Investigación

Venezuela con las arcas rotas

Organizaciones internacionales ubican a Venezuela como uno de los países que más padece la fuga de capitales. Entre 1950 y 1999 se fueron 70 mil millones de dólares. Entre 2003 y 2013, en medio del control de cambio, 111 mil millones. Para el grupo chavista Marea Socialista en 15 años de oficialismo salieron 259 mil millones. Se estima que venezolanos tienen 406 mil millones allende fronteras nacionales. Aquí no hay divisas para las medicinas y la comida y, ante la emergencia, una opción es vender Citgo

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Parece que se olvidó: hace 11 años y siete meses atrás, el entonces presidente, Hugo Chávez Frías, anunció en Porto Alegre, Brasil, que el gobierno nacional introduciría en la Asamblea Nacional una ley para imponer un impuesto a la fuga de capitales. Ese enero de 2003, el mandatario se encontraba de viaje, mientras que en Venezuela se desinflaba el paro petrolero iniciado en diciembre de 2002. Ya en ese momento hablaba de guerra económica.

Solo dos meses antes del inicio de la paralización de Petróleo de Venezuela, en octubre de 2002, el mismo Chávez diría, en la inauguración del Congreso de Fedeindustria, que en los últimos tres años —de 1999 a 2002— salieron del país 25 mil millones de dólares, precisamente la misma cantidad que, según el ex ministro de Planificación, Jorge Giordani, saquearon las empresas fantasmas durante solo 2012.

Y es que el anuncio de Chávez no pasó de eso, de un aviso en el marco del Foro de Porto Alegre, porque no fue sino hasta mayo de 2010 cuando los legisladores sancionaron la Ley Contra los Ilícitos Cambiarios, instrumento que únicamente menciona la fuga de capitales en la justificación del proyecto presentado por el diputado chavista Elvis Amoroso, para ese momento miembro de la Sub-Comisión de Seguimiento y Control de las Operaciones de Cadivi (http://goo.gl/FNHuyI). Citaba Amoroso un estudio realizado por el doctor Emilio Medina Smith, quien estimó en 70 mil millones la fuga en la segunda década del siglo XX —casi dos veces más de lo que se llevaron las empresas fantasmas en un solo año.

La ley, que desde entonces tuvo como objetivo el combate al mercado de negro de divisas, en su artículo 5, establece la obligatoriedad de declarar todo monto mayor a 10 mil dólares que sea importado o exportado. Pero no consideró la posibilidad de solicitar información a autoridades de otros países acerca de depósitos de venezolanos en el extranjero —cooperación que, desde 2009, vienen aplicando países de Europa y EEUU con el propósito de apalear la evasión fiscal.

Sin embargo, ni esa ley ni el control de cambio evitan que ahorristas, inversionistas y empresarios criollos hayan acumulado cerca de 406 mil millones de dólares en cuentas en el exterior desde 1970 a 2010. Esta cifra la señala un estudio de la ONG Red de Justicia Fiscal International, con sede en Gran Bretaña, publicado en julio de 2012. Incluso, Justicia Fiscal en América Latina ubicó a esta “Tierra de Gracia” en el primer lugar entre los países emergentes, si se efectúa el cálculo de la fuga cruzado con el impacto en el Producto Interno Bruto y el poder de compra de la moneda nacional…“pues no se compra la misma cantidad de bienes y servicios con un dólar en tal o cual país”, denota la investigación.

Más dramáticas aún son las estimaciones del economista Manuel Sutherland. Están calculadas con números oficiales del Banco Central de Venezuela y publicadas en la página web Aporrea.org en diciembre pasado. Según Sutherland, 111 mil millones de dólares se volaron al extranjero entre 2003 y 2013, precisamente el periodo de vigencia del control de cambio. Lo que el gobierno bolivariano había concebido y aplicado para supuestamente detener la sangría de divisas, terminó siendo la pólvora de la escapatoria. Ironía.

La semana pasada la agrupación chavista Marea Socialista publicó también en Aporrea sus cálculos acerca de la fuga de capitales. En un artículo firmado por la ex ministra de Ambiente, Ana Elisa Osorio, se estima en 259.234 millones de dólares el monto de divisas sacadas del país entre 1998 y 2013.

“Para graficar la gravedad del desfalco del que estamos hablando, este puede ser comparado con el costo total de 25 mundiales de fútbol como el realizado en Brasil. O la caída de ingresos provocados por 10 sabotajes petroleros como el de 2002/2003… Este volumen de recursos estafados al país, puede ser comparado también con la construcción de 50 (cincuenta) acerías nuevas de las dimensiones de SIDOR. Y para no aburrir con comparaciones solo diremos que de haberse invertido el total fugado en una Gran Misión Vivienda para todo el periodo, se podrían haber construido, de acuerdo a cálculos del costo de construcción en el país, el total de viviendas necesarias para resolver el déficit habitacional de los venezolanos, es decir unas 6 millones de viviendas dignas”, apunta Osorio.

