Opinión

Coronavirus en Madrid, una crisis que alcanza a todos los sectores

Por Mariveni Rodríguez. 2.500 infectados y 50 muertos es el saldo que ha cobrado el COVID-19 en Madrid. La capital española, una de las ciudades más afectadas por esta enfermedad, vive la pandemia entre desabastecimiento, paro casi obligatorio y ansiedad por su economía personal

Publicidad
hacer el mercado en cuarentena
AFP

En Madrid, debajo de la propagación del coronavirus, cuyas cifras alcanzan 2.500 contagiados y 50 muertes, existe una preocupación muy real y muy latente por el desarrollo del mercado internacional.

Esta preocupación se llama: el bolsillo del ciudadano de a pie.

La población, tras la caída de la bolsa y del IBEX 35 -referencia de la bolsa española- tiene miedo a una recesión. Es un fantasma que, lógicamente, está presente en un país que atravesó una guerra civil y una guerra mundial.

Mientras que en España se dice que todavía no se sale de la crisis económica de 2008, la crisis que está planteándose con el coronavirus, y con la caída del mercado, es un miedo que se anticipa a las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), que pide al país medidas extraordinarias para afrontar el virus.

El sector educativo cerró. Desde el miércoles, universidades, institutos, escuelas y colegios cerraron sus puertas. Los niños van a las calles.

¿Por quienes son cuidados estos niños? Por abuelos, la población más amenazada.

¿Quienes están fuera de sus trabajos? Los padres, que han sido enviado por las transnacionales y las grandes industrias y empresas a sus casas a hacer «teletrabajo». Por un lado, tienen que seguir trabajando y, por otro, dedicar horas a cuidar a sus hijos. Es un verdadero problema para la familia.

Por esto, en dos días los hábitos de consumo del español han tenido que cambiar. Hay tensión en los supermercados por la escasez de productos de la dieta básica: carnes, congelados, conservas; vegetales y papel higiénico. No existen. Para no hablar de la escasez del jabón en gel o las mascarillas y guantes de látex.

La industria del entretenimiento también ha cerrado.

¿Qué pasa con la gente que ha decidido distraerse y salir a la calle? Los museos como El Prado, El Reina Sofía, o la Filmoteca; los grandes musicales de la Gran Vía. Todos han cerrado.

El único sector que se encuentra ante la expectativa de una legislación por parte del gobierno es el de hostelería y turismo.

Este sector se rinde a no brindar la tradicional caña y tapas madrileñas. Confían, sin duda, en que el temor de la población no vaya a más, y las personas sigan con su tradición de beberse una cerveza en terrazas y barras, amén de que, en los próximos meses, el coronavirus no siga propagándose, o simplemente siga su curva de extinción.

Estos sectores esperan que el gobierno lance un programa de subsidio y estímulo para combatir la crisis en un gremio que brinda la mayor oferta laboral a la población española.

Sin embargo, esto no quita que la ansiedad por el coronavirus y el desabastecimiento de productos básicos tenga a la población en jaque, en expectativa. En tensión.

La población espera medidas que no pasen factura a su economía personal, que le permita pagar su renta, sus créditos, sus compromisos básicos.

Por esto, son interesantes las medidas que el alto gobierno pueda instaurar para prevenir el coronavirus, pero también las que pueda tomar para, de alguna manera, subsidiar todo lo que pueda afectar la economía del ciudadano común y corriente.

El secretario general de VOX contrajo el virus. Ordenó a sus 52 diputados a someterse a cuarentena y, por tanto, las sesiones del congreso han sido suspendidas. ¿Hasta dónde puede llegar la crisis en un país que no puede legislar?

En conclusión, la crisis del coronavirus está teniendo varias áreas de influencia.

Es una crisis con ramificaciones sanitarias por temor al contagio, por el temor a la situación que viven los hospitales, los cuales están colapsando, ya que hay personas con paranoia que asisten al sentir algún síntoma. Es una situación que afecta lo económico, lo educativo, lo comercial, lo laboral y, ahora, lo político.

La OMS acaba de declarar el coronavirus una epidemia.

Es un virus que insta a todos a ser tratados por igual. Con inteligencia, sin corona y sin impunidad parlamentaria.

Publicidad
Publicidad