Curiosidades

Lágrimas en la lluvia

Afirmaba Umberto Eco que “La respuesta posmoderna a lo moderno consiste en reconocer que, puesto que el pasado no puede destruirse (…) lo que hay que hacer es volver a visitarlo; con ironía, sin ingenuidad”. La frase no se refiere específicamente al cine de Ridley Scott, pero el autor italiano bien podría estar haciendo alusión a lo que muchos consideran la obra maestra del cineasta británico: Blade Runner (1982)

Texto: Víctor Pastore | Fotografía: David González
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Blade Runner transcurre en Los Ángeles, en el cada más cercano 2019. Un grupo de replicantes ─androides producto de la bioingeniería─, buscan a sus creadores, la Tyrrell Corporation, para tratar de conseguir a cualquier precio, estatus humano. Rick Deckard ─Harrison Ford─, el blade runner, tiene la misión de localizarlos y “retirarlos”- Mitad Pinocho y mitad Terminator.

Mientras Ridley Scott toma elementos narrativos del film noir para su película, al mismo tiempo combina en sus obsesivamente cuidados escenarios pasado, presente y futuro: avisos de neón con lozas Frank Lloyd Wright, avisos luminosos de Coca-Cola con transeúntes cyberpunks y carcachas voladoras. En medio de este claustrofóbico y apocalíptico pasticho de referencias, sobrevive la historia de amor entre Deckard y Rachael, el replicante último modelo, interpretada por una entonces Sean Young, comodísima en su rol de androide femme fatale.

La actriz venezolana Prakriti Maduro encontró en la frialdad de Rachael el único accesorio necesario para el estricto peinado vintage, y los perfectos labios rojos de la androide fumadora compulsiva. Si no fuera porque el trabajo en televisón, cine y teatro de Prakriti habla de su amplísimo rango emocional, cualquiera pensaría que esta es otra creación del propio Tyrrell: “más humano que humano”.

Bárbara Marín: TRF Studio – Maquillaje
José Luis Catarí: Beauty Bar – Estilismo
Daniel Leal: Textos, Vestuario
Christian Gil: Talento

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