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Correa afronta hasta siete años de cárcel por presunto secuestro

Durante una década fue el hombre con más poder y quizá el más temido en Ecuador. Irascible, popular y carismático, el exmandatario Rafael Correa descendió de la gloria para quedar a un paso de la cárcel.

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Fiscalía de Ecuador - Correa
Fotografía: AFP

Sus horas bajas comenzaron apenas dejó la presidencia que conquistó en 2006 con 43 años de edad y detentó hasta mayo de 2017.
Correa terminó su mandato con un mediano apoyo en las encuestas. Entonces nadie sospechó que el político que se despedía del país entre vivas, para según él dedicarse a su familia, iba en camino a ser un prófugo de la justicia en Bélgica, de donde es su esposa.
Este miércoles un tribunal lo llamó a juicio para que responda por su presunta implicación en el secuestro del diputado opositor Fernando Baldas en 2012 en Bogotá, Colombia. El exgobernante atribuye la acusación a una persecución política del actual presidente y exaliado Lenín Moreno y lo califica como una farsa.
Baldas tuvo suerte pues un taxista que estaba en la zona de Cedritos, al norte de la capital colombiana, notó que el legislador estaba siendo forzado a entrar en un vehículo, las autoridades iniciaron la persecución, pero los perpetradores lo dejaron en libertad poco después.
El legislador un crítico de Correa que reside en Colombia desde 2010, cuando fue demandado por injuria, responsabilizó por el hecho a Correa.  Su caso fue desestimado por las autoridades hasta que Luis Raúl Chicaiza, agente de la Dirección General de Inteligencia de Ecuador habló de las supuestas conexiones de los atacantes con el exmandatario y mencionó haber tenido dos conversaciones con el mandatario.
Chicaiza, quien se reconoció como autor material del hecho, está colaborando con la fiscalía para lograr una reducción de pena y es uno de los testigos en el caso que lleva actualmente la justicia ecuatoriana.
Por los hechos de Los Cedritos, la Fiscalía acusa a Correa de presunta participación en los delitos de asociación ilícita y secuestro.
El expresidente solo podrá ser enjuiciado si es capturado o si se presenta ante el tribunal, pues la ley impide su juzgamiento en ausencia por ese delito, castigado con hasta siete años de cárcel.
El llamado a juicio, que incluye también a dos exagentes que están detenidos y a Pablo Romero, exjefe de la secretaría (ministerio) de Inteligencia y quien se encuentra en España, fue anunciado por la jueza Daniella Camacho, de una sala penal de la suprema Corte, con sede en Quito.
Debido a que Correa y Romero están prófugos, la magistrada ordenó la suspensión de la etapa de juicio para ambos hasta que sean capturados o se entreguen.
“Yo no espero absolutamente nada de la justicia ecuatoriana”, declaró el exgobernante minutos antes de que la jueza se pronunciara.]]>

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