Salud

Sin perrarina: los ladridos del hambre

Como nadie se escapa en esta república de revoluciones y desmanes, las mascotas también están pasando hambre. No hay alimentos para animales. Algunos proveedores aseguran que el stock acaso puede aguantar un mes. Los maullidos y ladridos por la escasez se escuchan con más furor en tanto los estómagos rugen y se enferman

Texto: Ketherine Ledo | Fotografía: AVN
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Pelusa es una poodle blanca, tremenda y coqueta de dos años. Aunque siempre está jugando y mostrándose feliz, la tarde del lunes 17 de agosto se le veía apagadita y enferma. Es la consentida en la casa de Cristina Martellini y su esposo, lugar donde es considerada un miembro más de la familia.

En la fría sala de espera de la Clínica Veterinaria Los Colorados de Valencia, esperan Cristina y Pelusa para ser atendidas por un especialista. La pequeña en los últimos días ha comenzado a evacuar de manera constante luego de comer. Aunque su ama aún no sabe qué le pasa, presume que podría ser el cambio reiterado del alimento lo que la ha enfermado. “Desde hace unos tres meses es casi imposible conseguir la perrarina que Pelusa está acostumbrada a comer. Yo a ella le doy Pro Plan, pero como no hay, me ha tocado darle Dog Chow y Robustin. Sospecho que eso le ha causado las molestias”, relata. Sin saberlo, este can ha comenzado a vivir los embates de la escasez que, como una plaga que no perdona, también golpea a animalitos: las distintas marcas de perrarina han desaparecido de los anaqueles de las tiendas de mascotas.

Pero no es el alimento lo único que está fallando en su distribución. Encargados y propietarios de purinas aseguran que lo mismo ocurre con los medicamentos, en especial aquellos que sirven para combatir pulgas y garrapatas. “Los perritos están pasando por los mismos problemas que uno”, cuenta un joven que atiende en una tienda ubicada en sector El Viñedo, al norte de la ciudad.

Federico Boede, médico veterinario, confirma que las afecciones estomacales y dermatológicas en caninos se han incrementado en los últimos seis meses como consecuencia de las fallas en la distribución de productos. Los cuadros comunes son: diarreas y trastornos digestivos, otros también frecuentes son alergias en la piel y caída del pelo. Pese a que el diagnóstico suena alarmante, el especialista resalta que ningún perrito morirá por el cambio de su dieta. “Las llamadas se han incrementado, las emergencias también. Los dueños están preocupados y nosotros no podemos hacer mucho más”, discurre Boede.

Y si lo consigo a cómo lo pago…

Pero es que al parecer también hay otras razones para angustiarse. El precio de la perrarina se ha triplicado —según la marca. En una tienda de mascotas ubicada en un centro comercial del norte de la ciudad, los clientes entran. Entre ellos Ana, dueña de un pequeñísimo pincher. Se asombra cuando le dicen en cuánto llegó el saco de cuatro kilos de perrarina Dog Chow para razas pequeñas.

—Cuesta 1.100 bolívares, y si puede, llévesela de una vez porque luego no sabemos cuándo vuelve el despacho—le comenta un vendedor del local.

—Qué cara —lacónica respondió.

Daysi, la encargada, con desgano narra el problema que atraviesan en el local por culpa de la escasez. El producto que más ha escaseado es el alimento para dietas especiales, entiéndase aquellos que están hechos a base de cordero y pavo. Aunque la semana pasada apareció, el saquito de 2 kilos de una marca brasilera llegó en 3 mil 800 bolívares. El costo del resto se mantiene intermitente según la marca, la cantidad y el tipo de raza.

¿Qué le doy si para humanos tampoco hay?

Para los casos de alergias y regímenes alimenticios específicos, existen alimentos que, si no se consiguen en las tiendas, podrían ser sustituidos con dietas caseras, a despecho de la casi inexistente proteína. En los mercados brillan por su ausencia pavo, pollo y carne. Para el caso de aquellos animales que deben se alimentados con perrarina hecha a base de carne de cordero o de pavo, las personas pueden hacer preparaciones con arroz y ambos tipos de carne, pero ¿cuánto cuesta un kilo de cordero?

El doctor Federico Boede explica que, pese a ello, las personas que tienen canes sanos por completo, tampoco la tienen tan sencilla, puesto que aunque pueden darles pollo deshuesado con arroz, que son alimentos fáciles de digerir, ninguno de los dos se halla con facilidad en los supermercados. “¿En cuánto está el kilo de pollo y desde cuándo no se ve arroz en el mercado? Realmente los perritos sin saberlo están pasando por una situación bien compleja”, desliza el médico.

Para evitar los trastornos estomacales mencionados al principio el veterinario da tips que ayudarán a que las mascotas no sufran cambios drásticos en el intestino. Recomienda, antes de sustituir por completo el alimento, mezclarlo “de a poquito” para que así “no les pegue tanto en la barriguita”. “Si usted está viendo que ya debe comprar un saco nuevo de perrarina, pero no consigue la misma entonces vaya mezclando. Al principio de 75 por ciento de la habitual y complete 25 por ciento de la nueva, luego 50-50 y al final 75 por ciento de la nueva con 25 por ciento de la habitual, hasta que introduzca el alimento nuevo por completo. Esto debería impedir que la mascota presente diarreas o vómitos”, detalla. Comprar y acaparar también puede ser una opción.

Lo que sí se debe evitar a toda costa en las dietas caseras es el suministro de pasta, ya que es un alimento de digestión pesada puede producir problemas en el hígado, obesidad mórbida en el animal, entre otros trastornos. En el caso de aquellos que tienen gatos y no consiguen gatarina, la recomendación aunque sencilla, barata no es: dele pescado. Hasta que el bolsillo aguante.

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