Investigación

Elecciones parlamentarias sin real

El triunfo de las elecciones por parte de la bancada chavista pende del hilo económico. Además, cada día pierde fuerzas por los problemas consabidos: escasez, hiperinflación, pobreza. El PSUV incluso está fracturado. Mientras tanto, la Unidad Democrática se vislumbra ganadora en las urnas. Sin embargo, en política nada es ley mucho menos cuando el dólar brilla por su ausencia

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El 1 de enero de 2014 todos los expertos aseguraban que el presidente Nicolás Maduro aplicaría una serie de ajustes económicos bastante dolorosos para los venezolanos, aprovechando que el año en curso no tenía elecciones marcadas en su calendario.

Pasaron 365 días y las vaticinadas reformas jamás llegaron. En cambio, el deterioro de la economía venezolana no se detuvo, así como tampoco lo hizo el reloj. Con la inflación y la escasez por las nubes, y el petróleo por el suelo, los analistas repiten su predicción y apuestan a que Maduro tendrá que tomar medidas impopulares. Pero con un detalle: 2015 lleva en su agenda unos vitales comicios legislativos — que pueden definir el rumbo de la política venezolana.

“Ya la crisis explotó. Todo apunta a que cerraremos 2014 con una caída del Producto Interno Bruto (PIB) cercana al 5%, una inflación sobre 70%, un pico de escasez, un diferencial cambiario desbordado y un sector privado con problemas para mantener su operatividad”, describe el escenario Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica.

Oliveros advierte que el panorama se complica aún más por el desplome del crudo. “La caída del precio del barril trastocó los planes del Gobierno. Este modelo empezó a hacer aguas en 2009, pero con un barril entre 90 y 100 dólares podías postergar ajustes y maquillar desequilibrios. Ahora, con un barril a 47 dólares, esto no es posible. De acuerdo, al Ministerio del Petróleo y Minería el precio del crudo cerró en 88, 42 dólares como promedio anual 2014”, asegura.

“Año electoral” e “incremento del gasto público” son dos expresiones que caminan de la mano. El director de Ecoanalítica espera que ese binomio se mantenga inalterable. Sin embargo, precisa que la inyección de más recursos por parte del Gobierno ya no se traduce automáticamente en el crecimiento de la popularidad de los rojos.

“Pareciera que el gasto público perdió el fuelle que tenía tanto en lo económico como en lo político. A partir de febrero de 2014 se registró un aumento importante del gasto público, pero las encuestas muestran cómo la popularidad de Maduro viene cayendo”, detalla Oliveros.

Los datos arrojados por la encuesta cerrada por Datanálisis a finales de diciembre 2014 ubican la aprobación de Maduro en 22,8%, mientras que la identidad chavista retrocede hasta 22% y la afinidad con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) también se hunde para llegar a 14%.

De acuerdo con los cálculos del economista, si el barril de petróleo se ubica en 60 dólares —cifra que sustenta el presupuesto oficial de 2015— dejarían de ingresar a las arcas venezolanas unos 18 mil millones de dólares. “Eso generaría un hueco muy grande que exacerbaría el problema de las importaciones y la escasez, obligando a ejecutar medidas de ajuste y una inminente devaluación”, acota.

La receta incluiría un recorte del gasto público, pero ¿cómo sacar la tijera en pleno año electoral? Sin precisar dónde ni cómo, Maduro anunció que rebajó en 20% los “gastos suntuarios” de la nación para el próximo año. “Aprobé la reducción de 20% de los gastos suntuarios, improductivos, innecesarios y de otro tipo que no afectan en nada la inversión social en misiones, grandes misiones, en la vida social y económica del país. La reducción nos va a ayudar a la salud del Estado y de la economía”, declaró el Jefe de Estado el pasado 3 de diciembre.

Oliveros dice que ese recorte no es suficiente. “Ni la devaluación por sí sola resuelve todo. Debe ofrecer incentivos al sector privado, mejorar la estructura de controles de precios, hacer esfuerzos en disminuir la brecha entre el dólar oficial y el paralelo, revisar el subsidio de la gasolina”, enumera.

La otra opción es el “ajuste chucuto”. “Vender activos y la deuda de Petrocaribe, bajar las importaciones, detener las inversiones en infraestructura, intentar liquidar el oro, y restringir los dólares solo a lo prioritario”, abunda el experto. Sea total o incompleto, Oliveros asevera que Maduro no tiene salida. “A pesar de que este es un año electoral, tendrá que ordenar algún tipo de ajuste, no podrá pasar agachado frente a esta crisis”, apostilla.

