Deporte

La precipitada despedida de Pastor Maldonado

Se secó la teta millonaria de la que chupó por más de cinco años Pastor Maldonado. Su paso, fugaz y accidentado, por la Fórmula 1 deja saldos vacíos, también dudas y recriminables manejos de fondos entregados por su principal sponsor: PDVSA. El balance de su carrera está en tela de juicio ¿Fue o no un buen piloto?

Texto: Octavio Estrada | Fotografía: Diariomotor.com
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A diferencia de la totalidad de convenios comerciales que se realizan en los deportes profesionales, pretender difundir las cifras que se manejaron en los acuerdos que llevaron a Pastor Maldonado antes y durante su presencia en la Fórmula Uno supone un ejercicio prácticamente imposible de completar. ¿Por qué? Debido al hermetismo absoluto que el gobierno y Petróleo de Venezuela (PDVSA) —su principal sponsor— mantuvieron. El silencio derivó en conjeturas y especulaciones que en nada favorecieron al deportista.

Las revelaciones de los medios especializados europeos —especialmente británicos— lograron filtrar los montos que hicieron posible la participación del volante del joven nacido en Maracay. Se encumbró en la máxima categoría, primero junto a la formación Williams y luego con Lotus. Las cifras giraban inicialmente en torno a los 30 millones de dólares y ascendieron a los 50 millones—como se divulgó en las semanas previas al frustrado convenio con Renault en este 2016.

Pastor Maldonado había firmado en septiembre de 2015 un acuerdo con Lotus que, en principio, fue respetado por Renault, una vez que en diciembre la casa francesa retomara el control de la sede de Enstone (Inglaterra). Las cuotas a cancelar que estaban establecidas en dicho convenio no pudieron ser respetadas en los plazos establecidos por PDVSA.

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Por primera vez, Pastor Maldonado se encontraba sin los recursos que le garantizaban su participación en la F1. El lugar finalmente recayó en el danés Kevin Magnussen, piloto de 23 años que encontró sobre la hora una segunda oportunidad para rescatar su carrera profesional.

Apoyo económico sin paragón

Para entender el arribo de Pastor Maldonado a la Fórmula1 hay que destacar que, en su paso por las categorías de formación, siempre fue un piloto extremadamente rápido. Pese a su natural estilo agresivo en pista, que también lo llevó a verse involucrado en un sinnúmero colisiones, triunfó en todas las divisiones. Aunque no lo admite, sin el millonario apoyo financiero de PDVSA y el Estado venezolano, su ascenso en la escalera del automovilismo deportivo no se habría materializado.

Pastor supo capitalizar mejor que ninguno la coyuntura político-económica de 2005 al 2010. Se identificó sin complejos como defensor del proceso liderado por el presidente Hugo Chávez. Tanto que fue uno de los pocos prospectos —sino el único— de una generación muy talentosa de pilotos venezolanos que gritó en público la consigna que entonces chavistas soflamaban: “Patria, Socialismo o Muerte”. Palabras que le garantizaron el crucial apoyo financiero en el deporte más costoso del mundo.

El piloto de pago más rápido de la F1

El maracayero insiste en decir en que nunca tuvo voz y voto en los acuerdos que permitieron su presencia en la F1. Según él, fueron orquestados por su mánager, el francés Nicolas Todt—hijo del presidente de la Federación Internacional de Automovilismo, Jean Todt—, el patrocinante PDVSA y las escuderías. Sin embargo, el argumento de poco valió para evitar la incómoda y trillada diatriba: “el piloto del chavismo”. Él encarna lo que los ingleses denominan “pay driver”. El caso de Maldonado ha sido el que más dinero aportó para garantizar un asiento en la principal categoría del automovilismo.

Después de coquetear, a fines de 2009, con dar el gran salto junto a la naciente escudería española Campos Racing, Pastor Maldonado condujo sus aspiraciones a la F1 en 2011 —al volante de la formación inglesa Williams, una de las más victoriosas de la categoría. Sir Frank Williams, conocido en el ambiente por su habilidad en alcanzar acuerdos comerciales, no dudó en cerrar un convenio quinquenal con la petrolera venezolana a razón de unos 30 millones de libras esterlinas por campaña, de acuerdo a reportes de la prensa sajona.

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La combinación era ideal: un piloto en extremo veloz y que además venía acompañado de una generosa dote. Panorama espléndido de billetes para que incluso Frank Williams se deshiciera sin titubear del prometedor alemán Nico Hulkenberg, campeón 2009 de la GP2 Series en su temporada como debutante —triplicó en puntos a su coequipero en ART Grand Prix, Pastor Maldonado. Se hizo el milagro: con 26 años Maldonado se convertía apenas en el segundo volante nacido en Venezuela en llegar a la F1.

