Jorge Roig con la sala llena

Fotografía: Anastasia Camargo
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Jorge Roig no pierde tiempo cuando de alcanzar una estrella se trata. Se juró hacer lo que realmente lo imple y estremece: actuar. Con o sin afectación, este joven de las tablas se mueve con holgura e intimidad. Es que no se satisface hasta no ver los palcos llenos para difundir su propósito: un Acto cultural

En su haber tiene tres piezas teatrales bien aplaudidas en lo que va de año. También estrenó, el 11 de julio en el Trasnocho Cultural, Bolívar coronado, de Lupe Gherembeck y dirigida por Matilda Corral. Por si fuera poco, comenzó en junio un programa de televisión en Globovisión, C de Cine. Es que Jorge Roig está en su salsa. “No lo sé, pero sí puedo decir que estoy muy contento por todo lo que me está pasando”.

Desde el colegio se montaba en las tablas, pero el miedo lo llevó a estudiar y trabajar en asuntos paralelos. Así se hizo licenciado en Comunicación Social con un Máster en Dirección Cinematográfica. Jorge Roig admite que el escenario siempre fue su vocación, ahora hecha profesión. Luego de haber estudiado siete años en Madrid y Buenos Aires, regresó, hace uno, para hacer carrera como actor en su tierra. “He tenido mucha suerte, en estos meses he trabajado con gente que he admirado toda mi vida y que nunca pensé que en tan poco tiempo podría estrechar con ellos” puntualiza.

Su carrera transcurre entre ensayos, funciones y grabaciones. Divide su tiempo entre actuar, dirigir, producir y conducir. Aspira profundizar en el mundo de la televisión y cine nacional. Un hombre que suspira por la satisfacción de un trabajo bien hecho y es un enamorado del talento que pulula en su patria. Anhela poder seguir teniendo la dicha de estrenar más de tres obras de teatro semestralmente y calmar la sed de cultura que caldea a la sociedad.

Ha sido un año no muy fácil para el país. Por la política de odio, la económica desangrada y el entuerto social pero este actor, a veces escritor, no prescinde de la esperanza. “Mucha gente critica que dediquemos nuestro tiempo a ensayar o hacer funciones en la circunstancia en la que vivimos, pero este es nuestro trabajo, es nuestra forma de expresarnos. Es igual de válida como cualquier otra”.

Algunos afirman que el teatro está de moda entre los venezolanos. Otros apuestan por una conducta inteligente de un pueblo hambriento de entretenimiento educativo, y no educativo. A través de este arte son muchos los mensajes socioculturales que se pueden transmitir. “Es solo otra forma de expresión. Al parecer esto se está captando no solo por los directores, escritores y actores —ya despiertos— sino también por los ciudadanos de a pie. A pesar de lidiar con la inseguridad, la inflación y la escasez, están en busca de ventanas, no solo de esparcimiento sino de criterio”.

“El teatro puede ser visto como un escape y también, en muchos casos, como un reflejo de lo que vivimos. Este año tuve el privilegio de trabajar en la obra Esto no tiene nombre, del grupo Tumbarrancho Teatro —que se caracteriza por presentar obras que sirven de espejo de nuestra sociedad. Fue muy reconfortante ver cómo la gente se sentía identificada con nuestro trabajo y hasta encontraba una especie de consuelo entre las risas”, añade Jorge Roig, hijo del único político que careó al presidente Maduro con la ya famosa frase: “Venezuela no está bien”.

De tal palo, tal astilla, Jorge Roig no tira la toalla. “Mi esperanza es que el teatro no sea una simple moda y que sea parte habitual de la rutina de los caraqueños. Esto incentivará a los directores y actores a que se animen a seguir explorando géneros, temáticas y puestas en escenas. El hecho de que hayamos tenido un festival de teatro de Caracas, en el que se habilitaron salas en el oeste del valle y casi todas las funciones estuvieron agotadas, dice mucho”.

Boomerang:

a. ¿Por qué suspira Jorge Roig?:
Por la satisfacción de un trabajo bien realizado.

b. Una canción:
She’s Gone de Hall & Oates.

c. Una obra de teatro:
El zoo de Cristal de Tennessee Williams.

d. Un dramaturgo:
Tennessee Williams.

e. Un poeta:
Sylvia Plath.

f. Un libro:
Expiación de Ian McEwan.

g. Un color:
Amarillo.

h. Un deseo:
Ser padre algún día.

i. Un mensaje:
Tolerancia, creo que es algo que nos hace mucha falta.

j. Un sentir:
Aunque es un cliché, el amor.

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