De Interés

Cristián Puig: "La USB es mucho más que sus autoridades"

Sobre la situación que se presentó durante un acto de grado en la USB, la actitud de las autoridades rectorales, las decisiones previas del Ministerio de Educación Superior y el futuro de la institución hay mucho qué decir y aclarar. Carolina Jaimes Branger conversó con el actual secretario de la universidad, Cristián Puig, al respecto

Publicidad
cristián puig

Cristián Puig es una persona de claro criterio académico y una excelente carrera como profesor. Argentino de nacimiento y venezolano por elección, llegó con sus padres y hermanas como exiliados políticos. Su padre también fue profesor en la Universidad Simón Bolívar (USB), en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales.

Puig estudió bachillerato en el Liceo Andrés Bello; luego se graduó como Ingeniero de Materiales de la Universidad Simón Bolívar -uno de los mejores estudiantes que ha pasado por la institución- y obtuvo su doctorado en la Universidad de Bristol, en el Reino Unido. Su área de especialización tiene que ver con las transiciones orden-desorden en polietilenos lineales y ramificados, la calorimetría diferencial de barrido y microscopia electrónica de transmisión y el comportamiento mecánico de residuos de refinería de petróleo.

Toda su carrera profesoral la hizo en la USB, de donde se jubiló como profesor titular, el máximo escalafón. Fue profesor visitante de la Eindhoven University of Technology Materials Technology Group en Holanda, de la Universidad de Hiroshima en Japón y la Universidad de Sheffield en el Reino Unido. Desde julio de 2009 ocupa el cargo de secretario de la Universidad Simón Bolívar.

De pensamiento amplio, ha sido a lo largo del tiempo tolerante con sectores del oficialismo, lo que le ha valido que algunos incluso lo tilden de chavista. Como hombre de consensos ha intentado adoptar posiciones racionales frente a las distintas situaciones que han ido surgiendo en la USB.

— Usted entra al equipo rectoral de la USB acompañando a un prohombre como Enrique Planchart, pero el año pasado quedó como único miembro del equipo rectoral original, formando parte de un equipo espurio nombrado por el ministro de educación superior, donde se abstuvieron de votar los miembros principales del CNU y el mismo rector encargado de la USB, Luis Holder. ¿Cómo evalúa el desempeño de sus compañeros en este periodo?

— En el año 2009, los profesores Planchart, Escalona, Colmenares y mi persona fuimos electos y juramentados por la Comisión Electoral en cada uno de los cargos de Autoridad Rectoral para una gestión de cuatro años (2009-2013), luego de un proceso electoral que llevó meses y en el que participaron 16 candidatos. La no renovación de autoridades rectorales por la vía electoral en el año 2013, las renuncias del vicerrector administrativo y del vicerrector académico, en el año 2015 y en el año 2016, respectivamente y, posteriormente, el fallecimiento del rector en el año 2021, han colocado a la Universidad en una situación muy difícil. En el informe final de la Comisión Especial de la Asamblea Nacional para el Sector Universitario de marzo de 2016, presentado ante la plenaria el 3-5-2016, alerta en una de sus partes una situación de desgaste de las autoridades en las distintas universidades que eligen sus autoridades.

Por otro lado, las designaciones de autoridades interinas hechas por el Consejo Nacional de Universidades, presidido por el ministro del poder popular para la educación universitaria, el pasado mes de septiembre, luego de considerar la lista de veinte profesores titulares y con más de 10 años de permanencia en la USB para ocupar el cargo de rector interino, que le había presentado el consejo directivo, fueron realizadas a pocas horas de su recepción.

El Reglamento General de la USB no contempla la figura de Equipo Rectoral sino los cargos de rector, vicerrector académico, vicerrector administrativo y secretario, cada uno con sus atribuciones. En mi caso, las vengo ejerciendo como secretario desde el 16 de julio de 2009 con el único fin de que la institución cumpla con su misión, en el marco de los principios rectores, y ciertamente acompañando una gestión liderada por el rector Planchart hasta el año pasado, de la que siento un gran orgullo.

