Economía

Pólizas de seguros: nada seguro

El mercado cambiante venezolano parece regir las posibilidades de protección de sus habitantes y las empresas que las ofrecen. Sin una legislatura cooperante, la oferta y la demanda de seguros están atadas a cuántos bolívares se tengan reunidos, a la vez que la vida, en comparación con los automóviles, parece estar infravalorada

Composición fotográfica: Mercedes Rojas Páez-Pumar
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No es coincidencia que se presencien caras de asombro y preocupación en las aseguradoras de la capital cuando los asesores de las compañías presentan los montos de las cotizaciones de este año. Quienes andan en cuatro ruedas parecen tener cuatro opciones para proteger su patrimonio andante: asegurarlo con una póliza amplia que cubra daños, robos y pérdidas totales; asegurarlo con una póliza de pérdida total; asegurarlo con el Seguro de Responsabilidad Civil —documento indispensable para circular tal como indica la ley— o, simplemente, no asegurarlo.

Mientras la inflación juega al escondite entre los documentos publicados del Banco Central de Venezuela, el monto por el que un vehículo está protegido se dispara hasta el punto de hacerse impagable para muchos. Y dado el aumento generalizado de más de 200% de las primas, el venezolano se lo piensa dos veces si vale la pena asegurar contra todo riesgo. Cuando la nueva cotización de su Chevrolet marca Spark rondaba los 3 millones y medio de bolívares, Carla Rodríguez, estudiante de comunicación social, no lo pensó dos veces. “Mis papás no van a pagar una prima tan alta por un carrito como el mío. Preferimos solo pagar el seguro de Responsabilidad Civil que lo tienes que tener a juro y listo. Nosotros resolveremos cuando llegue a pasar algo”, comenta la joven. Con una prima anual que casi alcanza los 700 mil bolívares, los padres de Rodríguez necesitarían casi 73 sueldos mínimos para pagarla, por lo que la dueña optó por manejarlo cada vez menos, con la esperanza de tenerlo resguardado de cualquier siniestro en su estacionamiento.

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Roxana Castillo, ama de casa, siempre fue precavida, tenía su Renault marca Symbol del 2008 asegurado desde que lo compró “no vaya a ser”, seguridad por la que pagaba una prima financiada de diez mil bolívares mensuales, aproximadamente. Con los nuevos precios del mercado y los ajustes de Estar Seguros —su compañía—, ahora debía pagar cerca de 35 mil bolívares mensuales. Siempre tenía que ponerle una ñapa al sueldo mínimo para costear aquella prevención, “que en estos días parece un lujo, pero se podía pagar. Yo no puedo trabajar para pagar nada más el seguro del carro. ¿Cómo comes? Pareciera que uno vive para que no te dañen el carro”, explica Castillo. Andar a pie es su nueva opción. “Ese era el único de la casa. Lo tuvimos que vender”.

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“Esto no se veía el año pasado. Casi la mitad de mis clientes prefieren pagar Responsabilidad Civil solamente”, ratifica la corredora Sonia Molina, quien está tan impactada con los altos costos de los precios asegurados como con “los malos servicios de las aseguradoras, donde muchas veces ni quieren pagar los siniestros”. Su colega Alejandro Ibarra explica que a principios de año no estuvo “tan crítico como ahorita” cuando de altos precios se trata. “Los seguros han aumentado desproporcionalmente al bolsillo de las personas. Actualmente, las compañías han crecido en cuanto a bolívares, pero no clientes. Están mermando los asegurados”, explica Ibarra.

Hay quienes optan seguir en el negocio y emplear sus ahorros en seguridad a pesar de las circunstancias. Alexandra Márquez piensa que su Ford Fiesta de 2011 y su dinero están mejor invertidos en una póliza, sin importar que su prima sobrepase los 600 mil bolívares. “Es preferible tener ese dinero asegurado en un carro a tenerlo en el banco y que día a día se vaya el valor. Por lo menos mi patrimonio no pierde valor real”, explica Márquez. En la Venezuela regida por los cambiantes precios del dólar paralelo, sus habitantes se debaten entre resguardan sus churupos con cara de Simón Bolívar o resguardar sus medios de transporte prácticamente inexistentes en los concesionarios criollos.

