Venezuela

Jóvenes en huelga de hambre por presos políticos piden auxilio al papa Francisco

La gran meta de la huelga de hambre en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe de Las Mercedes es que liberen a los presos políticos. Sin embargo, no debe perderse de vista el sitio. Escogieron ese lugar por una simple razón: quieren que la Iglesia Católica medie entre la oposición y el gobierno.

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Es inusual que una huelga de hambre ocupe una iglesia. En este caso, la Nuestra Señora de Guadalupe de Caracas. Este recinto se ha convertido en la casa de los jóvenes activistas que ahora sólo se hidratan con agua y Pedialyte porque «tiene electrolitos», comentó uno. Todos ellos dejaron de comer por una meta: lograr que la Iglesia Católica medie en el conflicto político del país.

Uno de los huelguistas sostiene un rosario en la huelga de hambre del JAVU el 4 de junio de 2015. Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Las Mercedes. Caracas. Fabiola Ferrero / Ee

Esta es una de las formas más extremas de protesta. La huelga de hambre sirve para inmolar el cuerpo por una causa, explicó uno de los manifestantes.

El diputado a la Asamblea Nacional por el estado Carabobo, Julio César Rivas -quien con 28 años y cinco huelgas de hambre-, enumera acostado sobre colchonetas aplastadas y almohadas sus objetivos:

«Libertad de los presos políticos, que se convoque a las elecciones parlamentarias con observación internacional y que cese la represión y la censura en el país. Pero sobre todo, para que liberen a mis compañeros. (…) El cardenal Jorge Urosa Savino nos visitó hace dos días debido a que expresamos que nuestra razón para estar en la iglesia es que pedimos que la Iglesia Católica sea nuestro intermediario con el Gobierno».

juliohijo

Urosa Savino recibió un documento que le enviaron los activistas con diversas propuestas. El Monseñor se lo hizo llegar al papa Francisco y les aseguró que el Pontífice ya está enterado de la protesta. El diputado explicó que la jerarquía eclesiástica trabaja para que las exigencias de los huelguistas sean tratadas en el encuentro que sostendrá el presidente Nicolás Maduro con Francisco la próxima semana en El Vaticano.

La visita del cardenal ocasionó problemas a los manifestantes. Aseguran que a la 1:20 de la madrugada del miércoles, ocho funcionarios armados del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) encañonaron al que por mala suerte hacía de seguridad en ese momento y le arrojaron aguas negras y excrementos. Esa misma noche pidieron ayuda a los Polibaruta y ellos les dijeron que habían visto lo que había sucedido, pero que no podían hacer nada porque «eran gente del Sebin».

Policía Nacional visita a los que permanecen en la huelga de hambre del JAVU el 4 de junio de 2015. Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Las Mercedes. Caracas. Fabiola Ferrero / Ee

«Esto es muy grave porque ellos tienen las defensas bajas por no comer así que se pueden enfermar por el agua sucia que les lanzaron». comentó Andrea Capriles, esposa del parlamentario. La joven de 24 años visita a su esposo junto con su hijo cuando no está en clases. Estudia Comunicación Social en la Universidad Santa María.

Capriles admira la fuerza de su esposo: «Tiene muchísimo tiempo preparando esto. Cree en la lucha pacífica, en la resistencia. Yo lo admiro. Claro que es fuerte para mí porque me preocupa la seguridad, hay gente muy mala del otro lado [oficialismo] que no les importa vida de ellos». Asegura que está tranquila porque ve a Rivas saludable, pero le preocupa que no sabe cuánto va a durar la protesta. Sabe que su esposo no va a tocar un gramo de comida hasta que se cumplan los objetivos.

Todos coinciden en que la Gran Meta es que liberen a los presos políticos, los manifestantes arrestados en 2014. Son sus «compañeros de lucha», destacan. El estudiante de Derecho de la Universidad Católica del Táchira (UCAT), Anthony Rosales -20 años y tres huelgas de hambre-, recuerda a sus compañeros  Renzo Prieto, Gerardo Carrero y Gerardo Resplandor. «Los meten presos por dar la cara por todos los que quieren un cambio en el país. La mayoría son como hermanos de otra madre. Son amigos que han dado la vida por mí», afirma.

