Entrevista

Mónica Sordo, geometría traducida en joyas

Con la colección Altamira 2016, Sordo presenta piezas que incursionan en la fusión de elementos geométricos en distintas disposiciones. Gargantillas, collares, brazaletes y zarcillos marcan tendencia nacional y mundial

Fotografías: Andrea Tosta
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“Poco a poco me he ido definiendo más como diseñadora, con ese lenguaje que he encontrado a través de las joyas. Es algo muy personal”, indica Mónica Sordo, diseñadora criolla. Con una evolución que encuentra con su última colección Altamira 2016 se siente crecer internamente en su profesión. Con una trayectoria laboral que incluye edición de moda en la revista Marie Claire de España y una formación en el Istituto Marangoni de Milán, Istituto Europeo di Design de Madrid y el Gemological Institute of America (GIA) en Nueva York, Sordo es una venezolana con aires cosmopolitas que se dejan entrever en sus colecciones.

Aunque la diseñadora reside en Nueva York desde el 2009, Caracas nunca ha dejado de ser su inspiración. La arquitectura de la capital venezolana, ciudad donde nació, ha sido el denominador en común al momento de idear sus piezas. La diseñadora ha sabido traducir los aspectos más geométricos de los edificios caraqueños en collares, brazaletes, anillos y zarcillos que han traspasado las fronteras de su país de origen. Vidrieras de España, Italia, Estados Unidos, Honduras, Emiratos Árabes Unidos, Corea del Sur, Qatar y Venezuela muestran las creaciones de Sordo.

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Su alta joyería es realizada por joyeros con más de 40 años de experiencia. Con sus habilidades en Fashion Styling y Fashion Merchandising ha estado en la dirección creativa de la marca que lleva su nombre y que ornamentado cuellos y muñecas de celebridades de la moda. Revistas como Vogue Latinoamérica y Harper’s Bazaar Latinoamérica han reseñado el trabajo de la diseñadora criolla. Fashion bloggers, modelos, incluso cantantes como Mariana Vega han llevado a las alfombras rojas sus creaciones –tal como lo hizo la cantante venezolana en los Latin Grammys. Sus piezas son tan cosmopolitas como ella.

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La capacidad de intercambiar elementos dentro de los accesorios per se rompen la dureza del bronce bañado en oro con el que están manufacturados, aspecto que ha caracterizado a la marca desde su creación. Son la evolución más evidente de la marca Mónica Sordo. “Esta colección lo lleva a su máxima expresión. Puedes jugar con las piezas y sus dimensiones”, expresa Sordo mientras señala el collar Silencio, su favorito de Altamira 2016. Los adornos esféricos son el hito de sus diseños. Círculos dorados caen como una casada sobre el esternón, resaltando con destellos dorados el escote de cualquiera que lo use. Las torres del Centro Simón Bolívar construidas durante el gobierno de Marcos Pérez Jiménez en los años cincuenta fueron inspiración para la creación de la gargantilla multidimensional.

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Al igual que dichas torres gemelas ubicadas en el centro de Caracas, el edificio Tamanaco y el obelisco de la Plaza Francia entran en la lista de su inspiración con sus distintos ángulos y magnitudes. La diseñadora venezolana busca que “además de ser algo que puedes llevar puesto, sea una especie de escultura, de obra de arte”. La arquitectura caraqueña de mediados de siglo XX marca pauta en sus diseños y los separan del art déco que ha caracterizado a la marca creada en 2012. Sordo ha migrado de la utilización de piedras aguamarinas facetadas a considerarse una fanática del metal, como le declaró a Viceversa Magazine. “Creo que he llegado a un punto en el que me siento bastante cómoda con las joyas que estoy haciendo”, afirma la diseñadora venezolana que ha llevado sus creaciones a distintos continentes.

Como un homenaje más a la arquitectura caraqueña, la Villa Planchart creada a finales de los años cincuenta fue la inspiración de la campaña de la colección Altamira 2016. Sus pisos de mármol crean un contraste con las piezas angulares metálicas que se muestran en los artbooks. Su dueña ya fallecida, Alana Planchart, junto con cantantes como la peruana Yma Sumac, “esas divas de los años 50 y 60, son las mujeres que definen esta colección”, explica Sordo. El glamour característico que las hizo resaltar entre las féminas de la época lo asocia con la vitalidad de la mujer actual que utiliza sus creaciones. “Es para una mujer moderna, internacional, independiente, poderosa, divertida y que sabe apreciar una buena joya”, dice.

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Los proyectos que tiene en mente se los reserva. “Vienen sorpresas”, ríe. Sin embargo, la diseñadora deja escapar que “vamos a hacer algo un poquito más grande, como pieza”. Las vitrinas mundiales la esperan.

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