Desaguadero

En esos fondos expatriados del país se incluye el dinero enviado a cuentas en el extranjero por empresarios y banqueros. Ocurrió, por ejemplo, con los propietarios y directivos de bancos y casas de bolsa que, entre 2003 y 2010, usaron una centrífuga financiera compuesta por depósitos de fondos públicos en los bancos y bonos de la deuda, que más tarde convertían en dólares empleando una estructura de empresas registradas en paraísos fiscales para ocultar a los verdaderos dueños y el control de los bienes colocados en el exterior. Así lo registró Emilia Díaz-Struck en un reportaje titulado: ¿Off Shore?: Dame dos, publicado en Armando.

Una parte de esas divisas eran vendidas en el mercado negro y otra iba a parar a cuentas en el extranjero. Algunos de ellos, como el expresidente de Banorte, José Zambrano, hoy son capaces de gastar miles de dólares en un bar en Florida y hasta de financiar actividades de la oposición en esa ciudad. También destaca un funcionario señalado por su participación en esa irregularidad financiera, pero nunca ha sido investigado por la Fiscalía, como el extesorero de la Nación, se trata de Alejandro Andrade. “Posee bienes raíces, aviones y hasta establos con caballos de equitación en Florida y Carolina del Sur”, glosa el relato del periodista Casto Ocando en su libro Chavistas en el imperio, publicado por Editorial Cyngular, 2014.

El uso de Cadivi como un mecanismo de fuga de capitales es un capítulo de la historia contemporánea y se escribe en estos momentos. El final parece impredecible según el grado de complicidad de los funcionarios involucrados. Verbigracia: la Unidad de Investigación de El Nacional publicó el 27 de julio el reportaje titulado: “La promoción militar de dólares Cadivi. Reveló que las empresas con escasa trayectoria de dos compañeros en la Academia Militar del expresidente de Cadivi, coronel Manuel Barroso, los tenientes coroneles Carlos Arias Delgado y Eduardo Escalante Pérez, recibieron divisas preferenciales para la importación de alimentos y medicinas. Por su parte, la Fiscalía citó a representantes de 60 empresas más para que aclaren en qué usaron los verdes otorgados, aunque el Ministerio Público no informa todavía si alguna de ellas se llevó parte de los 25 mil millones que denunció Giordani.

Para movilizar esos dólares provenientes de Cadivi, también se necesitó de una estructura conformada por empresas registrada en paraísos fiscales. Apunta Díaz Struck, en el arriba texto citado, que, de acuerdo con el Seniat, las autoridades venezolanas reconocen como paraísos fiscales o jurisdicciones de baja imposición fiscal —es decir que la tributación sobre el patrimonio y las ganancias son igual a 0% o hasta menos de 20%— “a 83 como Aruba, Islas Caimán, Hong Kong, Islas Vírgenes Británicas y Panamá”.

Esa situación no es nueva. Tiene antecedentes. Cita la periodista parte del informe de la Red de Justicia Fiscal Internacional. Expone que los 90 banqueros venezolanos usaron “3.500 corporaciones offshore en Aruba, Curazao y otros lugares para saquear los bancos en Venezuela, resultando el colapso de la mitad de los bancos en ese país y en un desastre mayor para las personas”.

EEUU confisca cuentas

Mientras las autoridades venezolanas investigan a empresas por defraudar a Cadivi a través de falsas importaciones de empresas fantasmas o de maletín, en los Estados Unidos el Servicio de Renta Interna (IRS) confisca cuentas y bienes a empresarios venezolanos por realizar operaciones cambiarias sin debida licencia, reseñó el periodista Gerardo Reyes en reportajes publicados en la página web de Univisión.

“El congelamiento de las cuentas afecta principalmente al empresario venezolano residenciado en Miami, Roberto Antonio Añez, quien reconoció, según los investigadores federales, que se dedicaba al negocio cambiario de bolívares y dólares «en lo que algunos conocen como el mercado negro”, afirma el documento judicial obtenido por Univision… En la demanda de 31 páginas, el agente especial del IRS, Warren Rogers, explica con pormenores la manera se hacían pagos y transferencias desde y hacia Venezuela, México, Panamá, Holanda, Portugal, Puerto Rico, Corea del Sur, Suiza, España y Aruba. Para ello los dineros se canalizaban a través de una urdimbre de empresas, algunas con actividades conocidas como una firma de construcción de hoteles y bienes raíces de Miami propiedad de inversionistas venezolanos y otras que aparentemente funcionaban como firmas de fachada, según la demanda”, puntualiza Reyes en el reportaje titulado Ofensiva federal contra cuentas de transferencias millonarias de Venezuela.

