Literatura

Edda Armas: La nube es un símbolo de libertad

Dieciséis autores, doscientos noventa y un poemas escritos en lengua castellana y uno en wayú, cincuenta y cinco de ellos inéditos. Estos versos construyen la hermosa obra Nubes. Poesía hispanoamericana, investigada, seleccionada y prologada por Edda Armas, y editada por Pre-textos (España) y Dcir Ediciones

Fotografía: Daniel Hernández
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A Edda Armas (Cumaná, 1955) las nubes la siguen desde niña. Como señala en el prólogo de la antología Nubes. Poesía hispanoamericana (Colección La Cruz del Sur Pre-textos, España, en coedición con Dcir Ediciones) su vida transcurrió al aire libre, envuelta en las costas y los azulísimos cielos de Cumaná, que parafraseando al escritor y padre de la poeta, Alfredo Armas Alfonso, “los azules más azules de cielo alguno en Venezuela”.

Aunque no afirma que su voluntad poética, reafirmada y desarrollada a lo largo de 16 poemarios proviene de esa fascinación por los hidrometeoros -casi un estado de la materia en sí misma, se evaporan, condensan y precipitan- la poeta halló desde siempre un motivo de emoción, de inquietud, de (re)colección y atenta mirada. Para ella, los proyectos de envergadura no tienen tiempo y quizá por eso la idea de darle forma a la pasión por las nubes la fue tomando de a poco.

¿Cómo llega el hidrometeoro a convertirse en la idea de un libro?

-Desde hace unos 20 años empecé a marcar en mis lecturas poéticas las nubes; si estaban en el título, como materia poética o eran nombradas por el poeta. Iba a las librerías y pasaba los ojos por los libros buscando cirrus, estratos, nimbos o niebla que pudiera sumar a mi avidez. Lo hice con novelas y hasta con obras de teatro. Hubo un momento en que me percato de que he hecho una colección de algo intangible -la nube- que se ha hecho tangible. Ahí empieza a moverse un interés diferente y pensé: ¿Por qué me guardo esto para mi sola, este afecto podría convertirse en un libro?

¿Por qué esa fascinación con la nube?

-Ludovico Silva llamó a Vicente Gerbasi “poeta cabeza de nube”, en su comprensión con la generación de ideas, de metáforas, la búsqueda de un lenguaje para expresar su sentimiento poético. El poeta en sí es una nube, está en perpetuo movimiento. Ese poema en gestación que hasta que no se escribe no concluye. Escribirlo es una expresión de liberación. Me interesaba estudiar cómo el creador hace de las nubes su objeto poéticoCLIMAX-NUBES-DANIELH-3

De la nube al hecho:

Armas suma unos 20 años de todo el proceso desde su recolección hasta la edición “exquisitamente cuidada por la editorial Pre-textos de España”. Un par de años le llevó producirlo, una vez hecha la selección de los 291 poemas que conforman esta antología. Casi medio millar de páginas resumen la ardua y placentera tarea de investigación: “Empiezo a investigar a los autores de mi mayor admiración. Aprovechaba mis viajes para sumergirme en las bibliotecas públicas, el resto con mis lecturas de libros que compré o me regalaron. Una vez identificados los poemas donde la nube apareciera como título o materia de inspiración o reflexión poética, había que ir a la fuente original de un poema, en una publicación de este calibre. Es imperativa la constatación de la fuente. No puedes conformarte con que aparezca en Internet”.

El otro proceso complejo fue el de la autorización de los autores: Armas tuvo que hacer una carta personalizada a cada autor vivo para solicitar el permiso de publicación o a los derechos habientes, en el caso de ser un poeta fallecido. “Una editorial no puede firmar un contrato con casi trescientos poetas”.

¿Cómo se organizaron las nubes una vez hecha la selección?

– Una vez seleccionados los casi 360 poetas, pensé en la estructura: quería presentarle al lector los poemas seleccionados, organizados como un jardín flotante, que solo apareciera el título del poema y el nombre del autor. Los poemas me dieron las categorías. De pronto un autor vincula la nube con los sentimientos humanos, en las tempestades, otro con un suceso trágico en la vida de ese poeta, y hasta con la nube de Hiroshima. La idea de los siete capítulos salió por la búsqueda y encuentro de denominadores comunes, así quedaron: Cielo y escritura – el poeta relaciona la nube con el hecho con la escritura y el poema- Creaturas del espejo, voluntariosas y amantes, catecismo animal (un poema de Olga Orozco), refugio hallan la viajeras y oscuras intemperies. El lector hace un recorrido de ese estado de la materia desde que las nubes se aborrascan hasta que llueve. Dice la poeta: “El estado final de la nube es la lluvia”. La antología concluye con el poema Lluvia del vate Héctor Abad Falciolince.

