Leonardo Padrón (Caracas, 1959) entrevistó imposibles sin saber que lo hacía. Las primeras aproximaciones en el género del escritor venezolano fueron en 1992. Los poetas cubanos Cintio Vitier, Fina García Marruz y Eliseo Diego integraron esa lista inicial de figuras que respondieron las preguntas del autor. Mucho antes de que empezara su proyecto de conversaciones con personajes destacados de la cultura hispana llamado Los imposibles.
El escritor caraqueño siempre fue lector de entrevistas. Leía las de Paris Review y Playboy. Seguía las hechas por Truman Capote, Oriana Fallaci y Elena Poniatowska. Hasta que él mismo comenzó a hacer —y conceder— las suyas. Fue un acto natural, cercano a su trabajo con las palabras.
—No hubo ninguna revelación. Coincidí con ciertos personajes y sentí que la mejor manera de preservar el encuentro era propiciar una conversación en tono de entrevista. O una entrevista en tono de conversación, como quieras. Todo escritor es un voyeurista por definición. Un activista de la curiosidad. La pulsión por hacer preguntas forma parte de mi oficio primigenio.
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Padrón supo en la adolescencia que no iba a cumplir su sueño de ser músico. El fracaso al tocar el cuatro se lo confirmó. Primero se fue a Estados Unidos a estudiar Ingeniería de sonido al imaginarse creando conceptos de audio para grandes artistas. Un día, cansado de pergeñar logaritmos en un salón, decidió ser lector. La música la encontró en la poesía.
—Estudié Letras porque quería pasar mis cinco años de universidad —Católica Andrés Bello de Caracas— leyendo la mayor cantidad de libros posibles. Es una de las mejores épocas de mi vida.
Antes, el joven que quiso ser lector visitaba con frecuencia la biblioteca que había en la casa de sus padres. Luego comenzó a hacer la suya.
—Me inicié en el hábito de la lectura a través de los comics. Luego vinieron Dickens, Twain, Stevenson, Hesse, Quiroga, García Márquez. Desde siempre me maravilló todo lo que podía ocurrir, en términos sensoriales, al abrir esas pequeñas cajas de palabras llamadas libros.
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El periodismo llegó mucho después. Las entrevistas iniciales, el programa de radio que luego se convirtió en libro. La primera temporada salió en 2005. La premisa inicial de su incursión en el género fue reinventarse. Que no se olvide que Leonardo también es poeta, escritor de telenovelas, guionista, autor de libros infantiles.
—Te confieso que el periodismo es una inquietud que se me ha activado con mayor intensidad en los últimos años. Supongo que el culpable es el país y su exceso de realidad.
Rafael Cadenas, Emilio Lovera, Valentina Quintero, Luis Chataing, Henrique Capriles, Yordano, Tania Sarabia, Federico Vegas, Miguelángel Landa, Oswaldo Vigas, Román Chalbaud. La sexta entrega de Los imposibles —que fue editada por Planeta— también podría verse como pequeños retazos de la Venezuela de hoy.
—El crítico peruano Julio Ortega ha dicho que, en estos tiempos, el género de la entrevista ha adquirido rango de documento. El país es una sombra permanente en cada venezolano entrevistado. Un crujido o una hazaña. Pasearnos por sus vidas es también pasearnos por una Venezuela que tuvo tiempos mejores. Igual, todos ellos han construido su obra a pesar de las adversidades. Esta edición número seis, en particular, terminó siendo un homenaje al país luminoso que también somos.
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Leonardo Padrón tiene en una larga lista de imposibles por entrevistar. Juan Gabriel, por ejemplo, debía forman parte del sexto. El poeta acompañó toda una tarde-noche al cantante mexicano en su visita a Venezuela. Ya sin voz, después de un concierto, no pudo conceder la charla. Quizás, para próximas temporadas, pueda concretarlo. Seguirá con sus entrevistas hasta que lo venza el cansancio o el bostezo.
—Presumo que Los Imposibles durará hasta que yo me aburra. O más pertinente aún, hasta que se aburran los lectores y oyentes. No puedo prever cuando pasará. Ahora, el formato es el mismo, pero las respuestas siempre son distintas. Es parte del atractivo. Igual, no descarto pequeñas reinvenciones en un futuro cercano.
Post data (o una pregunta de uno de sus entrevistados):
Federico Vegas:
—¿Cuál cree que será su último imposible? Leonardo Padrón:
—No sé si la muerte me deje entrevistarla.
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