Venezuela

Consultores 21 explica por qué la oposición es mayoría y puede ganar Asamblea

Luis Christiansen, presidente de la firma de opinión pública Consultores 21, afirma que por primera vez en 17 años la oposición al chavismo domina las preferencias de los electores y tiene posibilidades claras de convertir esa ventaja en una mayoría electoral en la Asamblea Nacional que nacerá el 6 de diciembre.

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Foto: Andrea Hernández

El gran obstáculo a vencer es la abstención, una variable fomentada por el gobierno en sus esfuerzos por contener el derrumbe del dique que le ha dado sustento.

Christiansen abordó el panorama político y electoral en una entrevista para el programa Análisis Venezolano, que transmite el canal El Venezolano TV, por cable e Internet.

“Es verdad” dijo el experto sobre la afirmación de algunos analistas y dirigentes de la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD) de que la oposición tiene posibilidad real y concreta de ganar la AN ampliamente y que el chavismo ya es una minoría, en riesgo de comenzar a perder su poder político.

“Ese es muy buen ejemplo de la importancia que tiene leer las encuestas como series históricas de información y no solamente como la última foto de un momento”, explica.

“En este momento la oposición política en Venezuela está en el mejor momento de los últimos 16, 17 años”, dice.

Sólo ha habido históricamente dos momentos en los cuales electoralmente la oposición en Venezuela ha logrado superar al gobierno: 2007, cuando la reforma constitucional y 2010, en elecciones de la actual Asamblea Nacional».

Aunque, recuerda, con el sistema electoral esa diferencia en el voto popular se tradujo en un desequilibro en el número de diputados. Pero paradójicamente esa condición del sistema electoral venezolano es útil hoy para la propia oposición.

“En esos dos episodios la oposición en términos de respaldo electoral en el país era menos buena que ahora. Sin lugar a dudas, históricamente hablando este es el mejor momento electoral de quienes buscan ser alternativa en Venezuela”, afirmó.

En aquellos eventos además  estaba el entonces presidente Hugo Chávez en el auge de su poder, con la chequera de petrodólares bien llena, los precios del petróleo históricamente altos y había una oposición fragmentada.

Hoy los venezolanos están profundamente pesimistas, con el 70% evaluando mal el presente y con dudas sobre el futuro, según los estudios de Consultores 21 .

“Esa no es la primera vez que pasa algo así: en los últimos 25 años ha ocurrido en dos oportunidades: una a mediados de 2003, cuando tocaba el referendo revocatorio de Chávez, y otro a inicios de 1992 cuando apareció Chávez en la escena pública con su golpe de Estado», explicó.

“Si en los últimos 27 años solo hemos tenido tres momentos de tanto pesimismo como ahora”, señala.

En el 92 los venezolanos estaban ya cansados de todo lo que habían venido haciendo los gobiernos hasta entonces y se construyó “una gran matriz de desencanto”.

“Apareció entonces Chávez y se convierte en esperanza para resolver aquello”, luego como presidente no resuelve los problemas y a mediados de 2003 otra vez los venezolanos están profundamente pesimistas.

“Es decir, quien habían sido fuente de esperanza se había convertido en fuente de desesperanza”, pero Chávez reacciona y crea las misiones sociales y se convierte otra vez en fuente de esperanza, produce una recuperación del ánimo en la gente.

Misión Maduro

“Hoy volvimos otra vez a la era del desencanto que vivimos a mediados de 2003 y 2002 y “está claro que Nicolás Maduro es hoy la fuente de la desesperanza para los venezolanos”, dice el consultor

Entonces la pregunta número uno es si podrá Maduro reaccionar como lo hizo Hugo Chávez en 2003.

Hoy, con los precios del petróleo a la mitad de lo que estaban en 2014 y un presidente sin el arrastre, un partido Psuv dividido en tendencias y deterioro creciente de la economía a escala macro y micro, las condiciones son totalmente distintas a aquellos días de 2003.

“Si no es Nicolás Maduro quien pueda convertirse en generador de esperanza, ¿quien puede ser?” se pregunta Christiansen.

“La esperanza es un factor clave, uno de los grandes retos que la oposición política tiene. Si en su mejor momento es capaz de convertirse en ese generador de esperanza para poder llevar a los venezolanos a estadios de optimismo, rescatarlos de ese pesimismo tan marcado en el que están ahora”, puede capitalizar ese descontento, señaló.

¿Pero, es posible transferir ese descontento en Maduro y su gobierno a un resultado electoral disperso en todo el país? ¿Donde está la frontera entre el deseo y la realidad?

“Lo primero que se produce es el deseo de que las cosas cambien. Más del 70% siente que tiene que ocurrir un cambio de rumbo en la manera como están ocurriendo las cosas», y en procesos electorales se introduce una variable: «¿cuántos de esos que están esperando el cambio de rumbo se animan a participar en el proceso electoral?”, explica.

Entonces el factor de la abstención entra en escena.

