Comer las sobras que dejan los colectivos en Catia
No compra primero quien haya llegado primero a la fila. Catia está a merced de los colectivos. No necesitan mediar palabra. Su indumentaria basta para advertir a los consumidores de su presencia, de que deben callar y echarse para atrás cada vez que algún amigo de un grupo armado o bachaquero llegue a reclamar un lugar