El viaje por Nubes comienza con el poeta Eugenio Montejo. “Ya luego era ver quién le daba la mano para generar la cadena. Armados de esta forma. los capítulos quedaron proporcionados. Me interesaba tener una buena representación desde poetas de 1800, como Rosalia de Castro (1837), Juan Antonio Pérez Bonalde (1846), Julian del Casal 1863 y José Asunción Silva (1865) hasta voces de los 90 como Micaela Paredes (1993), Carlos Juan Romero Vinueza (1994) y Carlos Egaña (1995). Quería ofrecer un espectro de visiones y poetas de muy distintas décadas a lo largo de la antología. Si el lector quiere obtener el dato, libro, editorial y página de donde fue tomado el poema, pudiera ir a la ficha para identificar si es de un poeta joven, mayor o fallecido”.

Nubes-portada

Grandes obsequios ofrece este libro, entre ellos el pórtico. Un texto fundacional del cura franciscano de Yaracuy Juan Antonio Navarrete que recibe al lector. “Cuando el proyecto estaba bien avanzado, tuve contacto con el texto 18 propiedades de las Nubes de Fray Navarrete, que debería ser un texto fundamental en nuestra enseñanza. Tenía el universo de poemas sobre la mesa y al leer las 18 propiedades, vi que engloban todas las particularidades relacionadas con las nubes y dije quiero que este libro reciba al lector. Habla de una manera reverencial de la nube como símbolo de la naturaleza y la libertad. Muchos en el mundo estamos trabajando por la libertad. Yo como poeta hago mi aporte y defiendo la vida porque estamos en un mundo que se está desbaratado.

Mirando el trabajo que significó este libro entendí que era una misión de vida. Me siento espiritualmente plena y complacida. Ocuparme de las nubes era mantener exaltado que no aceptas que ningún régimen opresor te quite el ánimo. Ocuparme de un símbolo tan benéfico, tan positivo, tan inclusivo, era un gesto de rebeldía. También leer a los otros, buscar en obras de otros, construir afinidades y encuentros. Este proyecto lo pensé en Caracas y lo investigué en Caracas, se publicó en Madrid y lo culmine aquí.

Confiesa que en medio de la labor solitaria del poeta, sumada al aislamiento que vivimos, se sintió en compañía a través de las bibliotecas de su padre, amigos y las públicas. “Me di cuenta del valor del libro, de la literatura, supe que no estaba incomunicada. Era hermoso tejer desde esa soledad y recibir el aliento de las cartas otorgando los permisos de publicación o con palabras de emoción y respaldo al proyecto, cartas que a veces demoraban hasta quince días en llegar por email por la falta de Internet en Venezuela.

Una conciencia creadora y afirmativa de lo venezolano, empeñada en la huella para que cuando se mire atrás no haya vacío. Un gesto de resistencia que pese al arrase imaginario, se la constancia de que la tradición literaria no se pudo cercenar. La nube sigue allí eterna sobre nuestra cabeza.

Edda Armas es poeta, editora, docente y sociólogo egresada de la Universidad Central de Venezuela. Gerente Editorial de la casa Dcir Ediciones. Reúne 16 poemarios publicados, desde Roto todo silencio (1975) (reeditado en 2016); A la hora del grillo (Ecuador/2016) ; Alas de Navio (México/2016) Sin negativo ni estaciones (2012) Corona de Mar (2011) Toma lo simple por el tallo (2009) Armadura de Piedra (2005) En bicicleta (Premio Bienal Internacional Ramos Sucre en su XIV Edición) y Sable (Premio Municipal de Poesía/1995) Figura en la Antología Rasgos Comunes poesía venezolana del siglo XX de la Editorial Pre-textos, Poesía Latinoamericana de Hoy (edición bilingüe) Cantos de Fortaleza y Poesía en Blanco y negro. Antóloga junto a Lihie Talmor Fe de Errantes/17 poetas del mundo y El Sol cambia de casa.

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