Por mi parte, seguiremos haciendo los mayores esfuerzos para alcanzar acuerdos con las autoridades interinas que permitan a la universidad continuar respondiendo al país, acorde a una trayectoria de más de 50 años, reconocida nacional e internacionalmente. Sin embargo, no se puede dejar de mencionar que hay decisiones adoptadas en esta gestión con las que no estoy de acuerdo.

Es importante que el compromiso adquirido por las universidades nacionales en el año 2020, de renovar democráticamente las autoridades universitarias, se concrete en un breve plazo. Ya lo indicó la alta comisionada para los derechos humanos en su informe a las Naciones Unidas presentado en fecha 13-9-2021 con motivo del 48a sesión del Consejo de Derechos Humanos: “Aliento a que se establezcan iniciativas de diálogo para resolver el actual impasse en cuanto a las elecciones para las universidades autónomas (…)”

— En el reciente acto de graduación, la representante de los graduandos se quejó de que “la realidad de la universidad es otra. No hay peor ciego que el que no quiere ver… Y la realidad está aquí adentro y allá afuera, visible a los ojos de todos. La universidad está en mengua. Nos (ininteligible) una realidad aplastante, a una institución en decadencia, a una puesta en duda del futuro de nuestra casa de estudios. Por si fuera poco lo anterior, habría que añadir la falta de ética, de liderazgo y misticismo por parte de las autoridades rectorales ante hechos recientes”. Jorge Stephany, Víctor Theoktisto y José Vicente Hernández Estupiñán abandonaron el recinto ¿Se dieron por aludidos? Usted decidió quedarse, ¿qué lo motivó a hacerlo?

No había razón para que el secretario abandonara el recinto. Un acto de grado y entrega de títulos representa para la institución un cierre de un proceso medular de la universidad, como es el de los programas de estudios conducentes a título académico. Detrás de cada uno de los títulos académicos conferidos hay un esfuerzo institucional de años, en el que participa toda la comunidad universitaria, profesores, estudiantes, empleados, obreros y egresados. Ciertamente, desde hace años la universidad viene atravesando una situación bien difícil por la falta de asignación de recursos para atender sus necesidades, renuncia del personal debido a los bajos salarios, la situación política, social y económica del país, y tantos otros factores. La Universidad Simón Bolívar viene realizando esfuerzos importantes, inclusive con la pandemia por covid-19, para continuar con la prosecución de estudios. La USB, a poco tiempo de declarada la pandemia, pudo ofrecer a los estudiantes un período especial de clases empleando las tecnologías digitales disponibles en el que los estudiantes pudieran participar y cursar nuevas asignaturas. Ello se ha venido repitiendo en los trimestres siguientes y es por ello que los graduandos de este grado y los del año pasado pudieron obtener sus títulos.

Vale mencionar que en el mes de julio del año 2020, a pesar de las restricciones vinculadas a la pandemia, la USB fue una de las primeras universidades en el país en entregar títulos académicos en un acto privado, experiencia que se repitió en el año 2021. Este año se llegó a organizar actos públicos y solemnes para la entrega de títulos que no se realizaban desde el mes de noviembre del año 2019. Por lo tanto, no había razón para que el secretario abandonara el recinto en el acto de entrega de títulos siendo que la graduando solo estaba haciendo uso de la palabra que le había sido otorgada, tal como estaba en la programación y a continuación le seguían las palabras del rector Interino.

— Varios profesores informaron que tuvieron que dialogar con las autoridades rectorales para que accedieran a reanudar el acto de grado después de haber abandonado el Complejo de Auditorios. ¿Qué pasó en esos momentos?

Ese día se habían programado tres actos: a las 9:00 a.m., a las 11:00 a.m. y el último a la 1:30 p.m. El acto de las 9 transcurrió sin ningún inconveniente. En el de las 11, una vez que las autoridades rectorales interinas se retiran del Complejo de Auditorios y la estudiante culmina sus palabras, el acto no puede continuar, tal como se tenía previsto, siendo que el rector es quien lo preside.  Hubo profesores que se dirigieron a conversar con las autoridades rectorales interinas.

