Economía

Rematar el patrimonio, el peor impuesto de la crisis

Quien emigra necesita dinero, y busca recuperar lo invertido en el inmueble que alguna vez pudo pagar. Pero la devaluación es tan dura que los precios, al cambio en moneda dura, se desploman. Con una demanda mínima y una oferta marcada por el recambio, sin construcciones nuevas, se imponen dos caminos: cerrar la puerta "por ahora" o rematar a precio "de gallina flaca" sin reparar en cómo lo que fue una inversión ahora se diluye En 2012 Desireé Abreu* decidió regalarle a su madre una casa propia. Poseía dos empleos como asistente de laboratorios clínicos y devengaba un sueldo mínimo, ajustados en mayo y septiembre por el expresidente Hugo Chávez: 1.780,45 bolívares y 2.047,52 bolívares, respectivamente. Con sus ahorros y un crédito bancario, pudo cumplir su sueño. A su madre le compró una casa en El Paraíso que costó 450.000 bolívares en aquel entonces.

FOTOGRAFÍAS: ANDREA TOSTA (ARCHIVO)
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Tres años después, Desireé quiso conformar su propia familia, y dentro del mismo terreno, con la bendición de mamá, comenzó la construcción de un anexo; sus ingresos eran suficientes para la construcción y el amoblado, sin lujos. “Cuando comencé tenía tres empleos, ganaba sueldo mínimo, y en dos de ellos percibía bono nocturno”, recuerda Abreu. A pesar de enfrentarse a una constante variación de costos motivados a la influencia del dólar, el cual inició en enero de 2015 en Bs. 180 y cerró en diciembre en Bs. 910, según el portal Dolarparalelotoday.blogspot.com, Abreu pudo no solo comprar el material de construcción, sino también muebles y electrodomésticos.

patrimonio cita 5Pero lo que parecía convertirse en un sueño hecho realidad se transformó en pesadilla cuando la inflación le fue restando la oportunidad de terminar la construcción de su hogar. La crisis la llevó a considerar lo que antes no se había planteado: irse del país.

Desireé ahora lo vende todo, se queda sin nada. Remata la casa que construyó con anhelos y esperanzas en 5.000 dólares, sus muebles, los electrodomésticos, y hasta su carro, un Aveo 2005. Vende en bolívares pero sacando la cuenta en dólares y va ajustando los precios para ir saliendo de las cosas tan pronto como le sea posible. “Todas mis cosas están nuevas, las vendo según el precio del mercado y si no se venden en 20 días aproximadamente, reviso los precios y los ajusto” hacia abajo, explica la asistente de bioanálisis. meta la mano

El fotógrafo Alejandro Cremades también “regaló” el lugar que sería su hogar. Tras separarse, él y su ex decidieron que el apartamento que adquirieron lo venderían y se dividirían “las ganancias”. La residencia, ubicada en Baruta, costó en 2011 unos 780 bolívares, que al cambio del momento sumaban unos 50.000 dólares aproximadamente en aquel año. El esfuerzo de la compra —alega Alejandro— no fue grave, ambos poseían parte del dinero y el banco les otorgó un crédito que les ayudó a finiquitar la adquisición del mismo.

No obstante, desde mediados de 2017 Cremades y su exesposa pusieron el inmueble en venta. Comenzaron por ofrecerlo en 30.000 dólares. Pero reducirle el monto inicial no fue suficiente. No aparecía comprador. Así, se abrieron a la posibilidad de negociar los costos y de 30.000 dólares llegaron a ofrecerlo en 15.000, una cifra que, pensaron, les permitía salir lo más pronto del inmueble. “Realmente el que me llegara hasta con 12.000 dólares se lo daba”. Y así fue, el mejor postor ofreció 10.000 dólares; 83,3% menos de su valor real. Ninguno de ellos titubeó para hacer la negociación.

patrimonio cita 4La Cámara Inmobiliaria de Venezuela manifiesta que el mercado inmobiliario en Venezuela atraviesa una crisis producto de las erradas políticas económicas impuestas por el Gobierno, la ola migratoria de venezolanos y la fluctuación del dólar, factores que han “contribuido al desplome de los precios y a la paralización de la construcción en el mercado primario”.