Ruido interno

Para grandes males, grandes remedios. El abogado constitucionalista y profesor de Ciencias Políticas Jesús Silva, militante de la revolución chavista, cree que la actual coyuntura justifica la declaratoria de una emergencia económica, en los términos que establece el artículo 338 de la Carta Magna.

La citada disposición estipula que “podrá decretarse el estado de emergencia económica cuando se susciten circunstancias económicas extraordinarias que afecten gravemente la vida económica de la Nación. Su duración será de hasta sesenta días, prorrogable por un plazo igual”.

Silva enfatiza que “para decretar esa emergencia, hace falta voluntad política. Maduro puede elegir entre dar un paso al frente mediante el control del Estado sobre las importaciones de alimentos o medicinas, o puede seguir otorgando petrodólares al sector privado para que continúe la actual anarquía y escasez”.
Con la previsible agudización de la crisis económica y las elecciones parlamentarias en el horizonte, el académico alerta que “la supervivencia del chavismo como clase gobernante corre grave peligro”.

“A la creciente escasez de productos esenciales se le suma una molestia expandida en la población que puede reflejarse en un voto castigo y abstención dentro de las masas chavistas, que se sienten huérfanas sin la presencia del líder carismático que fue Hugo Chávez”, evalúa Silva.

Desde su perspectiva a favor del proceso bolivariano, el catedrático de la Universidad Central de Venezuela nota que “solo medidas económicas extraordinarias y la apertura democrática del PSUV, pudieran reanimar parcialmente a un electorado chavista que ha sufrido la pérdida de su calidad de vida en los últimos 12 meses”.

Tres vías

A todas estas: ¿cuándo serán los comicios legislativos? Ante la ausencia de un anuncio oficial sobre la fecha exacta, el politólogo John Magdaleno plantea tres escenarios, tomando en cuenta que el repunte de la inflación y la escasez golpea la base de apoyo del Gobierno de Maduro.

Convencido de que el Presidente deberá aplicar “medidas de ajuste macroeconómico” que estremecerán los bolsillos de las mayorías, Magdaleno ve poco probable que las votaciones ocurran en el primer trimestre de 2015. “Si toma las medidas en el primer trimestre, todo parece sugerir que las parlamentarias se celebrarían en diciembre de 2015 o, echando mano del artículo 338 de la Constitución, hasta pudiera intentar convocarlas para el primer semestre de 2016”, desliza.

Basándose en este criterio, que contempla las reformas en los albores del próximo año, el director de la firma Polity opina que Miraflores “necesitará tiempo para revertir el clima de opinión negativo que resultará como consecuencia de esas medidas, que pronunciarán mucho más el deterioro” social y político del país.

La segunda línea de trabajo de Magdaleno parte del supuesto de que “el Gobierno no logra los consensos internos mínimos y continúa dominando en el seno del Gabinete Ejecutivo el temor al impacto negativo que generarían las medidas”. En este caso, la parálisis de Miraflores solo empeoraría el cuadro económico y, sin importar la fecha de las elecciones, “la probabilidad de que la oposición obtenga la mayoría parlamentaria es alta”, expone el consultor en asuntos públicos.
La tercera hipótesis se fundamenta en documentos que supuestamente se habrían filtrado del maletín del ministro Elías Jaua en medio de su polémico viaje a Brasil. Allí se hablaría de fijar las votaciones entre julio y agosto. “Si fuese así, las interrogantes serían: ¿Cuándo se implantarán las medidas? ¿Después de las elecciones? ¿El país permanecerá durante el primer semestre del año sin que se tomen correctivos de fondo, agravándose aún más los problemas? Tampoco esta fecha les garantiza el triunfo”, interpreta el especialista.

El director de Polity indica que “esta parece ser una de las pocas veces en la que el oficialismo va a una consulta electoral sin tener la primera opción de triunfo”. Caminando a través de un campo minado por la escasez, la inflación y la mengua de sus respaldos, “cada decisión del chavismo tendrá costos elevados, así como no tomar decisiones”, añade.

“Esto no sugiere que el Gobierno se va a caer, pero experimentará un deterioro de su base de apoyo político mucho mayor del que ya viene registrando. Vienen años turbulentos”, anticipa Magdaleno.

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