuenta de que me gustaba. Hoy me apasiona y alimenta mi oficio de actriz.

***

Diana Volpe es una actriz de teatro que, a veces, hace cine y televisión. Trabajó en algunas novelas de RCTV —Cambio de piel o Nadie me dirá como quererte—, en películas venezolanas —Cien años de perdón (Alejandro Saderman), Reverón (Diego Rísquez) o 3 bellezas (Carlos Caridad Montero) —. Contadas experiencias que la sacan de su hábitat natural. Sus próximos proyectos incluyen el nuevo filme de Solveig Hoogesteijn, que se rodará en julio.

diana-volpe-clímax-nicola-rocco3

—Yo dejé de hacer dramáticos porque era una trampa. Uno hace una novela, luego otra y otra. Y cuando te das cuenta, llevas 20 años en lo mismo. Tuve que tomar la decisión de no hacer más antes de quedarme en eso de por vida. Hoy en día sí me gustaría hacer más largometrajes. Siempre me vi como actriz de teatro, pero creo que todavía me falta mucho por hacer.

Publicidad
Publicidad