Eyglen Ferreira, directora de Century 21 Alianza Caracas, agrega que en este momento no existen “metros cuadrados que se puedan tranzar de nueva data” sino una reventa de patrimonios en el mercado secundario, “inmuebles de vieja data que se venden una, dos, tres y hasta cuatro veces. Cuando dicen que son edificios nuevos, se está hablando de edificios con 15 años”. Este factor —indica Carlos Alberto González, presidente de la Cámara— ha hecho que en Venezuela “solo opere el 7% del mercado inmobiliario”.

Como resultado, existe una creciente oferta de inmuebles en venta, pero poca demanda para adquirirlos. “El mercado lo está sustentando la oferta de viviendas usadas (…). Los precios lo están poniendo los compradores y han caído de una manera alarmante, importantísima. En promedio, a nivel nacional, estamos en una caída de 300 dólares por metro cuadrado, eso es una caída del 65% y 70% en los últimos tres años”, explicó González durante una entrevista con el periodista Román Lozinski en Circuito Éxitos.

Asimismo, Eyglen Ferreira declara que el problema subsiste porque hay personas que solo cuentan con su patrimonio como medio de inversión para adquirir divisas, “entonces inmuebles que en su momento tenían un valor de X+1, como valor alto, resulta que quiere tranzarlo en X y no hay quien quiera comprarlo y terminan revendiéndolo en -1X, es decir hasta un 60% por debajo del valor que inicialmente pagó”. Aclara que se usa “la moneda extranjera como parámetro de medición” y no para cerrar las negociaciones porque es ilegal. “Para ir al registro debe consignarse la fotocopia del cheque y una serie de documentos que valide que la operación es en bolívares y así debe hacerse”.

En Caracas, expone la asesora de bienes raíces, se están vendiendo inmuebles de baja cuantilla; es decir, “que el rango de transacción puede llegar hasta 30.000 o 40.000 dólares”; precios que pueden conseguirse en zonas del este como Santa Fe, El Cafetal, Caurimare, hasta en urbanización más céntricos como La Candelaria. Ferreira también aclara que en las ciudades dormitorios los valores son “impresionantes” y quienes tengan la posibilidad de compra pueden adquirir apartamentos o casas en “3.000, 4.000 o 5.000 dólares” apenas.

patrimonio cita 3Un ejemplo de ello es el matrimonio Planchez González, quienes luego de despedir a sus hijos consideraron irse del país. La decisión tendría como punto inicial la venta de sus bienes, entre ellos una casa ubicada en una urbanización privada de Guatire. El inmueble tiene un piso, tres habitaciones, tres baños, sala, cocina, comedor, patio trasero y un porche, y hasta hace tres años podía transarse en el mercado a un valor de 100.000 dólares. Ahora la historia es distinta: el valor máximo por el que se puede negociar es de 30.000 dólares. “En vista de que teníamos que regalarla decidimos que no la venderíamos. A mi esposo le dio pánico, depresión y mucho sentimiento al ver que la iba a tener que regalar luego de tanto esfuerzo y amor que le dedicamos al comprarla. (…) Pienso que hubiéramos terminado vendiéndola en 15.000 dólares o menos”, agrega Dorisa González.

Los planes de irse del país continúan, pero la casa permanecerá cerrada. “La señora que trabaja con nosotros irá todas las mañanas hasta medio día y mi hermana los fines de semana”, expresa González. ideal para quien se atreva a pensar a futuroNo obstante, el fenómeno no solo ocurre en Caracas o en ciudades aledañas a la capital, también se extiende hasta el interior del país. Laura Duarte* y su esposo compraron una casa en Corinsa, un urbanismo acomodado ubicado en Cagua, estado Aragua, en el año 2012. Entonces, los ahorros de sus vidas y un crédito bancario hicieron posible la adquisición de la vivienda, cuyo costo fue de 800 bolívares, equivalentes a unos 60.000 dólares aproximadamente según el tipo de cambio de entonces.

Luego de la compra, la pareja tuvo la oportunidad de invertir en la ampliación de su hogar, la construcción de otra planta para tener más habitaciones, un portón mecánico, y la decoración del lugar con muebles nuevos y empotrados. Dichos arreglos aumentaban en gran parte al valor de la casa.

