Economía

Precursores del crecimiento verde ganan Nobel de Economía

Los economistas William Nordhaus y Paul Romer ganaron el Premio Nobel de Economía 2018 por integrar el cambio climático y la innovación tecnológica dentro del análisis macroeconómico, con el fin de alcanzar un crecimiento económico sostenible

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De acuerdo a la Real Academia Sueca de las Ciencias, entidad que entrega el premio desde 1969 en nombre del Banco Central de Suecia, Nordhaus y Romer se destacaron por su aporte en «la investigación en la innovación, clima y crecimiento económico». Sus trabajos se basan en los del keynesiano Robert Solow, Nobel de Economía 1987, que investigó el impacto del progreso técnico en el crecimiento.

A ambos se les galardona por integrar el cambio climático en el análisis económico determinando los costes y beneficios de reducir las emisiones contaminantes, con la diferencia de que Romer usó las innovaciones tecnológicas, explicando qué hace que una economía mejore y, por tanto, crezca más que otras.

Según Göran K. Hansson, secretario de la Academia, las teorías que los economistas han diseñado sirven para reducir las emisiones de carbono y asegurar el bienestar de la población mundial. Son contribuciones estrictamente metodológicas y, aunque no han alcanzado conclusiones definitivas, sus resultados son un acercamiento a la respuesta de cómo alcanzar un crecimiento global sostenible.

Este año, el premio Nobel de Economía cumple su 50 aniversario. No es en realidad uno de los nobeles originales, sino un galardón distinto al resto, en honor a Alfred Nobel y que otorga el Banco de Suecia y no la Fundación Nobel.

Igualmente, el perfil del laureado ha sido muy homogéneo a lo largo de los años: varón, estadounidense y con una larga trayectoria profesional. La edad media de los premiados es de 67 años.

Hasta la fecha, solo una mujer, la estadounidense Elinor Ostrom, ha sido distinguida con este premio, que obtuvo en 2009 junto a su compatriota Oliver E. Williamson por su trabajo en gobernanza económica.

El año pasado el galardón recayó en el estadounidense Richard H. Thaler por sus estudios de la economía conductual. El economista es conocido por sus teorías en finanzas conductuales, centrado en comprender «la psicología de la economía». Los economistas compartirán el premio de 9 millones de coronas -987.000 dólares-.

William D. Nordhaus

WN

Nació en 1941, en Albuquerque (Estados Unidos). Es profesor en la Universidad de Yale. Se ha especializado en la investigación de las consecuencias económicas del calentamiento global. Es considerado pionero del modelo que integra las variaciones climáticas, porque construyó ecuaciones que permiten dar cuenta de los efectos del medioambiente sobre la economía y viceversa.

A mediados de los noventa, creaó un modelo de evaluación integrado sobre el cambio climático que incluye la población, cómo se concentra el dióxido de carbono, cómo afecta a la temperatura global, los efectos de respuestas con distintas políticas como el impuesto al carbono y la evolución del daño causado y sus consecuencias negativas para la economía. Es decir, según cuánto suben las emisiones cuantifica el aumento de la temperatura y sus posibles impactos en la economía.

Su principal contribución consiste en crear modelos económicos que integran también el cambio climático, los daños que provoca y las políticas correctoras que se pueden utilizar. En opinión de Nordhaus, los agentes económicos no pagan un precio por las emisiones de carbono. Así que él es partidario de corregir esas llamadas externalidades negativas aplicando impuestos al carbono de forma global.

Estos deben implantarse de forma global, para evitar el fenómeno del free ryder, es decir, que unos países no hagan nada contra el cambio climático porque otros sean quienes lo hacen. Recientemente, Nordhaus ha sugerido que se creen clubes de países que estén dispuestos a poner juntos un precio al carbono y que fijen aranceles comerciales para el resto que no lo hace.

Fue premiado junto a Paul Romer con el Nobel de Economía 2018, porque sus investigaciones proveen argumentos convincentes para la intervención de los gobiernos y corrigen problemas que ocasionan los mercados.

Paul M. Romer

PR

Nació en Denver, Estados Unidos, en 1955. Es profesor en la escuela de negocios NYU Stern, ex economista jefe del Banco Mundial y trabajó también como profesor en la Universidad de Standford, Rochester y Berkeley.

Romer sentó las bases del «crecimiento endógeno» desde 1986, mostrando cómo la innovación y el progreso técnico participan de manera significativa en el crecimiento, un modelo adaptado, en las investigaciones de William Norhaus, a la innovación verde y la idea de un crecimiento sostenible.

Según explica el Banco de Suecia, el economista demuestra de qué forma el conocimiento puede funcionar como motor del crecimiento económico a largo plazo. Hasta sus estudios, el progreso tecnológico que impulsa el crecimiento económico era una especie caja negra de la que no se sabía nada. Sin embargo, Romer probó que el progreso tecnológico es algo que se produce en una economía de mercado y que hay un contexto en el que se puede fomentar.

Mientras que el crecimiento basado en la acumulación de factores productivos tiene unos rendimientos decrecientes, el crecimiento basado en ideas e innovaciones es sostenible a largo plazo. Una empresa puede tener una posición lo suficientemente monopolística como para poder recuperar los costes de innovar. De ahí que se justifique el uso equilibrado de patentes para fomentar la innovación: con derechos suficientes para recobrar la inversión pero limitados en el tiempo para que otros puedan aprovecharlos.

Sin embargo, el mercado no suele premiar a los creadores de nuevos conocimientos y, en consecuencia, no genera el suficiente cambio tecnológico. Así que para compensar este problema se debe incentivar la investigación y el desarrollo con subsidios.

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