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Colombia recupera a David Ospina para los cuartos de final de la Copa América

Un llamado de su padre enfermo lo urgió a regresar a Colombia. De vuelta en Brasil, los cafeteros respiran aliviados por el retorno de su ángel guardián, el imbatible David Ospina, para el duelo ante Chile en cuartos de final de la Copa América.

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Fotografía: AP

El portero del Nápoles de Italia se reencontró con sus compañeros la noche del lunes en el hotel de Sao Paulo donde la Tricolor se prepara para el choque con los australes en el Arena Corinthians. Acostumbrado a cubrir sus fallas y respaldar sus espaldas, tres días antes los abandonó por primera vez.

Se despidió el viernes en Salvador. La salud de su padre, Hernán, había empeorado por una dura enfermedad que lo aqueja hace varios meses. Lo esperaban más de ocho horas de vuelo hacia la ciudad colombiana de Medellín, donde surgió como futbolista profesional.

La selección le dio su apoyo y anheló su pronto regreso. Pero la vuelta del número 1 de Colombia, a quien Lionel Messi ha llamado un «fenómeno» del arco, estaba en otras manos y la Tricolor cerró los flancos para que el guardameta estuviera con los suyos.

«Estamos con los corazones y con las oraciones con David y su familia. Estamos más unidos y con más responsabilidad juntos», dijo el técnico Carlos Queiroz, con su español a veces enredado. Al fin y al cabo, como diría Jorge Valdano, el fútbol es la cosa más importante de las menos importantes.

Ospina se perdió la última jornada del Grupo B, cuando los cafeteros derrotaron 1-0 el sábado a Paraguay y finalizaron como el único combinado con puntaje perfecto en la primera ronda. Álvaro Montero, del Deportes Tolima, se encargó de mantener el marcador en ceros y el favoritismo cafetero en el torneo americano.

«El que entre o el que esté, trata de hacerlo de muy buena manera», había dicho Ospina antes del juego con los guaraníes.

Montero cumplió y Colombia sigue siendo, junto a Brasil, el único equipo que no ha recibido goles en la Copa América. Aunque está lejos del récord del 1, que no recibe gol con el once nacional desde octubre de 2018.

El dilema

Queiroz dio la orden de silencio para «proteger» la intimidad de la familia Ospina. Aunque la puerta estaba abierta, era un misterio si el custodio hace más de una década del pórtico de la Tricolor iba a regresar. Y sobre todo, si en caso de hacerlo, alcanzaría a llegar al partido fundamental.

La confirmación y el alivio de un pueblo llegaron en boca de su hermana Daniela. «Es un momento de decisiones y no quisiera estar en los zapatos de él. Este es su trabajo, lo que lo apasiona. Su decisión ha sido volver, poder hablar con su padre, decirle muchas cosas que la vida nos da la oportunidad y él va a volver a su selección, con sus compañeros», dijo a Caracol Radio.

La razón es una suerte de premio para una dupla, padre e hijo, que a punta de sacrificio sacaron adelante un modesto hogar en Medellín. «Porque mi papá lo merece y él lo merece. Son decisiones que no son nada fáciles», sostuvo la exesposa de James Rodríguez.

Hernán y su esposa Lucía Ramírez matricularon a David a una escuela de fútbol como una estrategia para alejarlo de la violencia del narcotráfico que a mediados de los noventa azotaba a Medellín. Tenía ocho años cuando se fundó el uniforme de la escuela del exjugador Alexis García. Soñaba con ser delantero.

Y pasó lo que ha pasado con cientos de porteros. Un día no llegó el arquero, Ospina se puso los guantes y entonces su nombre empezó a escribirse al lado del de René Higuita, Óscar Córdoba, Faryd Mondragón y Miguel Calero.

Ahora está a dos encuentros de llegar al centenar de juegos con la casaca amarilla, azul y rojo. «Si David ha tenido dos partidos malos en la selección, es mucho. No recuerdo partidos realmente malos de él», señaló Córdoba al diario El Tiempo de Bogotá.

Abrazado por el calor de sus compañeros, Ospina tiene la oportunidad de trazar el camino hacia la final en Rio. Antes se encontrarán con Chile, que los eliminó en semifinales de la competición en 2016 y después alcanzó el bicampeonato.

Esta vez el sueño de Hernán puede pesar más. Y la Tricolor pisa fuerte. «Hay que aprovechar cada oportunidad, cada momento», repite como mantra Ospina. Brasil es la suya.

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