Literatura

La sal de ayer, el reto de Diego Arroyo sobre la vida de Margot Benacerraf

En una velada entre familiares, amigos y seguidores del legado de la pionera del cine venezolano Margot Benacerraf, el escritor Diego Arroyo bautizó La sal de ayer, un libro biográfico con base a entrevistas con la cineasta que recopila su vida y obra

Betania Ibarra
Publicidad

“Cuando comienzo a hacer un libro y me acerco a un personaje pienso que es imposible hacerlo porque yo he escogido, o la vida me ha puesto en el camino, personajes muy difíciles y Margot no es la excepción”, estas fueron las palabras con las que Diego Arroyo Gil dio inicio a su intervención en la librería El Buscón durante la presentación de su más reciente libro, La sal de ayer.

Margot Benacerraf

Tras casi tres años de conversaciones entre Diego y Margot, que desembocaron en una entrañable amistad, hoy aquellos diálogos se han convertido en un tomo de 200 páginas que rinde honores a la primera venezolana galardonada en el Festival de Cannes, por aquella magistral pieza Araya.

«Margot quedó sellada; un pacto para siempre con esa sal de Araya. Esa sal es de hoy, de Venezuela, para que en el mundo la reconozcan, la admiren y la quieran»

Arroyo aseguró a los presentes, entre risas, que escribir sobre la fundadora y expresidenta de la Cinemateca Nacional no fue un trabajo sencillo, pues no se trataba de cualquier persona. Y, aunque muchos le insistían en que “si pasaste por Sofía Ímber, Margot es más fácil”, el autor reconoció que fue realmente con Benacerraf con quien siente que se ha graduado como escritor. “Somos, para ir con la metáfora taurina que nos gusta mucho, dos miuras muy tremendos que hay que aprender a torear. Sin embargo, hemos disfrutado mucho porque juntos hemos paseamos por Marruecos, Caracas, París, Valois, y de su mano conocí a Picasso, a Buñuel”.

El nombre original de la obra iba a ser La mujer de Araya. Sin embargo, Margot se rehusó. Entonces surgió La sal de ayer, un cumplido al segundo largometraje de Benacerraf, Araya, laureado en 1959 en Festival de Cannes con el Gran Premio de la Crítica Internacional y el Premio de la Comisión Superior Técnica, “por el estilo fotográfico de las imágenes que realza la calidad del ambiente sonoro”.

«Me complace mucho porque, sobre todo para las nuevas generaciones, Margot, siendo una mujer tan importante para la cultura venezolana, es un nombre lejano y debería estar más cerca»

Asimismo, Arroyo Gil insistió en que el libro es un espacio para conocer y acercarse más a una de las figuras más relevantes del siglo XX en Venezuela. “Me complace mucho porque, sobre todo para las nuevas generaciones, Margot, siendo una mujer tan importante para la cultura venezolana, es un nombre lejano y debería estar más cerca”.

Margot Benacerraf

En sus páginas, el trabajo revela el trajinar de una mujer de la cultura que luego de su laureado largometraje no volvió a filmar otro. Devela las razones, los compromisos institucionales, el deseo de generar una industria local. Pero también las relaciones que sostuvo con genios del arte mundial como Pablo Picasso -con quien hubo un proyecto cinematográfico no ejecutado- o Gabriel García Márquez, con quien también planeó una aventura audiovisual que no se concretó.

En el texto publicado, Arroyo escribe: «La leyenda, el misterio se deben un poco a eso precisamente: a que luego de Araya, que fue un logro tremendo por donde se le mire, Margot ‘no hizo más nada’, ‘no hizo más obra’, y que hoy por hoy sea la misma de 1959 pero ya no de 32 sino de más de 90 años, es decir, una mujer casi eterna, una mujer que, para algunos, incluso ya no vive. Yo mismo, antes de venir aquí, lo preguntaba: ¿Está activa? ¿Está lúcida Margot?».

Aunque muchos le insistían en que «si pasaste por Sofía Ímber, Margot es más fácil», el autor reconoció que fue realmente con Benacerraf con quien siente que se ha graduado como escritor

El bautizo contó con la presencia de la homenajeada, quien pese a afecciones de salud, recibió aplausos de pie y agradeció el calor que le brindaron. “Estoy un poco afónica, pero quiero dar las gracias de todo corazón a Nelson (Bocaranda), a Diego y a todos los amigos que han venido esta noche. Muchas gracias, de verdad, les estoy muy agradecida”.

La presentación del libro estuvo a cargo del periodista Nelson Bocaranda -también protagonista de un libro de Diego Arroyo-, quien luego de un breve repaso histórico sobre la importancia de la sal para sellar y conservar acuerdos en el tiempo, aseguró que “Margot quedó sellada; un pacto para siempre con esa sal de Araya. Esa sal es de hoy, de Venezuela, para que en el mundo la reconozcan, la admiren y la quieran”.

Margot Benacerraf

De igual manera, agregó el periodista que, pese a que su “vida y obra es poco conocida, pero siempre admirada y respetada”, la cineasta quiere “que la recuerden como una mujer que trabajó con pasión por y para el cine, y en especial por y para el cine en Venezuela”.

Para ello ahora existe La sal de ayer, donde Diego Arroyo Gil muestra a una mujer que rompió cánones y se enfrentó al conservadurismo de una época, ese que su familia incluso quiso que ella siguiera: «Ya en el bachillerato yo empecé a ser un bicho raro. (Se ríe). Comencé a interesarme por la literatura, por el teatro. Mi papá murió muy pronto y no tuvo tiempo de ver ni siquiera mi película sobre Reverón, pero mamá estuvo en el Festival de Cannes conmigo cuando me dieron el Premio de la Crítica por Araya y eso la hizo feliz, pero hubiera sido más feliz si mi vida hubiese sido distinta desde un principio», queda asentado en el libro, uno escrito en tercera persona y en formato de monólogo como el autor decidió presentar La señora Imber.

El evento de presentación de La sal de ayer concluyó con un brindis en honor a la “representante de la Venezuela soñadora, trabajadora, honesta”. Además, los asistentes tuvieron la oportunidad de fotografiarse y llevarse su libro firmado por la homenajeada y su escritor.

Margot Benacerraf

Publicidad
Publicidad