Llega un momento en el que decido, en mi rol de secretario, dirigirme donde se encontraba el rector interino para conversar acerca de la situación que se estaba presentando. Por parte de la secretaría era importante que los títulos académicos fueran entregados a los graduandos ese mismo día. Se planteaban dos opciones, una era la entrega de títulos después del acto que estaba planificado a la 1:30 p.m. y la otra, después de Semana Santa. Posteriormente, una comisión de graduandos se reunió con las autoridades rectorales en la Casa Rectoral. En la reunión se le presentó a la Comisión la propuesta de realizar el acto después del acto  de la 1:30 o después de Semana Santa. La Comisión de graduandos se retiró de la Casa Rectoral y se dirigió al Complejo de Auditorios donde se realizaban los actos. Finalmente, primero se realizó el acto programado a la 1:30 de la tarde y a continuación el que debía celebrarse a las 11 de la mañana.

— Usted lleva prácticamente toda su vida dedicada a la universidad. Tuvo la oportunidad de conocer a Ernesto Mayz Vallenilla, quien no solo fundó la universidad, sino que fue el proponente de la autonomía que mantuviera la condición de universidad experimental. También trabajó con luminarias como Eloy Lares Martínez, Antonio José Villegas, José Roberto Bello Santana, Marcelo Guillén, Freddy Alberto Malpica Pérez, Pedro María Aso, Benjamín Scharifker y por supuesto, Enrique Planchart. ¿Cómo compara la que fue modelo para toda América Latina con la menguada institución en que se ha convertido?

Ciertamente, la universidad no es ajena al contexto socioeconómico y político del país. La Universidad Simón Bolívar no es la misma institución que la de hace unos años, su matrícula estudiantil se ha visto reducida, al igual que los productos que se derivan de las actividades de investigación y desarrollo de generación de conocimiento y de la misma manera en proyectos de extensión. Adicionalmente, se han incrementado las renuncias del personal académico, administrativo y obrero. No obstante, en la Universidad Simón Bolívar hemos entendido el importante rol que tiene la institución para el país y a pesar de las dificultades seguimos realizando nuestros mayores esfuerzos para mantener la calidad académica de sus programas.

— ¿Considera que este es el momento de aunar fuerzas entre profesores, estudiantes y exalumnos, la Asociación de Amigos de la USB y los Alumni USB para convocar elecciones?

Efectivamente, es el momento para aunar fuerzas, inclusive, debió haber sido hace años. En el año 2013 se debieron haber renovado las autoridades rectorales a través de un proceso electoral, tal como está contemplado en el Reglamento General de la USB y la Ley de Universidades y tal como se venía haciendo en la universidad cada cuatro años. En el mes de noviembre del año 2020 y en marzo 2021 se realizaron reuniones de consejo directivo como resultado de las cuales se designó una comisión que tenía por objetivo esclarecer cómo participarán los cinco sectores universitarios (estudiantes, profesores, egresados, empleados administrativos y obreros) y proponer las acciones a seguir  en un proceso electoral de renovación de autoridades universitarias en la USB. La Comisión del Consejo Directivo presentó su informe que incluye una propuesta de ponderación electoral para cada uno de los cinco sectores, este informe fue conocido por el consejo directivo en el mes de noviembre de 2021. El consejo directivo debe continuar haciendo avances en este importante tema institucional con la participación de la comunidad universitaria.

— Los principios rectores, los valores éticos y morales deberían estar por encima de todo. Los profesionales de la USB se han caracterizado por tenerlos. Pero las facultades de Ciencias Sociales en América Latina han sido tomadas por la izquierda y predominan las posiciones partidistas y del proyecto colectivista representado por el socialismo del siglo XXI. La agenda de hoy parece ser esa del neomarxismo, donde una serie de improvisados ocupan puestos para los que no están preparados. ¿De dónde van a salir los nuevos liderazgos que defiendan la academia?

La universidad es mucho más que sus autoridades, son sus estudiantes, sus profesores, su personal, sus egresados, es su trayectoria, su estructura organizacional para la toma de decisiones, son sus principios rectores. La preservación de cada uno de los espacios ganados y la libertad académica permitirá que los nuevos liderazgos puedan surgir en pro de una academia sobre la que se pueda sustentar el desarrollo de un país. En este sentido, la Universidad Simón Bolívar tiene mucho que aportar y es el momento de dar un paso adelante para preservarla.

Publicidad
Publicidad