En un segundo reportaje, con el título “Estados Unidos incauta nuevas cuentas y propiedades de venezolanos en Florida”, Reyes relata el caso de una empresa que ha hecho giros por más de 50 millones de dólares. La compañía signataria es Ingenieros Asociados para Proyectos Estudios y Constructores (Iapec), a la cual le decomisaron 535 mil dólares, entre otros motivos por realizar operaciones con las cuales trataron de ocultar el origen de los fondos.

El representante de Iapec es Ángel Hernández Aguirre. De acuerdo con la investigación de Reyes, la firma en el pasado recibió contratos de obras públicas para Pdvsa, Instituto Autónomo de Ferrocarriles del Estado, la Gobernación de Monagas y Miranda. En este último estado, le fue asignada la construcción de edificaciones turísticas durante la gestión del actual presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello. Las irregularidades en ese contrato fueron denunciadas por Henrique Capriles Radonski ante la Fiscalía General de la República.

Desconfianza

Pero la fuga de capitales no es sólo un asunto de banqueros, funcionarios o empresarios corruptos. Por ejemplo, Alexis (nombre ficticio para proteger la identidad) hace dos años fue despedido del banco en que trabajaba y de inmediato cambió parte de su liquidación en dólares que depositó en un banco en Aruba. De acuerdo con el informe de este año de la Justicia Fiscal, capítulo latinoamericano, esa es una práctica común para proteger los ahorros. En algunos casos, ni siquiera se utilizan depósitos, sino que las divisas se guardan en las casas, algo que conocen muy bien los ladrones y secuestradores.

¿Pero por qué Venezuela lidera la fuga de capitales en países emergentes? El presidente de Fedecámaras, Jorge Roig, señala una palabra clave: desconfianza.

“No hay nada más cobarde en el mundo que el dinero”, resalta Roig para explicar que los inversionistas huyen cuando no existen garantías de sobrevivencia, con una inflación de al menos 70% y un crecimiento negativo. Dice el dirigente empresarial que, para atraer los capitales, se necesita recuperar la confianza, que resulta de un proceso lento y exige respetar las reglas del juego. Amén de reducir la inflación, disminuyendo el dinero inorgánico. Son algunos elementos o medidas esenciales.

Sobre este apartado el asesor empresarial y de negocios, Miguel Octavio, puntualiza que no es un fenómeno de los últimos 15 años. “Viene históricamente desde los 60, cuando hubo devaluaciones no muy grandes. Sin embargo, la gente mantenía parte de su dinero aquí, porque las tasas de interés eran atractivas y había buenos rendimientos en inversiones.
Esto sufre un cambio brusco cuando Luis Herrera devalúa o deja flotar el dólar. En un momento la paridad cambiara pasó de 4,30 bolívares por dólar a 8. Además, el Gobierno decidió, como pretenden ahora con las líneas aéreas, no reconocer las deudas en divisas que habían adquirido las empresas.

Desde entonces, destaca Octavio, también pierde interés el venezolano en ahorrar en bolívares y los que tienen la posibilidad abonan en cuentas en el extranjero. “Un dólar comprado en 2002 a 1,6 bolívares, hoy vale más de 80”, especifica.

Recuerda que, hasta 1999, las empresas tenían oportunidad de repatriar el dinero. Pero eso cambió, al igual que el tipo de cambio debido a una serie de eventos económicos y políticos: devaluaciones, intento de golpe de Estado, creación de fondos paralelos. El conjunto espantó a inversionistas. Indica que solo los inversores del sector petrolero se animan a venir al país por unas condiciones especiales.

El informe de la Cepal de la Inversión Extranjera Directa en América Latina, del año 2013, revela que Venezuela recibió en los primeros tres trimestres del 2013 capitales por 3,6 millardos de dólares. “Pero la mitad de esos recursos correspondió a la reinversión de utilidades y el resto a préstamos entre compañías”, apunta El Universal en una nota de mayo.

A manera de resumen, Octavio reconoce que la fuga de capitales representa un problema que ha sido muy complejo. “Definitivamente la era de Chávez ha sido la gota que rebosó el vaso, pero el problema venía de antes. Al final, mala política económica y muy pocos de los ministros de Finanzas de los últimas cinco décadas han sido economistas”.

Ahora el Gobierno busca ansioso billetes verdes en mercados financieros, en préstamos con su gran socio comercial, China, e incluso se anuncia la venta de Citgo: la refinería venezolana en Houston, por la cual se estima recibir 10 mil millones de dólares, cerca de 10% de los 111 mil millones que se fugaron en medio del control de cambio.

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