Moda

La monotemática Fashion Week

Parece que “Domo Arigato Mr. Roboto", el pegajoso one hit wonder de Styx, se convirtió en el grito de guerra de la semana de la moda de Nueva York. Tal es la obsesión por la tierra del sol naciente. Japón y sus trapos, luego de haber sido olvidados en los pintorescos años 80, resucitaron. La seda y la flor de loto caminaron sobre la pasarela

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La banda inglesa The Vapors, vaticinó con su sencillo «Turning Japanese», lo que se vería desfilar en las pasarelas, que en septiembre distraen a la Gran Manzana. Un kimono por aquí y un obi por allá.

Las referencias orientales pasearon desde lo más obvio, como la colección de la marca australiana Sass & Bide, a la que sólo le faltó el maquillaje kabuki para terminar siendo la versión barata de Madama Butterfly, hasta el caso de Clover Canyon o MM6 Martin Margiela que abusó del uso del satén, el denim, las bandanas y una que otra cobijita ─todos saben como les gusta echar una siestita a los nipones. Una reverencia y no una copia textual del vestuario de la sangrienta O-Ren Ishii en Kill Bill.

¿Será la primavera del 2015 completamente kawaii? Habrá que esperar al mes de abril, época en que los cerezos florecen.

Clover

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Big in Japan

En 1973 Kansai Yamamoto vestía a David Bowie para la gira de Ziggy Stardust y Kenzo con su jungle fever, era más que una fábrica de suéteres baratos y carcazas para iPhones. Fue entonces la marca de rigeur para salir a bailar disco music en París. Rei Kawakubo de Comme des Garçons, Yohji Yamamoto e Issey Miyake, inspirarían ─apenas avanzados los ochenta─ a nuevas generaciones de diseñadores y de estilistas copiarían sus diseños.

Paul Poiret

Aunque Worth y Mariano Fortuny también estaban en el mismo rollo asiático, es Paul Poiret quien será reconocido como el primer gran orientalista de la moda, desde principios del siglo XX. Muchos de sus diseños y abrigos, guardan una gran semejanza con los kimonos. Sedas, terciopelos y crisantemos a borbotones, que servirían para decorar la casa de la abuelita.

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Martin Margiela siempre ha tenido debilidad por el país de las geishas y el pescado crudo. La mayor demostración es el zapato Tabi, inspirado en los calcetines que dividen los pies en dos partes. Introducido por primera vez al mundo del fashion en 1989. Desde ese instante, se convirtieron en un clásico de la marca que se reinterpretó en diversos modelos: desde botas de cuero, hasta sandalias en lienzo y zapatos que se ajustan al pie por medio de cinta adhesiva, emulando algún tipo de tortura japonesa.

Finalizando los noventa y con menos de 6 meses de diferencia, la cantante Björk y la controversial Madonna, lanzaron sus nuevas producciones musicales respectivamente. Ambas dominadas por ritmos electrónicos e introspectivos. En la portada de Homogenic, se ve a la islandesa fotografiada por Nick Knight, vestida como una geisha en un outfit proporcionado por Alexander McQueen. Por su parte, Madonna, presume la influencia asiática en el video de su sencillo «Nothing Really Matters». La seda del tradicional kimono, se sustituyó por látex rojo. Un numerito que llevaba la firma de Jean Paul Gaultier.

bjork

madonna

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