Abstención, el Factor X

Sobre todo a partir de 2006 en los procesos electorales venezolanos se ha visto un acelerado deterioro en la imagen, el prestigio y la reputación del CNE, encargado de realizar elecciones en Venezuela, observa.

“Diera la impresión de que el gobierno está utilizando esa pérdida de prestigio como un mecanismo de generación de abstención dirigida”, señala.

El 60% desconfía en el árbitro y el 40% lo apoya. Pero los que desconfían mayoritariamente son gente de la oposición y los que confían son mayoritariamente los que están con el gobierno.

“Tenemos un árbitro organizador que es visto de manera totalmente distinta por las partes. La desconfianza en el CNE actúa como un desmotivador para votar en la oposición y puede ser muy influyente”.

“Hace unos cinco años atrás hubo momentos en los que el gobierno no era mayoría en el país, pero era capaz de construir una mayoría electoral producto de la abstención”, dice.

Pero “hoy en día el gobierno no es mayoría en el país en términos de respaldo y tampoco es mayoría electoral, eso hace que nos diga el escenario cambió”, argumenta el experto.

“Siendo generosos” Maduro tiene un 30% de evaluación positiva y un 70% de rechazo. Esta diferencia de 40 puntos se reduce a poco menos de la mitad aún cuando se pasa por el filtro de la abstención.

“Esa es la dimensión del impacto que tiene la abstención, entre 15 y 20 por ciento todavía a favor de la oposición. En el pasado al pasar por ese filtro ocurría que el gobierno se hacia mayoría electoral, hoy en día eso no ocurre”, insiste.

La diferencia a favor de la oposición se ha venido ampliando en los últimos nueve meses y está muy claro “que si alguien perjudica la asbtención como actor político es a la oposición”, para el gobierno en cambio esa actitud de parte de los electores actúa para reforzar el muro de contención que evita una inundación de votos en su contra.

«Si esa represa de contención colapsa entonces pudiéramos estar en un escenario absolutamente inédito en términos de resultados”, afirma.

“Es claro que el gobierno esta intentando contener al voto opositor porque los estudios de opinión vienen mostrando que la brecha se va a ampliando” y él lo sabe, insiste.

La MUD debería teóricamente hacer un gran esfuerzo en tratar de convertir esa elección a la Asamblea Nacional en un juicio reflexivo y señalar que si el Psuv gana o mantiene una mayoría en la Asamblea Nacional eso va a significar mantener o aumentar el poder del presidente Maduro.

Una de las grandes cuestiones que motiva la abstención es el hecho de que el sistema electoral está diseñado para privilegiar las mayorías en detrimento de las minorias y de la representación proporcional.

¿Ese sistema funciona para uno y para otro?

“El diseño electoral que ha construido el gobierno esta hecho para favorecer a las mayorías. Mientras fue claramente mayoría en el país le favorecía claramente, pero en este momento le pudiera significar un riesgo”, explica.

En las candidaturas a la AN, una cuarta parte son postulados por lista y tres cuartas partes de forma uninominal, por circuito.

Si uno separa el país en tres bloques, el de los estados con más de dos millones de habitantes, estados entre uno y dos y de menos de un millón, se ve claramente que existe una relación asimétrica en la relación población diputados.

En los estados que tienen menos de un millón de habitantes por ejemplo la cantidad de electores que hacen falta para producir un diputado es cerca de la mitad de la cantidad de electores que hacen falta para producir un diputado en los estados de mas población.

“Sin embargo, en la medida en que la brecha electoral se vaya ampliando ese sistema puede llegar a un punto de colapso”, dijo al observar que en 2010 hubo una primera señal en el estado Anzoátegui, donde la oposición logró ganar por una pequeña diferencia y obtuvo casi la totalidad de los diputados de ese estado.

“En la medida en que la diferencia se amplíe ese escenario es mas probable. Creo que el gobierno esta muy conciente de ello y por eso se ha dedicado a construir las contenciones, por ejemplo desconfianza en el CNE, porque produce abstención, las inhabilitaciones selectivas, la criminalización de la protesta para que el opositor común y corriente tenga miedo de manifestarse y expresarse.

“Diera la impresión de que el gobierno del presidente Maduro y el Psuv no están en este momento trabajando para lograr ganar la elección del 6 del diciembre, sino para lograr mantener una mayoría. Están intentando contener al máximo la votación opositora. Están jugando un juego que volviendo a la historia que van contando las encuestas es quizá el juego más peligroso que han tenido que jugar hasta ahora”.

Chirstiansen observa sin embargo que falta mucho para las elecciones. Son varios meses en los que tango el gobierno como la oposición están obligados a emprender sus acciones estratégicas para intentar derrotar al otro.

«Pero en este momento me atrevo a decir con absoluta certeza: no estamos en la recta final y van a ocurrir eventos, el gobierno y la MUD están obligados a generar eventos. Lo importante va a ser monitorear qué tipo de impacto generarán esos eventos en la opinión publica y en la situación electoral», dice.OL

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