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A medida que los actuales y potenciales clientes se mantienen en su disyuntiva, la fluctuación ascendiente del mercado ha llevado a las aseguradoras a enfrentar a una baja en su rentabilidad anual y pérdidas con cada póliza aprobada, con el agregado de las regulaciones en los precios. “Hace como cuatro años, la suma asegurada de un carro pequeño era de 400 mil y un repuesto te salía en 15, 20 mil bolívares. No llegabas a la suma asegurada jamás y no se tenía que declarar como pérdida total, que es cuandolos daños son superiores a 75% de ese monto. Era muy difícil. Ahora, tenemos que aumentar el precio de los montos asegurados para que eso no pase”, explica Randy Izquierdo, asesor de Estar Seguros. Las tasas de las pólizas se mantienen igual, pues las empresas no pueden cambiarlas si la Superintendencia de la Actividad Aseguradora (Sundeaseg) como ente regulador no las aprueba, la aparente piedra en el camino de las aseguradoras actuales. “Ahorita todas las compañías están perdiendo por las regulaciones”, dice Izquierdo.

La Cámara de Aseguradores de Venezuela (CAV) emitió un comunicado el pasado 15 de septiembre en el que se propuso medidas acordes a “las circunstancias económicas que en la actualidad afectan al ramo de vehículos”. Medidas que podrían repercutir en clientes y ofertantes, aseguradoras y dueños de automóviles, necesarios el uno del otro. En el panorama se presentó la posibilidad de admitir pólizas de automóviles con una vigencia menor a un año, de modo que la responsabilidad de asumir los riesgos entre las partes, y se aumentarían los deducibles para bajar los costos de la póliza a los clientes.

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Sin embargo, toda posibilidad de que las compañías pudiesen estar un paso antes de la inflación se coartó cuando la Sundeaseg recordó a sus empresas asociadas mediante un comunicado que “se prohíbe la comercialización de los productos cuya vigencia del contrato de seguros sea inferior a un (1) año”. En su cuenta de Twitter, Sundeaseg añadió: “La #Sundeaseg no ha aprobado el fraccionamiento de las primas de vehículos a ninguna empresa de seguros/cooperativa. #HazLaDenuncia”.

Amortizar la vida

El segundo país con más homicidios en el mundo según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) ofrece seguros con primas accesibles, como si la vida valiese menos que una camioneta último modelo. Rodríguez recién optó por una póliza de salud en Seguros Caracas al ver el costo de la prima anual a cancelar, cuando una suma asegurada de 1 millón de bolívares puede cubrirse 6.720 bolívares, un poco más de dos tercios de sueldo mínimo. “Me parece baratísimo en comparación con el seguro de mi carro. Qué horror, es como si la vida no valiese nada”, remata.

El panorama aparentemente favorable de los asegurados no se refleja en la situación actual de las aseguradoras: “La ley del Gobierno nos regularizó los montos que podemos cobrar por las pólizas, pero la clínica me cobra a mí el triple de quien está asegurando el servicio. ¿Cómo le pago yo a la clínica si lo que me pagan a mí no es suficiente para pagarme a mí? Nosotros hacemos un convenio y establecemos cuánto pagaremos por consultas, operaciones, pero los costos que tienen las clínicas me los han cambiado tres veces en lo que va de año, sin yo poder cambiar la prima”, dice Izquierdo. El asegurador, como el resto de las compañías, aún no ven que la situación toque fondo, ni que ellos o sus clientes salgan beneficiados en los balances anuales: “No sé hasta dónde llegaremos. Si seguimos así, nos tocará vender empanadas allá abajo en La Guaira”, remata.

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