La jornada de gloria absoluta

La historia del automovilismo deportivo venezolano tendrá un antes y un después del Gran Premio de España de 2012 celebrado en el trazado barcelonés de Montmeló. Aquel fin de semana, Pastor Maldonado y su Williams modelo FW33 con motor Renault bordaron una actuación absolutamente sublime. No hubo errores. Consiguió la victoria, a pesar del acoso del ídolo local Fernando Alonso con el Ferrari y Kimi Raikkonen con el Lotus Renault.

La imagen del podio con los dos campeones mundiales levantando en hombros a Pastor fue la mejor. La primera conquista para un criollo en la máxima categoría. De hecho, fue también el primero y único podio en la historia para un venezolano en la F1.

Maldonado había partido desde el primer lugar al heredar la pole position tras la descalificación que recibió el inglés Lewis Hamilton y su McLaren Mercedes —no llegaron a la verificación técnica tras la sesión de clasificación. El británico había sido hasta medio segundo más rápido que el propio Pastor, lo que evidenciaba que contaba con un auto muy superior, pero ese error en el cálculo del combustible le abrió el camino al hombre de Williams.

Entre otros ingredientes coloridos de aquella legendaria conquista destaca el hecho de que, además de Alonso, Raikkonen y Hamilton, en pista también estaban tres campeones mundiales: el británico Jenson Button, el alemán  Sebastian Vettel y el mayor ganador de la historia de la F1, Michael Schumacher.

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Aquella memorable tarde catalana de mayo de 2012 resultó, sin embargo, un único destello. Se sucedieron las accidentas e irregulares actuaciones de Maldonado —las que impedían que fuese considerado dentro del grupo de los mejores.

Crítica y comisarios implacables

La fama de Pastor Maldonado como corredor arrojado, impulsivo y propenso a choque —o sea, al desastre, con una indeseada frecuencia— empezó a cimentarse gracias a los propios resultados en las carreras durante su primera campaña en la F1. Sumó un décimo lugar como su mejor figuración con un Williams apenas competitivo, si bien su “opera prima” la protagonizó en la embarazosa exhibición que efectuó a fines de 2012 en el Paseo Los Próceres, en Caracas. Allí, haciendo alarde de su pericia, destruyó la parte posterior del FW31 Renault contra una acera apenas a unos centenares de metros luego de haber encendido motores. Las redes sociales y un video aficionado se encargarían de develar los detalles del suceso.

El convenio multianual con Williams tuvo un final anticipado cumplidas tres de las cinco temporadas contempladas. La relación culminó con ásperas críticas del maracayero al llegar a acusar a los hombres de Grove de sabotear su auto durante las clasificaciones del GP de Austin, en Texas.

Para liberarlo del acuerdo y poder firmar con Lotus — campaña 2014— PDVSA debió cancelar una onerosa penalidad, de acuerdo a lo que aseguraron los acuciosos medios británicos. Pero el cambio a la firma con base en Enstone resultó una nueva decepción para Pastor Maldonado. Se topó con máquinas poco competitivas: primero con el modelo E22, motor Renault y luego con el E23 impulsado, Mercedes, el propulsor más deseado en la F1 moderna.

Para mayor desilusión, Pastor fue superado en clasificaciones y carrera, sin miramientos, por su compañero, el francés Romain Grosjean. Este último es temperamental y en sus inicios fue un impredecible piloto. Debía ceder su auto en los primeros entrenamientos del viernes al tercer integrante del equipo, mientras que, por contrato, Maldonado siempre tomó parte en todas y cada una de las sesiones, con la consecuente ventaja técnica que ello suponía.

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En las 95 carreras que completó Maldonado entre 2011 y 2015 fue objeto de una desproporcionada cantidad de sanciones y penalizaciones. Su afán de llevarse todo por delante, lo pusieron como blanco de duras críticas de parte de la prensa internacional especializada. Los aficionados de todo el planeta han ido incluso más allá con sus apuntes y consideraciones. Han sido implacables a través de sus comentarios en las redes sociales, mientras en Venezuela, la drástica polaridad política y la difícil situación económica del país convirtieron a Pastor, sin discusión, en el deportista más cuestionado.

Tan veloz como errático

El camino de Pastor Maldonado por las categorías de ascenso antes de llegar a la deseada Fórmula 1 estuvo marcado por gran número de triunfos, como también por una importante cantidad de percances y accidentes.