Durante un viaje que realizaron al exterior, con la intención de trabajar fuera y volver con ahorros al país, delincuentes entraron a la casa que se encontraba bajo llave. Luego de que familiares hicieran la denuncia y reforzaran la seguridad el inmueble, las decisiones cambiaron: la pareja no regresaría al país y la casa sería puesta en venta. Ahora Laura y su esposo piden 25.000 dólares por el que fue su hogar. “En la medida que pasa el tiempo su valor es cada vez menor debido a la crisis social, política y económica que atraviesa el país. Obviamente su valor es superior, pero de no venderla ahora su precio seguiría bajando”, explica Duarte.

Aunque la están ofreciendo en 35.000 dólares menos de lo que les costó hace seis años, Duarte añade que los interesados han rechazado la oferta por considerar que está costosa. “En algún momento hemos pensado en ofrecerla en 15.000 dólares para tener el dinero en una moneda solvente, pero ni siquiera en ese precio quieren comprarlo”.

patrimonio cita 2El sacrificio de años se disuelve en un abrir y cerrar de ojos. La familia no tiene intenciones de bajar más el precio pues asumen que “menos de ahí es regalarla”. Así pues, la casa se mantiene cerrada hasta que un comprador dispuesto a dar lo que piden la adquiera.

En Maracaibo, según reseña el portal Versión Final, el asesor de bienes y raíces Néstor Rodríguez señala que se hallan apartamentos en venta por “7 y 8 dólares cuando su valor real alcanza los 40”. En el Saladillo pueden adquirirse inmuebles desde los 5.000 dólares, al oeste de la ciudad se consiguen ofertas entre los 22.000 a 30.000 dólares; mientras que en el norte hay bienes entre los 35.000 a 50.000 dólares.

Ricardo Azar, presidente de la Cámara Inmobiliaria del Zulia, sostiene que en la capital zuliana “el precio del metro cuadrado, para propiedades primarias y secundarias, es más bajo que en el resto del país”, y denuncia que “se está jugando con la necesidad de la gente en cuanto al requerimiento de vender sus propiedades y se les está influyendo un precio menor a lo que realmente vale el inmueble”.

Azar insta a las autoridades a activar nuevamente el sector inmobiliario por medio de “políticas financieras que le permitan a todas las clases adquirir, por medio de financiamiento bancario, los inmuebles”.

El panorama inmobiliario

Carlos Alberto González y Eyglen Ferreira coinciden en que los bajos costos de inmuebles, aunque son una pérdida para quienes venden, son una oportunidad para quienes tienen la posibilidad de comprar.

Fernando Delgado* vive alquilado en Terrazas de Club Hípico, una zona acomodada de Caracas. A finales de 2017 comenzó la búsqueda de un apartamento en buen estado y a un precio asequible, y en diciembre lo encontró en La Candelaria, de 60 metros cuadrados, por tan solo 8.500 dólares. “Es en un edificio de al menos 50 años de construcción. Está económico porque en la zona está valorizado entre 15.000 a 20.000 dólares”.

Aunque Eyglen Ferreira asegura que quien adquiere, “compra una oportunidad de negocio”, pues si va a usar el inmueble “como vivienda, en las circunstancias actuales, va a seguir siendo una pérdida del valor nominal porque tal vez hoy lo pagas en cinco y mañana ya vale tres”. Sostiene que para que el sector inmobiliario se recupere debe haber un “cambio de políticas económicas”.

patrimonio cita 1Asimismo, el presidente de la Cámara Inmobiliaria expresa que la “falta de confianza -en el país-, la de materiales, la escasez o nulidad de financiamiento y el tema de la hiperinflación” paralizaron por completo al sector. Y, aunque es difícil contestar hasta cuándo el valor de los inmuebles que aún se encuentran en venta seguirán cayendo, considera que los precios ya están tocando fondo.

El futuro se vislumbra oscuro. Con la reconversión monetaria que entró en vigencia el 20 de agosto de 2018, los expertos prevén una baja sustancial en el mercado pues el sistema se contrae. Los cinco ceros menos en la moneda dejan desconcierto y confusión en “el proceso para una venta de vivienda, los registros, la plataforma bancaria. Mientras esté este proceso nadie va a querer invertir hasta que no haya claridad de cómo va a funcionar”, concluye Ferreira.

*Los nombres fueron cambiados a petición de la fuente.

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