Retrato de uno de los participantes en la huelga de hambre del JAVU el 4 de junio de 2015. Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Las Mercedes. Caracas. Fabiola Ferrero / Ee

Un cartel de aproximadamente 4 x 2,50 metros recibe a los que los visitan bajo el toldo azul o a los que simplemente quieren ir a misa en Las Mercedes. Letras  tricolores reflejan un poco lo que ocurre en la iglesia: «Huelga de hambre, Javu». Esta plataforma -la Juventud Activa Venezuela Unida- se caracteriza por llevar la protesta hasta el final, dice Rosales.

huelga de hambre del JAVU el 4 de junio de 2015. Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Las Mercedes. Caracas. Fabiola Ferrero / Ee

El otro estudiante de Derecho de la UCAT y director nacional de JAVU, Jesús Andrés Gómez -30 años y seis huelgas de hambre-, ofreció sus razones para asumir esta protesta:

«Estoy aquí por la simple razón de que tengo compañeros privados de libertad. Tienen más de un año secuestrados por el régimen por ejercer su derecho a la protesta. Ya hecho huelgas de hambre [esta es su sexta] por personas que no conocía, así que ¿por qué no hacerlo por los que harían lo mismo por mí?».

huelga de hambre del JAVU el 4 de junio de 2015. Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Las Mercedes. Caracas. Fabiola Ferrero / Ee

Rosales contó que no sólo arriesgan su salud e integridad física. Asegura que los huelguistas ponen en juego el año académico: «Tengo miedo de perder el año, pero me vine a Caracas porque pienso que damos más en la llaga al Gobierno desde su propia ciudad«. Las uñas no rasguñan desde tan lejos, comenta.

Los jóvenes están convencidos de su resolución. Están dispuestos a deteriorarse hasta el punto de desmayarse y levantarse en un hospital, pero el diputado pretende llegar más lejos. Cuando se le preguntó que si llegaría a lo mismo que el fallecido agricultor Franklin Brito, respondió que es se compromete a lograr la libertad de sus compañeros «así que no depende de mí hasta cuando dure esto; trato de no medir el tiempo», agrega.

Desde el piso, sentados o acostados, listan sus síntomas: agotamiento, dolor en varias partes del cuerpo, debilidad y resolución firme. «A mi mamá le molesta que esté lejos de casa y deteriorando mi salud, pero me apoya porque estoy haciendo algo por mi país», explica.

Detalle de artículos de higiene personal para los que permanecen en la huelga de hambre del JAVU el 4 de junio de 2015. Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Las Mercedes. Caracas. Fabiola Ferrero / Ee

El Defensor del Pueblo, Tareck William Saab, negó el 25 de mayo que Leopoldo López realice una huelga de hambre: “Yo hablé con el director de la cárcel de Ramo Verde y me dice que Leopoldo López almorzó, desayunó; no está en huelga de hambre». Rosales aseguró que el Gobierno siempre quiere desmentir a los activistas. «No tenemos miedo a que nos hagan pruebas de sangre para comprobar que no hemos comido», retó y continuó «Dios no quiera y Leopoldo López y Daniel Ceballos levanten su protesta, pero nosotros continuamos hasta tener a nuestros compañeros con nosotros».

Caraqueños ausentes

Los manifestantes provienen de distintas zonas del país. Son cinco tachirenses, dos anzoatiguenses, dos mirandinos y un carabobeño. Cada uno de ellos se ha ido sumando a la protesta a cuentagotas.

huelga de hambre del JAVU el 4 de junio de 2015. Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en Las Mercedes. Caracas. Fabiola Ferrero / Ee

No hay ningún caraqueño en la protestas. Unos dicen que es porque tienen miedo de tanta represión que han sufrido y otros simplemente aclaran que hay distintas formas de «luchar por el país». Gómez opinó que «cada quien tiene su criterio de protestar y no se identifican [los caraqueños] con este tipo de actividades. Pero el sábado [manifestación convocada por Leopoldo López mediante un video] demostraron que sí quieren un país libre y con democracia. Yo no critico al que no hace huelga de hambre, yo critico al que no lucha».

Los jóvenes, bajo el toldo, se sienten respaldados por los que «todavía luchan por Venezuela». La tarde del 4 de junio recibieron un regalo por parte del padre del segundo opositor asesinado el 12 de febrero del año pasado, Robert Redman. Un mensajero les arrojó dos almohadas con fundas marrón rojizo.

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