Luego de formarse en el karting nacional durante la década del noventa, debutó en el automovilismo en las pistas venezolanas a los mandos de un Fórmula Ford 2000 —con el que hizo un par de presentaciones a fines de 2002 antes de viajar a Italia para estrenarse en la Fórmula Renault 2000cc.

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Ganó el torneo de invierno de esa división y en 2003 es el novato del año del certamen italiano. En esa edición consagró como campeón al argentino Esteban Guerrieri, Pastor Maldonado lo sucedió en 2004 siempre como integrante de la formación italiana Cram Competition.  Con Cram Competition manoseó ocho victorias en la serie peninsular y dos conquistas en el certamen europeo.

A finales de 2004, tuvo oportunidad de probar un Minardi de Fórmula 1. En 2005, ascendió al campeonato World Series by Renault junto al equipo francés DAMS, dirigido por Eric Boullier. Entonces, Pastor integraba el prestigioso programa de desarrollo pilotos de la casa francesa Renault conocido como “Renault Drivers Development”.

Sin embargo, un accidente durante los entrenamientos en las calles de Mónaco lo llevó a recibir una dura sanción. Fue excluido por varias fechas del torneo World Series by Renault: Maldonado no respetó unas banderas de precaución y su vehículo arrolló a un comisario de pista —quedó seriamente lesionado. Incluso los organizadores del Gran Premio de Mónaco llegaron a solicitar que fuese excluido de por vida de ese escenario.

Luego de rozar el cetro en las World Series en 2006, junto a la escudería italiana Draco Racing, perdió el título por una infracción técnica de su monoplaza. Lo privó de una victoria alcanzada en la pista. Pastor se dio el tupé de volver al Principado de Mónaco e imponerse en su primera carrera efectiva en ese trazado —satisfacción que repetiría un año después al ascender a la GP2 Series, ahora junto al equipo italiano Trident.

Ni el primero ni el último

Pastor no fue ni es ni será el único piloto con un generoso maletín de verdes. En la historia de la F1 son decenas los casos de aspirantes que llegaron a la categoría respaldados por importantes auspicios familiares o de empresas comerciales.

También existen casos excepcionales. Como sucedió con el austriaco Niki Lauda, quien en 1973 compró su lugar en BRM —historia muy bien relatada en la película Rush dirigida por Ron Howard de 2013— y al año siguiente fue contratado por Ferrari, para llevar a la firma de Maranello a un periodo de esplendor entre 1975 y 1977.

Un precedente parecido al de Pastor se registró en 2010, cuando se produjo el estreno del ruso Vitaly Petrov, subcampeón de la GP2 Series en 2009. Este corredor condujo uno de los Renault en la última campaña de la firma gala antes de alejarse de la categoría para ser sustituida por Lotus. Entonces se aseguraba que Petrov había aportado unos 15 millones de dólares para manejar junto al polaco Robert Kubica en los autos amarillos y negros de Renault, presencia en la F1 que se prolongó dos años con las formaciones Lotus (2011) y Caterham (2012).

A bolsillos llenos

En 2011 y 2012, “Checo” Pérez le hizo ganar a la suiza Sauber decenas de millones de dólares que aportaban numerosas compañías aztecas deseosas de invertir en el mercado mundial de la F1. Este es un ejemplo de lo mucho que se puede derrochar en este deporte millonario. Llamaba poderosamente la atención que, en los últimos años, del entorno de Pastor Maldonado y medios afines, se dijera con insistencia que su caso —por aquello de contar con un gran auspiciador— era similar al del bicampeón mundial Fernando Alonso. Atribuyéndole al español su acuerdo de cinco temporadas con la casa Ferrari y también con McLaren y antes con Renault, al millonario aporte de las diferentes transnacionales ibéricas: Banco Santander a la cabeza y antes Movistar. Estas grandes trasnacionales buscaban vincular su imagen al as nativo de Asturias.

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La interrupción del acuerdo nunca materializado entre Pastor Maldonado y Renault en 2016 dejó en evidencia que la prosperidad y continuidad de su carrera o capricho eran inviables. Sin dinero de por medio, a Pastor se le cerrarán las puertas del gran circo motor. Sin embargo, el ex piloto de F1 aseguró en un material distribuido por su propio equipo de prensa que tiene varias ofertas sobre la mesa, pero que aún es pronto para decidir en qué empleará su tiempo. Su mánager, Nicolas Todt, anunció que se preparaban para el regreso a la gran carpa en 2017, algo que el criollo tampoco descarta. “Merecemos estar allí. Hay muchas críticas por ser parte de la F1. Quizás sea un poco subestimado pero los números son números y ahí están”, dijo Pastor al quejarse de no haber contado con un vehículo competitivo.

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