Cultura

Conozca los 12 criterios que definirán al “buen cine”

Uno de los aspectos más polémicos del proyecto de reforma de Ley de Cine está encerrado en el artículo 29 en que contempla que “toda obra cinematográfica extranjera de interés artístico y cultural certificada por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) tendrá garantizado su estreno y una permanencia mínima de exhibición de una semana-cine”.

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Vértigo (1958), de Alfred Hitchcock, encabezó la lista más reciente de mejores películas de todos los tiempos según la prestigiosa revista británica Sight & Sound, pero fue producida por un gran estudio de Hollywood (Paramount Pictures), lo que pudiera entrar en conflicto con el criterio 2. Bolívar, el hombre de las dificultades (2013), con Roque Valero, es una biografía parcial de un gran personaje nacional (criterio 10), aunque probablemente no constituye un patrimonio cultural del cine mundial (criterio 11).

Así de complicadas podrían ser las discusiones para determinar si una película extranjera posee “interés artístico y cultural” (o pertenece al “buen cine”, “cine de arte y ensayo”, “cine alternativo”, “cine de autor”: póngale usted el apellido que quiera a lo que generalmente se consume sin atragantarse de cotufas), según el principal proyecto que circula para la segunda reforma parcial de la Ley del Cine en Venezuela.

Uno de los aspectos más polémicos del proyecto de reforma de Ley de Cine está encerrado en el artículo 29: “Toda obra cinematográfica extranjera de interés artístico y cultural certificada por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) tendrá garantizado su estreno y una permanencia mínima de exhibición de una semana-cine”. Es decir, el CNAC, ente rector de la cinematografía nacional, deberá certificar, con una especie de sello de calidad, qué películas cumplen con esas características, que en general están sometidas a un enorme grado de subjetividad. Y esas películas tendrán una protección: los grandes circuitos de exhibición, Cines Unidos y Cinex, no podrán sacarlas de cartelera si obtienen una taquilla de al menos 70% del promedio habitual de una sala.

Bernardo Rotundo, presidente del circuito Gran Cine (principal distribuidora privada de películas de interés artístico y cultural) y uno de los asesores más visibles del proyecto de reforma, informó en rueda de prensa el pasado 13 de julio que dentro del CNAC ya existe un organismo que se encarga de delimitar la frontera entre las cotufas y la “intensidad”: la Comisión de Certificación de Obras de Interés Artístico y Cultural y de Salas Independientes, constituida a partir de 2008 e integrada por cinco miembros: un representante del CNAC, uno de la Cinemateca Nacional, uno de Amazonia Films (distribuidora del Estado), uno de las salas independientes y uno del sector académico.

Pablo Abraham, director de la página web de Gran Cine, es el representante actual de las salas independientes. Maurizio Liberatoscioli, profesor de cine de la escuela de Artes de la UCV, ex director de la sala Margot Benacerraf (en la anterior sede del Ateneo de Caracas) y también miembro de la junta directiva de Gran Cine, es el vocero del sector académico. Como lo indica su nombre, el otro gran objetivo de la Comisión es la certificación de qué salas proyectan cine alternativo, para que estas reciban un subsidio económico y puedan subsistir a pesar de no proyectar cintas súper taquilleras al estilo de Jurassic World o Minions.

Maurizio Liberatoscioli, que aceptó declarar a título personal, aclara que su vinculación a la Comisión obedece sobre todo a su deseo de ayudar a la preservación de las cada vez más escasas salas de arte y ensayo (en Caracas solo son consideradas como tales el Trasnocho Cultural y Cinex Centro Plaza, pues la Margot Benacerraf y el cine La Previsora ya bajó la santamaría), y admite que la certificación de obras de interés artístico y cultural es “el aspecto más débil” del programa de estímulo al cine alternativo del CNAC. “Hay una gran carga de subjetividad en esto de catalogar una obra como artística. Eso le debe decidir el público, no un cónclave de eruditos o estudiosos”, sentencia el profesor de la UCV.

Según la providencia administrativa 003 de fecha 30 de junio de 2006 publicada en la Gaceta Oficial número 38.525, una película será considerada de interés artístico y cultural cuando cumpla 5 de los 12 criterios establecidos por el siguiente baremo:

1) “Intencionalidad autoral relevante: películas que brinden una nueva narrativa artística, enfoque innovador, valor temático o excelencia expresiva”

2) “Financiamiento de algún instituto, organismo o programa de fomento a la producción cinematográfica o que sea de realización independiente de los grandes estudios de realización cinematográfica” (el criterio que excluiría a las películas de Hollywood)

3) “Ganadora de premios nacionales o internacionales reconocidos por el CNAC”

4) “Basada en clásicos de todos los tiempos o inspirada en creaciones de cualquier disciplina artística iberoamericana” (cualquier adaptación buena o mala de Doña Bárbara entraría aquí, por ejemplo)

5) “Innovación artística y de técnica cinematográfica”

6) “Obras que formen parte de políticas de intercambio y cooperación entre el Estado Venezolano y otras naciones” (pudiera entrar en contradicción con los criterios 1 y 5)

7) “Fomento de la multiculturalidad y procedencia de naciones cuyas cinematografías hayan sido poco difundidas en Venezuela”

8) “Enaltecimiento de la condición humana, así como de valores humanos universales, progreso social, ecología, democracia y tolerancia” (¿Pulp Fiction de Tarantino entraría aquí?)

9) “Documentales” (¿todos son obras de arte?)

10) “Obras que resalten biografías de grandes personajes nacionales e internacionales”

11) “Reconocidas como patrimonio cultural de cine mundial, aun cuando hayan sido producidas por grandes estudios y por directores reconocidos mundialmente” (de algún modo, una aclaratoria para el criterio 2)

12) “Obras que enaltezcan de forma artística los valores de niños, niñas y adolescentes”

“En todo el mundo, los países protegen sus cinematografías nacionales, pero en ninguna parte está planteada una protección al cine de autor. Porque se parte de que es extremadamente arbitrario determinar qué es cine de autor. Por ese camino pudiéramos argumentar perfectamente que hasta una película pornográfica posee también una intencionalidad autoral. ¿Quién me convence a mí de que Avatar no es una obra de arte?”, criticó un representante de las empresas privadas de exhibición, que prefirió mantener su nombre en reserva.

¿Pudiera servir el baremo de la providencia 003 para que el gobierno de Nicolás Maduro determine que únicamente El acorazado Potemkin, el clásico del cine militante soviético de 1925, es la única película de interés artístico y cultural? Uno de los representantes de la Comisión de Certificación de Obras de Interés Artístico y Cultural del CNAC, que también prefirió mantener su nombre en reserva, aclara que dentro del organismo colegiado “se generan discusiones dentro un marco muy amplio y se debate siempre lo artístico, nunca lo político”. También ratifica que todas las películas venezolanas, de manera automática, reciben la certificación de “buen cine”, lo que marca mi consagración en un papelón descomunal: para mí la comedia Papita, Manita, Tostón no posee mayor interés artístico o cultural, aunque entre 2013 y 2914 casi 2 millones de espectadores me cerraron el pico y la convirtieron en la más vista de la historia del cine nacional.

“Detrás del programa de estímulo que dio origen a la Comisión de Certificación del CNAC está el espíritu de proteger y de ayudar a la diversidad cultural. A mí me parece un error plantearse un enfrentamiento de Hollywood versus un cine artístico en términos polarizados. El baremo no es perfecto, aunque te ofrece un marco de reflexión teórica. Allí está contemplado el hecho de una película que, aunque pertenezca al sistema de Hollywood, pueda representar un aporte artístico”, sopesa Maurizio Liberatoscioli.

“Pero no conozco ninguna ley en el mundo que plantee obligatoriedad para proyectar este tipo de cine, porque generalmente eso lo determina la respuesta del público”, agrega el profesor de la UCV, que asegura que él no ha participado en la elaboración del proyecto de reforma: “Es necesario es que se convoque absolutamente a todos los sectores involucrados en esta Ley de Cine y se discuta con mucha honestidad y sensatez. Ni el cine venezolano ni el cine artístico van a progresar con salas quebradas. Somos uno de los países más atrasados de Latinoamérica en cuanto a número de pantallas y conversión a proyección digital”.

¿Ya usted le aplicó el baremo de 12 criterios a sus películas favoritas? Yo opino que Contacto sangriento con Jean Claude Van Damme cumple facilito por lo menos con los parámetros 1, 5, 8 y 11, y en la Wikipedia la consideran una “cinta de culto”, una categoría que se le olvidó al CNAC.

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